¹Nuestro arcoíris ♡ [✓]

・5・

Ustedes bien saben cómo me encanta la paz y tranquilidad, pues se estaba disfrutando de ésta antes de que el ruido de la puerta nos interrumpiera.

Ambos entramos en pánico y lo único que alcanzamos a hacer era sentarnos en los lugares en los que estábamos.

Maldije para mis adentros al saber de quién se trataba.

—¡Oh que bien! Me ahorraste el grito Aida.. —Damián cortó la oración en cuanto notó la presencia de _____ y ella en cuanto escuchó eso frunció el ceño —Ahhh ¡Hola querida!

 _____ frunció un poco más su ceño para después regresarle el saludo.

—Eh ¿Hola?

Damián se acercó a mi para decirme al oído en un tono molesto y en un susurro:—No me dijiste que tenías visita. 

—No había necesidad de decírtelo. —contesté en voz alta, Carson solo nos observaba como si fuéramos unos extraños.

Mi padre y yo empezamos una discusión en susurro sobre que debí de haberle avisado sobre mi inesperada visita y sabe que tantas cosas hasta que _____ nos interrumpió.

—Ahh saben que.. yo.. ya me voy, no quiero seguir siendo una molestia. —tomó su celular que se encontraba en el sillón y a pararse de este.

—No seas mal educado y acompáñala a la puerta. —ordenó Damián a lo que yo le respondí con una mirada desaprobatoria.

—No hay necesidad de que me acompañe, si no lo quiere hacer.. esta bien. —dirigí mi mirada hacia ella y un impulso de querer responderle me invadió, y eso hice.

—No te preocupes, te acompaño. —dije serio y le extendí la mano indicándole que pasara primero.

_____ ya estaba por irse hasta que la detuve.

—Carson. —la llamé haciendo que girara en su propio eje para mirarme.

—Dime. —respondió acercándose lo poco que había caminado.

—¿La razón? —pregunté y ella frunció su ceño de forma confusa en respuesta al no saber a que me refería así que completé —por la que estás aquí.

—Solo olvídalo. —respondió soltando un pequeño suspiro y dirigiendo su mirada al suelo.

—Pero.. —me interrumpió.

—¡Olvídalo quieres! —exclamó volviendo su mirada a la mía con unas cuantas lágrimas en esta —. Perdón es solo que.. prefiero que lo olvides ¿si?

La miré unos cuantos segundos y acepté.

Ella se despidió de mi y me quedé afuera esperando hasta que ya no la alcanzara a ver para así entrar a mi casa.

Y ahora sigue el regaño de Damián.

[***]

Exploté.

Terminé mandando al carajo a Damián. Al final tuve que decirle todas sus verdades, su rencor hacia mi, sus órdenes, entre muchas otras cosas más.

A el también le molestó que le haya respondido de tal forma, porque si le grite muchas groserías y obscenidades, y no le agradó para nada. 

Y gracias a la discusión se fue, se salió de casa demasiado enfadado y eso es lo que menos me importa, estaba solo.

Pero ahora en vez de estar tranquilo con el silencio y la soledad siendo mis únicas acompañantes, la preocupación me carcomía.