13 - 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀

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Lisa Pov's

—¿Eres novia de mi mamá? ¿Ahora eres mi omma?

Jennie bajó la mirada y no dijo nada.

—Bebé, mira, es un gatito! —dije tratando de distraerla mostrándole a Leo.

—Huele a quemado.

Recordé los huevos y corrí con Judith en mis brazos aún. Los apagué y suspiré, se habían quemado y vuelto mierda.

Jennie se rio y pude ver como se acercaba a donde estaban los huevos. Miró mis huevos, o sea, los que había hecho y volvió a reírse.

—¡Mamá, ella quemó los huevos! —Judith se rio con Jennie aún más fuerte y aprecié el momento riéndome también.

Bajé a la niña y ella corrió a donde estaba Leo con Lily. Miré a Jennie y suspiré muy pesadamente. Esa niña era perfecta y ser su mamá seria lo mejor pero tampoco estoy con Jennie, no estoy en el derecho.

—Sí estás en el derecho, Lily.

Comprobé que ellas habían conseguido prender otra luz en mi vida. Y está sería la mejor luz que Nini pudo encender.
No tengo la menor duda de que estos meses últimos habían sido de soñarse. Me sentía cómoda y ya sin ninguna tristeza o algún vacío. Mi felicidad daba comienzo pero no fin y todo gracias a las castaña de ojos felinos.

—Judy, amor, ven —Jennie llevó los platos al comedor y puso el de Judy a mi lado y ella enfrente de nosotras.

La niña corrió al comedor y se sentó, serví el jugo y me senté. Parecía ser un momento muy especial para Jen y para mí...

—No respondió mi pregunta —sentí a Judith mirarme y hablarle a mi persona, la visualice y miré a Jennie.

Jennie asintió, dándome permiso a decir que eramos algo. Claro está que eso no es verdad.

—Yo soy la novia de tu mamá, pequeña. —hablé nerviosa con ella y ella trago apurada y se levantó en la silla.

—¡¿Ommaaaaa?! —chilló— Omma, tengo otra omma.

Era lo mejor que pude sentir durante toda mi vida, ella aplaudía emocionada como niño viendo juegos de diversiónes... Jennie comía con gran felicidad. Atrape a la nena en mis brazos y la miré, llené cara de besitos y la abracé. Recordando que Sorn estaría encantada con ella, se llevarían genial; Judy tiene cierto parecido a ella y es muy sensible también, puedo notarlo a simple vista. Es como su mamá.

Luego de haberla mimado un poco y hacerla reír, Jennie nos regaño y nos hizo comer rápido. La niña tenía tres años y ya comía sola y caminaba a la perfección, era increíble. Jennie al parecer era buena mamá...

—A dormir, mi niña. —dijo Jennie saliendo del baño de mi habitación ya cambiada para dormir.

Habíamos quedado en que podíamos vivir estos días juntas, mientras mi familia estaba de viaje y así nos hacíamos compañía y de paso Nani podía venir a cuidar a la niña y quedarse a dormir.
Debía decir que no me parecen condiciones de vida vivir en esa casa desgastada y muy lejos de acá. Era además un barrio peligroso y solitario, podría ocurrir algo que no sea de buen agrado.

—¿Mañana podríamos jugar en el jardín y salir a comer algo, omma? —argumenta Judy.

Era su mamá ahora.

—Mamá y yo intentaremos hacerlo, no puedo prometer nada, pero prometo que te daré un hermoso regalo de bienvenida a la familia Manoban.

—No hace falta, Lily.

Mire a Jennie y la mire incrédula.

—Claro que sí hace falta. Ya son parte de la familia Manoban y no cambiará jamás. —Jen cargo a la niña, ya la dormiría.

—Dile buena noche a mamá, Juju.

—Buena noche, ommaa.

Las vi salir de la habitación y me tiré en la cama, procesando cada segundo de lo que había pasado esta noche.
Era una locura, totalmente una locura hermosa.
Era mamá de una niña pura e inteligente... no podía pedir nada más que esto.

Tenía al lado a la mujer que dio luz a mi vida desde que llegó y nada era más valioso que eso.

—Cariño, quiero... hablar contigo de algo.

Jennie entró a la habitación y me hizo sentarme en la cama y mirarla algo nerviosa. Supuse lo peor.

—Sí, dime...

—Muy bien sabes que yo estoy enamorada de ti y ahora que aceptas a mi niña, creo amarte —suspiré e intenté hablar— Déjame terminar, por favor. Estoy siendo más feliz que nunca contigo y sé que tú también lo eres... por eso doy yo este paso de pedirte permiso para ser parte de tu vida pero oficialmente.

—Ya eres parte de mi vida, nena. —reí algo confusa.

—¿Quieres ser mi novia? —podía decir que mi alma salió de mi y volvió a entrar, estaba feliz, estaba encantada.

—¿Te demuestro que sí? —pregunté acercándome a ella muy lentamente, de una manera coqueta pero amorosa, hasta que llegué a sus labios, intentando demostrarle que sí quería ser su novia.

Pude besarla muchas veces pero nunca de esta forma. Era indescriptible lo que sentía en mí. Dus labios eran matadores y suaves, la manera en la que me besaba se demostraba única y no pedía nada más. Sería mía y yo suya por el resto de nuestra existencia.

—¿Entonces? ¿Mi novia oficialmente? —se separó y me acostó en la cama.

—Sí, linda, tu novia.

Ella chilló de emoción y me abrazó por un largo rato. Pude notar como, por fin después de varios intentos, al parecer estaba tímida, se sentó en mi pelvis específicamente en mi miembro. Se inclino y me dio un beso que llega al alma. Esos que son seguidos de sonrisas.

Amo su sonrisa cómplice después de cada beso, el grito mudo del deseo que se esconde en nuestros labios y que, si por mí fuera, nunca me alejaría más de dos centímetros de su boca. Así, cada vez que mis ansias de su amor desbordasen mis fuerzas, solo tendría que cruzar ese pequeño abismo para rozar de nuevo el cielo de sus labios.

—No había visto este lunar en medio de tus senos, Jane...

—Será porque no los has visto todos tan detalladamente, podrías hacerlo ahora...

Así fue 24 lunares en total, ocupando bellos lugares de su cuerpo blanco. Que si por mi fuera, besaría cada uno de ellos. Adoro en igual medida cada uno de los 24 lunares de su piel. Son el mapa del tesoro de su vida, un camino por las curvas en las que tantos otros se han matado por querer volar demasiado alto antes de estar preparados. Yo, en cambio, prefiero contarlos uno a uno, sin prisas, disfrutando del universo que se esconde en su piel.

Hay lugares de su alma a los que nunca ha entrado nadie, ni siquiera ella. Por eso me gusta ir despacio, pisando seguro antes de cruzar cualquier barrera que sus defensas hayan levantado. Y cómo me encanta que ella las cruce todas de mi mano, descubriendo juntas un mundo nuevo que empieza a brillar con luz propia en el horizonte de nuestras vidas.

—Amarte ahora es algo inevitable, Manoban.

@All Love.

LOVE MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora