Capítulo VI. Demonios y ángeles

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¿Dónde está su madre?— cuestionó la rara ausencia femenina. Normalmente en estos casos son las madres quienes encabezan las búsquedas.

Ella falleció hace seis meses— dijo aparentemente tranquilo. Pero por dentro era evidente su desequilibrio.

Lo siento mucho, no fue mi intención hacerte recordar tu perdida— se sintió extremadamente culpable.

Lan Wangji negó lentamente. Si alguien estaba consciente de que su esposa había fallecido, era él. Los medios se habían encargado de hacérselo saber muchas veces. —Nos mudamos a esta casa hace tres meses. Los doctores aconsejaron que era lo mejor para ambos, para superar ese momento agregó Especialmente A-yuan se encontraba muy afectado. Desde el accidente no quiso hablar conmigo. Y yo pensé que lo mejor era respetar su silencio.

A-yuan pudo estar resentido contigo por su muerte. ¿Tenías una mala relación con su madre?— interrogó sin tacto.

Mi padre dijo que ella había sido muy infeliz conmigo. Pero no es cierto— se defendió con el extraño. —Al principio fue muy difícil acoplarnos al compromiso y la nueva vida como un matrimonio. Pero ella siempre fue comprensiva y paciente conmigo y yo llegue a apreciarla. Nos enamoramos y tuvimos a nuestro hijo A-yuan. Lo nombramos Lan SiZhui. Ella escogió el nombre. Éramos una familia unida y en cuanto se podía feliz— Wei Wuxian escuchaba con atención. 

Pero...— empezó el declive —conforme A-yuan crecía yo empecé a sentirme asustado con la idea de ser un buen padre. Mi propio padre no es un buen referente de lo que significa ser un buen padre y en realidad yo tampoco lo soy. Me aleje de A-yuan porque no sabía cómo tratarlo y sin darme cuenta lastime a mi familia con mi indiferencia. Fue el último cumpleaños de A-yuan, prometí que regresaría para soplar las velas juntos, pero tuve demasiado trabajo y ese día no regrese a casa. Esa noche A-yuan se quedó fuera de la puerta esperando hasta tarde y enfermó. A-yuan es asmático, sus pulmones son débiles, la infección provoco neumonía. Mi esposa estaba decepcionada, discutimos en el auto y yo iba conduciendo. No recuerdo mucho, seguramente fue por una razón muy tonta y seguramente fue mi culpa...

A su mente llegaron las imágenes del accidente, el recuerdo estaba pintado de blanco y negro, su memoria reprimió muchos detalles, seguramente por el trauma. Pero aún recordaba la luz blanca que cegó su vista, seguido por el estallido dentro de sus oídos, los vidrios rotos que se incrustaron profundamente en su piel y la vista del auto estando de cabeza.

Cuando Lan Wangji regreso en sí, el lado del acompañante donde iba su esposa había recibido la mayor parte del impacto, sangre corría a montones por su rostro que perdía color, aun poco consciente Lan Wangji intentó alcanzarla con su mano, pero no tenia fuerza suficiente. Ella se esforzó para articular sus últimas palabras, su última petición "Cuida a A-yuan". Como si en ese momento pudiera ver mas allá de la realidad, y presintiera que su hijo sería presa de un gran peligro. 

Ella dijo: Cuida a A-yuan. Y yo.. yo.. ni siquiera pude protegerlo dentro de nuestra propia casa— sus manos que apretaban fuertemente el volante temblaron un poco.

Wei Wuxian no pudo ignorarlo —Tranquilo. Lo encontraremos, puedes confiar en mi— consoló cubriendo con su mano la mano temblorosa del jade.

Tú, me recuerdas a ella— mencionó más tranquilo. Finalmente pudo desahogarse.

¿En serio?— reaccionó algo divertido.

Lan Wangji apartó su vista del camino, para mirarlo a los ojos, lo decía enserio. En este momento oscuro podía apoyarse en alguien. Parecía que poco a poco encontraba la luz que lo rescatara de su tiniebla.

Wei Wuxian sintió su sinceridad y sin saber que decir para romper el incomodo silencio que empezaba a congelar el ambiente, exclamó —¡Tengo hambre!

|EL ARMARIO| - WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora