god love Zatz

𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟬

"𝐅𝐥𝐨𝐫𝐞𝐜𝐢𝐭𝐚"

Zxenia estaba más que feliz. Cargar a tu bebé por primera vez es una experiencia única, es la primera vez que ves a la criatura que creció dentro de ti.

Zatz estaba de la misma manera, ver a las personas más importantes de su vida juntas, podría morir una y mil veces por ambas.

─Hola... ─murmura Zxenia al ver los pequeños ojos grises de su hija, esta gimotea suavemente intentando sacar sus brazos de la manta en la que estaba enrollada.

─Es hermosa, mi flor. ─murmura el albino, besando la cabeza de la recién madre con cariño. Observando a la pequeña que los miraba con curiosidad.

La pequeña había heredado la cabellera albina de su padre y probablemente en unas semanas se noten los ojos café claro de su madre.

Mientras que en otra parte, en lo profundo del bosque, una nueva flor empezaba a crecer, anunciando que una nueva vida había comenzado.

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La recién nacida había estado dormida todo el día y eso alteraba a sus padres, la reina de Teca había dicho que eso era normal, los trillizos habían dormido 25 horas corridas, hasta que despertaron y ahora si empezaban los verdaderos problemas.

─Ha dormido mucho. ─habla Zxenia mordiendo su pulgar viendo la cuna en la habitación, donde dormía la pequeña albina pacíficamente.

─Zxenia, relájate. ─responde Zatz, pegando la espalda de Zxenia a su pecho, se había acostumbrado a hacer eso─. Solamente está dormida, no va a pasar nada malo.

La castaña suelta un suspiro, recargando su barbilla en la palma de su mano.

─Me siento pesada ─exclama Zxenia cubriendo su cara─. Aún sigo un poco hinchada.

Aunque la hinchazón de su vientre ya había bajado, aún su panza se veía de una embarazada de cuatro meses.

─No importa que estés hinchada, sigues siendo el amor de mi vida. ─responde besando los labios de la contraria. Atrayéndola más a él pero antes de que las cosas pudieran pasar a mayores, un llanto se escucho.

Zxenia salto del regazo de Zatz antes de acercarse a su bebé con una gran sonrisa en la cara.

─Hola hermosa. ─arrulla Zxenia, cargando a la pequeña Axa, nombre el cual le habían puesto cuando nació.

Axa poco a poco se empezó a calmar por los arrullos que su madre le estaba dando. No fue hasta que la pequeña aprieta con su manita el pecho de Zxenia haciéndola jadear con dolor, estaban un poco sensibles.

─¿Tienes hambre? ─pregunta sobando levemente su pecho, despojando la parte superior de su top.

Mientras por otro lado, Zatz veía con amor a su hija y a la madre de su hija y que realmente no cambiaría eso por nada de él mundo.

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Ahora la pequeña Axa tenía seis meses de edad, desde su tercer mes de vida empezó a vivir en el mismo lugar donde sus padres vivían, en el bosque. En las mañanas siempre los despertaba con su llanto pero no por qué tuvieran hambre o tuviera que cambiarle el pañal, si no más bien porque quería que la llevarán a pasear al bosque.

Este día no fue diferente. El llanto de la bebé despertó al albino, decidiendo que esta vez el sería quien llevara a pasear a su hija al ver lo dormida que Zxenia estaba.

Caminando hacia la cuna colgante donde estaba su bebé, pudo ver como esta tenía el ceño fruncido y un puchero en labios, amenazando con volver a llorar.

─Hola florecita. ─murmura Zatz, tomando a su heredera en brazos, está gimotea una vez que visualiza a su madre dormida─. Mamá no nos acompañará hoy, pasaremos tiempo de padre e hija. ¿Qué te parece?

Con la pequeña Axa en brazos, se encamina hacia el Bosque Infinito. Admirando los ojos claros de su hija mientras está veía los árboles con su pulgar en la boca, cuando está siente su mirada voltea a ver al albino con una gran sonrisa para luego estirar sus manitas a su cara.

Este ríe sin dejar de caminar, dándole un beso en la cabeza a Axa, oliendo ese aroma tan particular que los recién nacidos suelen tener.

Una mariposa anaranjada se posa en la cabellera albina de Axa desapareciendo al segundo.

─¿Qué pasa? ─pregunta Zatz cuando la bebé golpea su pecho, arqueando una ceja cuando su primogénita lo vuelve a hacer se nuevo.

La bebé gimotea frunciendo el ceño para volver a golpear el pecho de su padre, haciéndolo entender.

─¿Tienes hambre? ─el albino empieza a caminar de regreso a casa mientras la bebé empezaba a sollozar─. Yo no te puedo dar leche, Axa. Ahora llegamos con mamá.

Una brisa se siente detrás de ellos par que la bebé estire sus brazos hacia lo que estaba a sus espaldas mientras empezaba a sollozar se nuevo.

Cuando Zatz se voltea puede encontrarse con Zxenia, está extiende sus brazos hacia su hija siendo bien recibida, dejando un suave beso en los labios de su pareja.

─¿Por qué no me despertaste? ─pregunta Zxenia sentándose en el pasto estando en una posición más cómoda para poder alimentar a Axa─. Los hubiera acompañado con gusto.

─Te veías muy cómoda dormida. La partera dijo que debías descansar.

─Zatz, eso fue hace seis meses. Estoy bien. ─informa dando unas palmaditas en la espalda de la menor.

─Estés embarazada o no, mereces ser tratada como reina. ─habla el masculino, besando el torso se la mano de la contraria, sonriendo cuando ve cómo está se sonroja─. Y Axa será la princesa.

─Ay, Zatz. Realmente te amo. ─habla con voz embobada, besándolo con amor antes de transformarse en un camino de flores para regresar a casa, seguida de Zatz, transformado en murciélagos.

[Segundo capítulo y no puedo creer que estemos a nada del final de esta historia e/llora]