Capítulo 6 Sentimiento de pérdida o abandono

1 0 0
                                    


En la vida, se pasan por miles de estas situaciones. Todo el mundo ha sufrido alguna pérdida. Sin embargo, no todo el mundo tiene pánico.

En primer lugar, es que no somos todos iguales, en segundo si esto se suma a otros sucesos que ya les relaté, se hace una gran pared que crece y nos va rodeando.

Cuando uno se quiere acordar, está dentro de un gran hoyo con paredes a su alrededor, del que no puede salir, y no puede comunicarse con el exterior. Además, falta el aire.

Y allí es donde aparece el abandono. El sentimiento es de soledad, de aislamiento, de falta de comunicación y de la posibilidad de entrar en contacto con los demás.

El abandono más fuerte es el de no poder llegar a los demás, el aislamiento, el sentir que nadie entiende lo que a uno le está pasando.

Al ser una enfermedad tan rara, me doy cuenta que es como un tabú. Nadie se atreve a decir que la padece. Y el que la padece teme ser juzgado por tenerla.

¡¡¡Es una enfermedad!!! Hay que entenderla como tal y enfrentarla como tal.

¿Qué gano escondiendo a los que quiero y al mundo lo que me pasa?

Entiendo que quizás, por temor a perder el trabajo, no sea algo que se converse o se divulgue fácilmente en el ámbito laboral.

Recuerdo una vez, que llamé un médico de guardia y me dijo: lo que tiene UD. Es pánico, pero no le voy a poner eso en su certificado médico para que no le ocasione problemas laborales...

¿Es posible más abandono que eso?

La sociedad ve como algo raro a esta enfermedad. Y cuando comencé a comentarla, me empecé a dar cuenta de la cantidad de gente que la tenía y no la comentaba por temor a ser juzgado.

Recuerdo dos compañeros de trabajo, que cuando les conté que tenía esta enfermedad, en seguida me contaron lo que les ocurría a ellos y compartieron su dolor conmigo.

Recuerdo el caso de uno de ellos que me contaba que como temía morirse en la casa, durante la noche daba vueltas caminando al Hospital que estaba cerca de su casa o se sentaba en su puerta a pasar la noche...

Se me ocurrió compartir mis experiencias por la web, creyendo que quizás con suerte alguien podría nutrirse de los datos de lo que me ocurrió y hacer más leve su enfermedad.

Me sorprendí cuando comencé a recibir testimonios de varios lugares del mundo y con distinto tinte y sabor. Pero con algo en común: desesperación por salir de algo que no es nada fácil.

Estos testimonios fueron muy fuertes y me ayudaron a no sentirme solo. A no pensar que lo mío era algo único y "raro".

Es una enfermedad que desorienta. Porque uno no sabe cómo defenderse y como atacarla.

El PánicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora