𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭

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"𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚𝐬"

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"𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚𝐬"

𝐋𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀 𝐇𝐀 𝐄𝐗𝐈𝐒𝐓𝐈𝐃𝐎 desde el inicio de la historia. Existió antes que el ser humano, antes que los dinosaurios se podría decir que incluso antes que los hombres primitivos, y seguirá existiendo después de nosotros.

No me refiero a la vida humana, me refiero a la vida natural, la naturaleza.

Los dioses no siempre fueron dioses, fueron personas normales que fueron elegidas para serlo.

Como Nikte, la Diosa de la Naturaleza, se le fue concedido ese título cuando ella murió protegiendo un bosque de un incendio, haciendo que este la adoptará como suya.

Otro ejemplo es Mictlán, el Dios de la Guerra, se le fue concedido ese nombre gracias al ser el mejor guerrero de sus tiempos. Así como todos los dioses tienen su historia, sólo que algunos no les gusta recordar.

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Sus pies se sentían calientes gracias al suele debajo de ella, nada fuera de lo normal al estar en un castillo donde debajo de este hay lava.

Todos los dioses estaban de espectadores mientras Mictlán hacia un escándalo al no tener a cierta semidiosa muerta.

Zxenia estaba harta. El calor del Inframundo la estaba matando, no de forma literal, pero ella no estaba acostumbrada a esas temperaturas extremas.

No fue hasta que el Dios de la Guerra para abruptamente para voltear a ver a los únicos semidioses del lugar.

─Ustedes... ─habla Mictlán señalando a ambos─. Tráiganme a la semidiosa.

─¿No cree que deberíamos esperar a que caiga la noche, Dios Mictlán?  ─responde Zatz, haciendo una reverencia.

─Concuerdo con el. ─apoya Zxenia─. Si vamos ahora, muchas vidas podrían ser arrebatadas.

─Oh Zxenia. ─habla el Dios separando su cabeza creando dos─. Eres igual que tú madre. Te diré lo mismo que le dije a ella. No me interesa la humanidad.

Finaliza haciendo que la femenina se trague sus palabras mientras fulmina al Dios con la mirada, apretando los puños.

─Vayan, antes de que ustedes sean el sacrificio. ─la suave voz de la Diosa Micte resuena por toda la sala.

Ambos semidioses salen del gran palacio donde Colmillo, el puma de Zatz, los esperaba fuera de este.

─Hiciste mal en retar al Dios Mictlán. ─reprocha Zatz tendiéndole la mano a la contraria para que esta pueda subir en el animal.

GOD LOVE                                                                    zatzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora