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Café.

Una de las mejores bebidas que pudieron haber existido y una de mis favoritas, es simplemente superior.

Me encontraba en la cocina con una taza de café entre mis manos, deleitándome de su aroma para después darle un sorbo.

—Mierda. —maldije en un susurro, olvidaba lo caliente que estaba pero aún así seguía bebiendo  de el.

Ya era la mañana siguiente y se preguntarán dónde esta _____. Pues le dije que se quedara a dormir en mi habitación mientras que yo me iba a la sala y ahí dormiría, pero a ella no le gustó aquella idea. La estuve convenciendo que ella se quedara ahí y ella a cascarrabias aceptó.

No ha salido de la habitación, ni siquiera se si ya despertó, prefiero darle su espacio y ya si ella despierta pues que baje a tomar el desayuno.

Tampoco he visto a Damián, no sé si llegó a casa o si se fue temprano, ni idea.

Unos pasos se hicieron escuchar y me asomé para ver de quién de trataba, era _____ que bajaba tallándose los ojos tratando de despertar bien.

—Oh, buenos días Aidan. —saludó con su voz apagada.

—Buenos días —me acerqué a ella —¿Cómo amaneciste?

—Un poco cansada, pero bien. —respondió forzando una sonrisa.

—Bien.. vamos a que comas algo. —empecé a dirigirme a la cocina.

—No tengo hambre. —dijo ella y me detuve para voltear a verla.

—No, _____, no has comido desde ayer —mencioné volviendo a acercarme a ella —. Te pregunté si querías cenar y dijiste que no tenías hambre, así que no, tendrás que comer.

—No empieces Aidan. —se quejó soltando un suspiro pesado.

—Ándale, vamos a que comas algo, no me gusta la idea de que no has comido —mencioné llevándola a la cocina —, vamos.

Ya estando en la cocina le preparé su desayuno, pero a ella no se le veían ganas de comer.

O más bien energías.

—¿Qué tienes? —pregunté sin sonar tan preocupado.

—No es nada.. —respindió ella jugando con el desayuno.

—Claro que es algo —apoyo mis brazos en la mesa para observarla de cerca —, no tienes energías ni ganas de hacer algo.

Ella guarda silencio, manteniendo la mirada sobre la mía para después bajarla a su plato.

—Ya te dije que estoy bien —dijo con tristeza en los ojos —, no tienes que preocuparte.

Hubo un poco de silencio, estaba pensando en que hacer para subirle los ánimos.

—Bueno tengo una idea —rompiendo el silencio, me acomodé en la silla en la que estaba —, te contaré un chiste.

Carson rápidamente levantó su mirada con incredulidad en esta para decir:—¿Tú? ¿Aidan Gallagher me dirá un chiste? Valla eso es nuevo. —bufó y yo rodé los ojos como respuesta.

—Deberías de sentirte afortunada que seas la primera persona que le diga uno de mis chistes —le dediqué una mirada sería —. Bien tengo uno bueno.

—Te escucho entonces.

—¿Por qué el tomate no toma café?

—Amm no lo sé —dijo con una mirada extrañada —, ¿Por qué?

—Porque toma té.

Silencio.

Ella solo frunció su ceño.

¹Nuestro arcoíris ♡ [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora