𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟯

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"𝐁𝐞𝐛𝐞́ 𝐛𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨"

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"𝐁𝐞𝐛𝐞́ 𝐛𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨"

¡𝐄𝐋 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐎 𝐁𝐋𝐀𝐍𝐂𝐎! ─exclama la partera de la selva, alzando en brazos a una bebé albina con la piel de leche y ojos rojos como la sangre. Bajo la atenta mirada de la semidiosa, oculta entre los arboles.

─¡Estamos malditos! ─exclama otra mujer de Calavera.

─Que la selva decida su destino. ─exige la partera, poniendo a la bebé en la espalda de uno de los hombres de la ciudad, haciendo sonreír a Zxenia─. ¡Corre, antes de que la maldición acabe con nosotros!

Transformándose en flores, Zxenia sigue por toda la selva al hombre. Ganando la atención de la bebé quien extiende sus manos con curiosidad creando aun más miedo en el masculino quien empieza a correr más rápido, dejando a la bebé a la entrada de una cueva.

Cuando el hombre se va, Zxenia puede volver a su forma original sin miedo a ser vista, acercándose cautelosamente a la bebé.

─Largo. ─ordena hacia una serpiente que intentaba dañar a la bebé, la cual acata la orden al instante, desapareciendo entre la hierba.

La semidiosa toma con cuidado a la menor, acunándola entre sus brazos. Esbozando una sonrisa al ver lo hermosa y frágil que es la bebé.

Poco a poco los animales fueron acercándose a ambas femeninas, un monito se cuela en el hombro de la semidiosa, atrayendo la atención de la bebé quien extiende sus manos hacia el.

─Monstro blanco. ─murmura divertida Zxenia, alzando a la bebé─. Solo te tienen envidia.

La bebé empieza a soltar de balbuceos creando una mueca en Zxenia, para que luego diga:

─Lo lamento no se hablar idioma... bebé.

Una brisa la ataca por la espalada, sintiendo la presencia de que alguien se acerca.

─Hola, Zatz. ─saluda Zxenia, aun con la bebé en brazos.

─Serías muy buena madre. ─murmura el albino, manteniendo su distancia.

─¿Que dices? ─pregunta algo divertida─. Apenas tengo 80 años, soy muy joven para ser madre...

─Tal vez algún día. ─habla, encogiéndose de hombros─. Debemos irnos, Mictlán quiere la presencia de todos.

─Que pena que nunca la acepten. ─murmura Zxenia, dejando a la albina alrededor de los animales─. Una pequeña albina, que curioso. 

━━━━━ ☪ ━━━━━


─¿Que recuerdas? ─la voz de Zatz la saca de sus recuerdos, encarando al semidiós a lado de ella.

─La pequeña albina. ─responde, creando una flor en la palma de su mano.

─Ya. ─murmura el masculino, creando un silencio cómodo para ambos.

─¿No piensas regresar al Inframundo? ─pregunta Zxenia, haciendo una mueca.

─No. ─responde desinteresado, acostándose de espaldas en el pasto─. Espero no te moleste que me quede aquí unos días.

─Para nada. Pero seguramente tu padre estará preocupado.

Zxenia voltea bruscamente hacia el campo de flores, llega en dos segundos gracias a su don, centrándose en unas pocas flores petunia que había en todo el campo. Una que poco a poco se empezaba a acabar hasta convertirse en cenizas siendo llevadas por el viento.

─Un Dios acaba de morir. ─informa hacía Zatz quien llagaba a lado de ella.

─¿Acat?  

─No tengo idea, todos son iguales. ─responde sincera─. Pero probablemente.

─Esas flores... ¿Representan a los Dioses? ─pregunta hincándose a lado de Zxenia. Obteniendo una afirmación─. ¿Por que no la arrancas?

─Por que no sabría a que Dios le quito la vida, tal vez podría arrancar la tuya. ─responde Zxenia rodando los ojos, viendo como el masculino hace una mueca─. A parte que no puedo.

─Tal vez son tus brazos  ─habla Zatz con burla─. ¿Puedo intentarlo?

─Adelante.

Las horas pasaron rápido para el semidiós quien no paraba de intentar arrancar de raíz la flor, pero solo consiguió quedar en ridículo frente a la semidiosa.

─De acuerdo. ─exclama el albino, sentándose a lado de la semidiosa─. Ahora se que no funciona. ─termina, creando una carcajada limpia en Zxenia haciéndolo sonreír torpemente.

─¿Te han dicho que te ves hermosa sonriendo? 

─Sí, me lo has dicho varias veces Zatz. 

─Y te lo seguiré diciendo, es la verdad. ─murmura viendo la Luna llena.

─Pensé que estarías triste por Acat. ─habla Zxenia cambiando de tema drásticamente.

─Siempre fue demasiado apegada a mi. ─explica el semidiós, sintiendo la atenta mirada de la contraria─. No me daba mi espacio.

Cuando ambos semidioses se encaran, quedan demasiado juntos uno del otro, creando las conocidas mariposas en uno de ellos. Justo cuando el príncipe esta por acortar la distancia, Zxenia sonríe y le da un beso en la mejilla haciéndolo suspirar decepcionado.

─¿Maya acepto ir contigo? ─pregunta Zxenia, parándose del pasto. Escuchando la risa burlona de Zatz.

─¿Crees que iría conmigo para ser sacrificada? ─pregunta fijando su vista e la Luna─. Creo que es más lista que eso.

─Es solo una niña, puede hacer muchas cosas sin pensar.

─Tu también eres una niña. ─informa con gracia el masculino.

─Una niña de 95 años. ─completa Zxenia teniendo a Zatz muy cerca de su rostro, de nuevo.

─Deberíamos cuidar a Maya. ─murmura el albino, teniendo la mirada fija en los labios de Zxenia.

─Si definitivamente...

Con un golpe de adrenalina, Zatz estampa sus labios contra los de Zxenia creando así un beso suave pero necesitado. Zxenia sigue el beso sin experiencia siendo guiada por Zatz pero al darse cuenta de lo que esta haciendo se separa bruscamente de este, viendo sus labios ligeramente hinchados.

─¿Por que hiciste eso? ─pregunta sin voz, tocándose lo labios.

─No lo se, golpe de adrenalina supongo. ─responde encogiéndose de hombros─. Vamos debemos cuidar a Maya. ─finaliza burlón. Desapareciendo de la vista de Zxenia, dejándola aturdida.

─No me mires de esa forma, el tomo la iniciativa. ─reprocha Zxenia hacia la guacamaya, transformándose en un camino de flores.


















[Primer beso y primer capitulo con falta de imaginación]

[A que los tome por sorpresa]

GOD LOVE                                                                    zatzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora