𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟲

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"𝐌𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐚"

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"𝐌𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐚"

HACE 15 AÑOS.

𝐓𝐎𝐃𝐎𝐒 𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐈𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐁𝐀𝐍 frente la abominación en persona, literalmente.

Hace nueve meses, la Diosa de la Muerte había engañado a Mictlán con un mortal. De ese engaño se creó el único ser vivo capaz de matar al Dios de la Guerra.

─¿En qué estabas pensando? ─exclama Mictlán furiosos, viendo a la recién nacida frente a el.

─Todo lo hice por ti, mi amor. ─responde Micte.

Zatz y Zxenia estaban detrás del padre del primero, eran unos chicos apenas de 80 años, aunque la femenina estaba más que fascinada con la mestiza.

─Un bastardo de un mortal y la Diosa de la Muerte. ─explica con asco el Dios de la Guerra─. La única cosa capaz de lastimarme. ─finaliza creando que todos los dioses suelten un jadeo de sorpresa─. Dame esa cosa.

─Espera amor mío. ─exclama la contraria─. Si sacrificas a esta niña semidiosa podrás aumentar tu poder inmensamente.

─Piensas en todo, mi amor.

Con un movimiento de mano, Mictlán aparece una gran espada con el único propósito de acabar con la vida de la nueva semidiosa. Zatz sostiene el antebrazo de Zxenia al ver como esta tenía en mente intervenir, negando levemente con la cabeza para volver a poner a la femenina detrás de el.

─Estas en lo correcto. Sacrificarla ahora aumentaría tu poder pero no tanto si la sacrificas cuando este mayor. ─informa Micte, haciendo que la bebé levite.

─Los sacrificios son más fuertes cuando maduran.

─Aguanta un rato, mi amor. ─opina la diosa─. La voy a mandar a la tierra de los mortales, que los tecas la críen. Te la devolveré cuando tenga, no lo se, 15 años.

─Sí, dales tiempo para que aprendan a amarla antes de su sacrificio.

─Oh, mi amado esposo. ─exclama la contraria, limpiando una lagrima falsa mientras rie─. Eres un maestro causando dolor.

Zxenia solamente podía apretar la mano de Zatz con coraje. ¿Por que tener un hijo si solamente lo utilizas como sacrificio? ¿Para que engañar a tu esposo solo para darle más poder?

─Nunca sabrán quien es su verdadera madre, tu no tendrás nada que ver. ─informa Mictlán, tomando la barbilla de su esposa con una de sus garras─. Nada en lo absoluto.

─¡Perfecto! ─exclama separándose del contrario─. La voy a mandar ahora mismo.

Micte paso entre los dioses, sintiendo las miradas en ella y en su bebé. Antes que las puertas cerraran, Zxenia paso por ellas, transformándose a su forma original cuando vio a la Diosa sollozar abrazando a su bebé.

GOD LOVE                                                                    zatzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora