05 - 𝐄𝐍𝐎𝐉𝐎

128 23 0
                                    

—¿Quieres ir conmigo al parque de diversiónes, el domingo? —y ahí estaba.

¿Acaso me estaba pidiendo salir con ella?

—Morena...

—Es parte del proceso de superación a Hyuna, debes despejar tu mente y concentrarte en otras personas y distintas cosas.

Tenía razón, debo salir de mi área y despejar mi mente. Últimamente, sólo salgo los sábados, ese es mi día libre, aprovecho para ir a casa de mis padres. Quiénes viajan a menudo debido a los trabajos empresariales que manejan.

Mi familia nunca ha sido esta familia empresarial.

Mis bisabuelos fueron parte de la mafia, por esa razón existe el bar. Por lo que mis padres cuentan, este bar era uno de los lugares más asegurados de todo Orlando, según ellos era el lugar donde gente mafiosa se reunía para planear sus actividades.

Cuando mis bisabuelos murieron, mis abuelos decidieron arrendar el local, hasta que nuevamente mi familia lo volvió a utilizar, volviendo el lugar, uno de los más hermosos y famosos de aquí.

No todas las familias son santas y la mía nunca ha sido santa.

—Está bien, el domingo iremos.

Su sonrisa se iluminó y se levantó de la silla, rodeo mi escritorio y me abrazó por detrás, sentí su barbilla reposar en mi cabeza. Mis nervios florecieron y mi corazón se aceleró. Me relaje un poco al sentir como me soltaba, pero esa relajación se acabó cuando ella le dio vuelta a mi silla y me dijo:

—Podremos comer helado y te invitaré a comer tu comida preferida; jugaremos en todos los juegos y te olvidarás de todo por ese día, Lizzy.

Yo le sonríe y por instinto la tomé de la cadera. La atreje y la abracé, ella acarició mi cabellera y se separó de mi, acuno mi rostro y se agachó, planteo un beso en mi frente y me dejó ahí sola.

Cuando escuché la puerta cerrarse, suspiré pesadamente y apoyé mis codos en mis muslos.

Sentí mis lágrimas caer, una tras otra, soltando el miedo que residía en mi interior. Jennie ha demostrado su preocupación por mi el primer día de conocernos, demostró más de lo que Hyuna demostró por mí.

Pero no permitiré nada más, ella es mi empleada y como una persona recta y buena jefa, debo colocar orden a mis emociones. Deberé entender que: el amor no es para mí y mucho menos creeré en la palabra de una mujer que apenas conozco.

Con el dorso de mi mano, quité las lágrimas que aún corrían por mis mejillas.

«Es hora de colocar orden a mis emociones»

Me levanté del escritorio y me senté en el sofa que se encontraba allí. Recosté mi cabeza en el espaldar y caí en un sueño profundo.

El bullicio hizo que mis ojos se abrieran, apreté los puños y cuando trate de enterrar mis uñas sentí un gran ardor en la palma. Recordé lo que anteriormente había sucedido.

«Jennie...»

Me levanté del sofa y miré mi reloj, 5:00 pm... ¡Mierda! He dormido un montón. Rápidamente me senté en mi escritorio y veo que hay una bandeja con un plato de frutas tapado con papel film, un termo con jugo y una carta... me pareció extraño este tipo de cosas, estas cosas no sucedían muy seguido.

Tome la carta y la abrí.

"Querida Lizzy;

Espero y te encuentres bien, he dejado un plato con frutas y un jugo por si tienes hambre. Salí a comprarme algo de comer con Rosé. Espero hayas dormido muy bien tu no tan corta siesta. Al parecer no duermes bien constantemente y eso no me agrada, debes descansar... por tu salud. Come y termina de hacer el trabajo que tienes pendiente, llegaré en unos instantes, colocaré una venda en tus heridas.

Con cariño

J.K - Nini."

Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas pero rápidamente alcé la cabeza, reteniendo las lágrimas. Sonreí al saber que era Jennie la que me había dejado el detalle. Abracé la carta en mi pecho y la guarde en una carpeta donde solo estaban cartas de Sorn -mi hermana de 4 años-.

—Veo que ya se levantó mi hermosa jefa. —la voz de Mimi me hizo sacar de mi pensamiento. La mire y su semblante ya había mejorado, parecía estar mucho mejor.

—Hola Mimi ¿qué es esa alegría? —le pregunté, ella aplaudió con euforia y lo gritó.

—¡Jackson ha despertado! —sonreí grandemente y corrí a ella, la abracé fuertemente y luego tome su cara en mis manos mirándola a los ojos.

—Me alegro que él haya des...

—¡Lizzy, debes desper... —la puerta se abrió de golpe dejando ver a Jennie, quién me miraba con el ceño fruncido y miraba a Miyeon de manera extraña—. Siento haber interrumpido su momento, señoritas, sólo vengo a avisarte que una nena y una señora te están esperando hace diez minutos en la barra. —me habló y cerró la puerta de un portazo.

«¿Se habrá enojado?»

—Parece que a alguien le dieron celos de que su jefa estuviera cerca de mí. —Mimi rio alto, y yo rodé los ojos.

Salí detrás de Miyeon y cuando apenas asome mi cuerpo por la gran barra, un pequeño cuerpo golpear mis piernas.

—¡Liz! —la voz chillona de Sorn retumbó en mis oídos.

—¡Linda! ¡Te he extrañado un montón, pequeña! —la alcé en mis brazos y llené su cara de besos, ella reía a carcajadas mientras yo seguía con los besos.

—Basta, Liz. —gritó fuertemente.

Esta vez una furiosa mirada encontró la mía, mi cuerpo tembló por entero. Jennie me miró con rabia y luego entró a su camerino. Dejándome totalmente confundida.

—Hola, mamá. —miré a mi madre, quién bebía agua.

—Hola, cariño ¿cómo te sientes? —me preguntó, supe que su venida no era sólo por venir a visitarme.

Yo miré de nuevo la entrada al camerino de Jennie y le respondí a mi madre.

—Este día a venido con sorpresas buenas, entonces no podría estar mejor. A pesar de haber tenido un pequeño problema.

Ella me miró con una sonrisa y río bajo. Se acercó a mí y beso la cabeza de Sorn y luego la mía.

—Eso me alegra, Lisa... Sorn tendrá que quedarse contigo por unos días, tu padre y yo tendremos que viajar a Boston por un problema que desde hace mucho debería de estar resuelto. —la mire confundida en busca de una explicación—. Lo platicaremos luego, hija. Las amo, niñas.

—Te amamos más, omma. —dijo Sorn besando el cachete de mamá.

Mi madre salió del bar y me dejó ahí, con Sorn.

—¿Quieres ver a Rosie? —pregunté. Sorn me miró con el mismo brillo que se aparecía en sus ojos al hablarle de Rosé—. Ya veo que sí, picarona.

Ella se ruborizo y yo bese su mejilla derecha.

—¡Rosie! ¡Rosie! —Sorn se bajo de mis brazos y corrió a Rosé, quien rápidamente de arrodilló y abrazó a mi hermana.

Le di una mirada de "cuidala mientras regreso" ella asintió y yo me encamine al lugar donde se encontraba la misteriosa castaña.

—Nini... —abrí la puerta y juro por mis dioses que morí al instante.

@All Love.

LOVE MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora