2.

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-Te dije que esto pasaría algún día-declara solemne Jota.

Denis lo fulmina con la mirada.

Ambos estaban siendo testigos de la escena, los ojos de Denis no se apartaban de la imagen de Lenna abrazándose con aquel sujeto, parecía restarle importancia a ese pequeño cosquilleo en su interior de que algo le molestaba de verla con ese hombre. Denis la había seguido luego de que notará su expresión nerviosa, Lenna había perdido el color en cuanto leyó ese mensaje, se había puesto nerviosa de repente y por primera vez desde que la conocí, ella. . . no le había mirado a los ojos con esa pequeña sonrisa romántica en sus labios, como siempre suele hacerlo, sus instintos le decían que algo no andaba bien con la chica de las gafas de colores, así que en silencio la siguió como todo buen policía, Jota se le unió porque lo andaba buscando.

-No lo sé. . .- se rasca la barbilla con desconfianza- la vi nerviosa.

-Quizás sea por ese tío, ¿Quién será?,  ¿quieres que lo investigue (?).

Lo mira con la mandíbula tensa, inmiscuirse en la vida ajena de sus compañeros o amigos de equipo no era su problema.

-¿Enserio quieres averiguar quién es el sujeto?-mosquea.

Jota hace una mueca.

-¿Por qué no?-alza los hombros- tienes que conocer a tu rival.

Denis suelta un suspiro al tiempo que revolea los ojos.

-Olvídalo, hay cosas más importantes que hacer, nos queda un miembro suelto de la banda y debemos dar con él.

Pero Jota no parecía escucharlo, estaba distraído viendo como Lenna se subía al coche del sujeto. 

-Mira, subió al auto de ese tío.

-¿No quieres también tomarle la matricula?- masculla entre dientes a punto de golpearlo en la nuca.

-No sería mala idea. . .

-Jota. . .

-¿Eh?-levanta la mirada hacía su compañero.

Denis parecía atravesarlo con la mirada como un rayo laser.

-¡Cierto!, el caso.

-Hm-asiente serio.

De regreso en el ascensor un silencio sepulcral emergió en el interior, Denis seguía sintiendo esa extraña comezón.

-Puedo preguntarle a Dana si quieres. . .-arroja Jota con cierto tacto.

-Jota, no es mi problema con quien salga la señorita Ibáñez, ya deja de meterte en la vida privada de nuestros camaradas y concéntrate en el caso, ¿quieres?-responde hastiado.

-Vale, vale- gesticula- esta bien-sonríe con sorna mirando de lado el rostro serio de su amigo-, pero por si acaso. . .

-¡Que no Jota!, que no insistas joder-suelta molesto.

Jota se echa a reír.

Lenna

Ambos nos miramos, no lo puedo creer, debe de ser un sueño, ¡no!, ¡no lo es!, ¡es él de verdad!, por las dudas antes de sentarnos en la mesa más alejada de la cafetería, vuelvo a abrazarlos, sentir su calor reconfortante.

-Dios, de verdad eres tú- cierro los ojos un momento.

Escucho su ronca risa con el rostro hundido contra mi hombro. Cinco  años, habían pasado cinco años desde que fue a prisión para salvar el culo mafioso de nuestro padre, nunca dejaré de recordar ese día en que la policía irrumpió en nuestra mientras almorzábamos para llevárselo, nuestra madre entre lágrimas tiraba de él para que no se lo llevarán, mi padre con frialdad absoluta se quedó allí, de pie, viendo como su hijo, mi mellizo era arrastrado por la policía, más tarde me acerqué a la puerta del despacho de mi padre para escuchar la discusión que mi madre y él estaban teniendo.

Love and BulletsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora