Capítulo VII. La mansión

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El camino llegó a su fin y la temible mansión apareció frente a sus ojos. Wei Wuxian apreció la antigua construcción, inevitablemente sus ojos se encontraron con la ventana de la habitación que guardaba el armario en el piso superior. Lo abrumó la sensación de estar siendo también observado. Sin más ingreso a la propiedad. Tenían unas horas antes del anochecer para iniciar la investigación.

Wei Wuxian rápidamente instaló todo su equipo dentro de la casa, mientras el hombre de jade lo perseguía por toda la casa, salvando los jarrones que Wei Wuxian tiraba sin cuidado para poder instalar las cámaras y micrófonos.

En cuestión de minutos, la sala de estar se convirtió en un cuarto de investigación y supervisión, con dos monitores cubriendo toda la actividad de la casa, las imágenes de las cámaras ubicadas en cada rincón aparecieron en las pantallas.

Terminaron justo antes del ocaso. Lan Wangji se sentó en el sillón frente al monitor, la tensión recorría cada célula de su cuerpo con las pupilas enfocadas ni siquiera podía pestañar. Sentía el latido de su propio corazón, anticipando los movimientos del fondo inmóvil en la pantalla.

Entonces de pronto se escucho a su lado el sonido de una succión rápida. Automáticamente giró la cabeza hacia donde provino el sonido solo para encontrar a Wei Wuxian sorbiendo fideos instantáneos al otro lado de la habitación.

Lo siento, te dije que tenía hambre— se excusó de antemano.

¿Siempre tienes hambre? — cuestionó irónico.

Usualmente sí. Pero cuando me siento nervioso o ansioso, me da mucha hambre. Para mí las cosas más sagradas son buda y la comida. ¿Qué hay de ti? — preguntó queriendo hablar un poco más con el jade, quien no está interesado y lo ignora —No eres una persona amable Lan Wangji— recriminó.

Por lo pronto retomaron la investigación. Se sentaron juntos observando ambos monitores con dedicación. Pasaron horas y horas, pero no sucedía nada. Los parpados de Wei Wuxian empezaron a cerrarse y su cabeza caía involuntariamente hacia adelante, luchó con el sueño por un rato, pero termino por dormirse. Su cabeza lentamente se deslizó hasta encajar en el hombro del jade.

Lan Wangji se preocupó, pero al notar que su compañero dormía no dijo nada. Simplemente estudió el rostro dormido de Wei Wuxian y por un fugaz instante su corazón se suavizó. Lan Wangji no estaba acostumbrado a la cercanía de los demás, ni al contacto de otros. Pero después de pasar todo el día escuchando los parloteos del exorcista se había acostumbrado a su aura llena de calidez. Su mente se apagó en una profunda meditación.

Pasada la medianoche, Lan Wangji medio despierto había empezado a sentir mucho frío en la habitación, su cuerpo tiritaba y se removió incomodo en su sueño. No sabía en qué momento se había quedado dormido, vagamente recordaba el calor de alguien, pero al despertar se encontró solo en el sillón de la sala.

Inesperadamente, sus pies se sentían húmedos, al revisar su parte inferior, descubrió que el piso se había inundado, agua brotaba desde el suelo y más caía desde el techo, de pronto todo el cuarto estaba llenó de agua. Retrocedió espantado, era inevitable. Se subió sobre el sillón, igual que un barco en medio del océano que lo resguardaba de la tormenta. Pero entonces el sillón se volteó y fatalmente cayó al agua. Terminando la pesadilla.

Despertó de un sobresalto con los ojos bien abiertos, todavía persistía la sensación de ahogo, dio una profunda bocanada de aire hasta llenar sus pulmones. Buscó a Wei Wuxian y donde debería estar la cabellera negra estaban los pies pálidos del exorcista. Cómo terminó de esa forma, era un misterio.

Entonces, mientras estaba distraído examinando la curiosa posición del exorcista, algo se movió en la pantalla. Fue fugaz. Una figura negra pasó sin dejar rastro. El jade se levantó de un salto, inmediatamente después fue hacia el piso de arriba donde la cámara captó a la figura. 

Al llegar hasta la cúspide de la escalera, frente al largo pasadizo que separaba las habitaciones, vio a la figura correr al final del pasillo, solo que esta vez era mucho más nítida que antes. Su estatura era pequeña, al igual que un niño, vestía de blanco, pero la vestimenta se confundía con su piel traslucida, la entidad corrió por el pasillo mientras reía infantil, era una risa conocida, un niño pequeño que reía juguetonamente. Lan Wangji por reflejo siguió al niño por el corredor, cada paso fue concedido con extrema preocupación. El jade no lo supo, pero mientras avanzaba las cámaras se apagaban una por una. Al final la pantalla del monitor que correspondía al pasillo se sumió en la oscuridad. 

|EL ARMARIO| - WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora