Capítulo IX. Promesa

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¿Qué fue eso?— Lan Wangi apenas se recompuso del ataque, estaba confundido, muy confundido.

El demonio no pertenece a esta dimensión, así que para manifestarte en nuestro mundo influye en la energía del ambiente, al ser energía es sensible a las vibraciones. Los instrumentos de viento aprovechan la energía cinética del aire como fuente generadora de vibraciones. ¿Te gusto el espectáculo? Yo compuse la melodía, la nombre Qu Jin Chen Qing— mostró lo orgulloso que estaba con su obra, como si el hecho de haber luchado con un demonio no tuviera importancia.

¿Qué es el armario?— interrogó el jade.

El armario es una puerta hacia este mundo. Existen varias puertas en nuestro mundo, son como aberturas, a veces esas puertas se abren y demonios entran— explicó con su extenso saber de investigador —Pero para lograrlo, deben poseer suficientes almas de este mundo— agregó.

Entonces, ¿Podemos entrar?— continuó el jade.

Espera un momento, entrar es igual de difícil que salir. Aun más si no has sido invitado. Una vez dentro serás susceptible a cualquier provocación, ilusión o espanto. Solo quienes ya han entrado pueden regresar, eso o a menos que seas un exorcista o hayas tenido una experiencia cercana a la muerte.

La tuve interrumpió.

¿Qué? soltó perplejo.

Me ahogué en un lago cuando era niño, técnicamente estuve muerto por dos minutos fue honesto, aunque omitió que desde entonces desarrolló una peculiar fobia al agua.

¿En serio? ¿Y viste a Dios? cuestionó el exorcista fanático.

¿Puedo entrar o no? impaciente.

En ese caso, sí que puedes.

¿Qué sucederá si el demonio logra salir?

Algo terrible— concluyó Wei Wuxian con una cortante seriedad extraña de apreciar en su persona.

Wei Wuxian preparó todo el escenario para el ritual y descenso de Lan Wangji. Sabía que era arriesgado enviar a una persona normal dentro del armario, así que fue precavido. Juntos contemplaron la niebla blanca, daba la impresión de que dentro no había nada más que un asfixiante vacío.

Bueno, es hora de que vayas por A-yuan declaró Wei Wuxian.

¿No iras conmigo?— confundido.

Debo quedarme fuera para evitar que el demonio salga, cuando entres, la brecha permanecerá abierta, entonces, el demonio tratará de salir. Además, el pequeño se mostró especialmente hostil hacia a ti. Es una clara señal de alerta. Podría reaccionar de forma violenta.

¿Es peligroso?— preguntó con una intranquila tranquilidad.

Quizás mueras— dijo insensible, un poco de aflicción se asomó en el rostro del jade, parecía más pálido que antes. —Pero no te preocupes, te protegeré, el demonio no podrá tocarte, pero tienes algo mucho peor que enfrentar allí dentro. Tus miedos. No puedes traer a A-yuan, el debe regresar por su propia voluntad. Debes hacer que vuelva.

Un profundo silencio atravesó la habitación.

Una cosa más, debemos tener una palabra clave, así podré ayudarte cuando estes en problemas. ¿Qué tal si usamos nuestros nombres? Aunque Lan Wangji, es muy formal, si queremos que funcione debe ser algo más íntimo y que solo tú reconozcas ¿Cuál es tu nombre de nacimiento? Apuesto a que muy pocas personas te llaman así— Wei Wuxian pensó que eso sería perfecto, pero Lan Wangji se mostró un poco recio a revelárselo, ni siquiera su esposa lo había llamado por su primer nombre.

¿No quieres decírmelo? ¿Es en serio? Ya somos lo suficientemente cercanos, incluso fuimos golpeados por un demonio, se puede decir que somos hermanos de guerra—. Pero el jade seguía sin estar convencido. "Bien, te diré el mío así tendrás que decirme el tuyo". Parecía que la experiencia le había dado ideas de cómo tratar con Lan Wangji. —Sé que nuestra primera reunión no fue la mejor, y seguramente te di una muy mala primera impresión, pero olvida todo eso, sí. Volveremos a presentarnos, esta vez lo hare correctamente. Hola, mi nombre es Wei Ying, ¿Cuál es el tuyo?— alargó la pregunta.

Lan Zhan— respondió el jade.

Muy bien, Lan Zhan, cuando te sientas perdido solo tienes que seguir mi voz.

Así se pactó una silenciosa promesa. 

|EL ARMARIO| - WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora