Palabras dulces=Manipulación
La noche del jueves, sentía que algo extraño pasaba en él. La aura se sentía completamente diferente, el ambiente ante sus ojos era desconocido. Creía que solo se sentía así por las caídas emocionales que tenía constantemente en las noches. La aura por una razón se sentía llena pero vacía a la vez, una sensación muy difícil de explicar y no había una manera de hacerlo. Su mente solo se centraba en esas sensaciones, mientras la música que escuchaba seguía sonando fuertemente. Se sentía pesado, y agobiado.
Eddie pensaba que aún no era tiempo de ir a la cama, no tenía sueño y no podría dormir con este conjunto de emociones acumuladas en su interior. Solo miraba el cuaderno lleno de apuntes apresurados, la luz de la lámpara era lo único iluminaba la habitación. Frotaba sus dedos, no quería morderse las uñas; ya las tenía muy cortas. En su interior, se sentía lo que el pensaba, que era normal. Se había acostumbrado a la ausencia de Venom, su ausencia seguía y ya había pasado un mes y unos cuantos días experimentando esa sensación. Aunque por más que habían tratado de aumentar las conversaciones, e interacciones, la ausencia y falta de amor seguía presente. Diría que se siente cuando tenía alrededor de doce años, pero en ese entonces sólo era un puberto obsesionado con las buenas notas y era un niño manipulable. Igual manera, se sentía feliz y lleno de atención que recibía de sus padres.
Ahora era un adolescente cansado, con problemas que supuestamente a su edad no debería tener. Las notas y la preparatoria era lo que menos le importaba ahora; la universidad ya no era tan importante para él, ya no pensaba como hace años que lo único que le importaba era graduarse de la secundaria y obtener certificados de preparatoria y universidad; tener una vida llena de éxito. Odia y ama su yo de antes, era tan manipulable e indefenso que hacía todo lo que los demás le decían que debía hacer. Pero odia demasiado a su actual yo, un tipo desinteresado de la vida y su vida estudiantil. Seguía siendo un adolescente manipulable, totalmente desequilibrado en sus planes y todo se le había ido de las manos. Su vida ya no estaba planeada y realmente no tenía ganas de hacerlo. Le asustaba que no pasara como él quería que pasara.
Las horas avanzaron, haciendo que sus párpados sientan un ligero peso en ellos. Volteo a la pequeña cama; aún no quería dormir y no le veía sentido en hacerlo. Ya no lloraba por las noches, dejó de hacerlo hace dos días y sentía que era un gran esfuerzo pero a la vez seguía reprimiendo lo que sentía. Estaba tan desesperado, ¿las discusiones no eran suficientes como para desahogarse? ¿por qué se sigue sintiendo tan horrible si lloraba todas las noches? ¿eso no era suficiente? Realmente estaba cansado de llorar y dañar su piel y su mente. Estaba tan cansado de aquello, que no había un propósito, ni de empeorar, ni de mejorar. Volvió a voltear a la cama, ya había pasado tanto tiempo sentado así que consideró que era hora de acostarse e intentar dormir.
Se recostó en la cama, cubriendo su cuerpo con una ligera manta gris, nublando su mente e intentando hacer que quede en blanco. Dejar de pensar como ambos se sienten, en su futuro o en él. Se acomodó boca arriba, no estaba listo para dormir y tener que volver a repetir la misma rutina a la mañana siguiente. Sintió una sustancia removerse en su interior, inmediatamente supo que era Venom que trataba de romper el silencio con un simple movimiento, trataba de iniciar la conversación que siempre tenían todas las noches. Nunca dormía sin haberle dicho una sola palabra al simbionte y el simbionte haber hecho lo mismo. Se llenaba de palabras dulces.
Se profundizó en la comodidad, intentando olvidar las responsabilidades y cosas pendientes que tenía que cumplir. Miraba a un punto fijo de su habitación, diferenciaba las decoraciones y cuadros colgados en la pared que tenía enfrente; distinguía los colores y la información que traían en ellos. Le llenaba de paz pintar algunos cuadros, aunque no era lo suyo, terminaba por convencerle el resultado que tenía. Había un cuadro colgado que tenía pintado en el una rana encima de un hongo rojizo; Venom le había ayudado a pintarlo, y el simbionte se centró hasta el mínimo detalle que debía llevar el hongo. Habían hecho varios intentos de ese cuadro, en los anteriores siempre se terminaban arruinado por agarrar diferente color o equivocarse en la silueta de la rana. También había otro colgado que le había hecho su madre hace años. Lo tenía ahí porque el cuadro es hermoso, no porque su madre se lo haya hecho.
El silencio no se sentía tan desagradable después de todo. Los silencios anteriores eran eternos y lo agobiaban de sensaciones terribles. Creía que para todo su vida iba a estar en un completo silencio; como si estuviera dentro de una caja grande y estuviera sentado en un rincón donde nadie lo notaría ni le haría caso. Hace meses, el silencio era lo ultimo que experimentaba; con Venom todo era ruido, sentía todo el tiempo palabras en su interior y la presencia era enorme. Ahora era escasa y sin ruido. Podría pasar todos los días sin soltar una palabra, tampoco sin interactuar con alguien. Básicamente sería alguien más que está ahí pero a la vez no quiere estar ahí, que lo hacen estar ahí en contra de su voluntad, pero no tendría palabras ni el valor de quejarse por ello. Ya estaba cansado que se dejaba llevar por las cosas que le decían.
La pesadez en sus párpados, en momentos se iba y en otros regresaba y lo hacían sentir aún más sueño. Intentaba no quedarse dormido, pero tampoco tendría el sueño para dormir. No se mueve, sigue en la misma posición, desde que dejó de estar enfrente de tantos cuadernos y libros, lleno de lápices y plumas. Piensa en cuánto tiempo lleva pensando, si se había sumergido en sus pensamientos tan profundos que olvidó por completo volver a establecer charlas con el simbionte, que aún se movía en su interior de un lado para el otro. Su presencia se sentía más por su hombro izquierdo, sentía que se movía más por ahí y trazaba todo su cuerpo con tentáculos. Su manera de comunicarse era tan rara cuando no quería usar palabras.
–Cariño, ¿cómo te has sentido hoy?–preguntó con un tono tranquilo. Ya no estaba desesperado ni lloraría por si el simbionte no le contesta. Habían pasado semanas desde que todo esto empezó y le sorprendía por la rapidez que tuvo al acostumbrarse al silencio absoluto. Pasaron segundos, cuando sintió aún la armonía de los movimientos de Venom; dejaría que tomara su tiempo de estructurar sus palabras, en lo que iba a decir.
–Relajados.
–¿Eso es bueno para ti?
–Para nosotros, sí.
–¿Estoy haciendo las cosas bien?–al lanzar la pregunta, Venom dejó de moverse y el silencio volvió. Las respuestas anteriores que tuvo fueron constantes, rápidas. Creyó que la pregunta tenía un subtexto fuerte para el simbionte, que no podría responderlo. Pasaron segundos, no había alguna respuesta ajena; pensó que ya había arruinado las cosas y la conversación terminaría hasta aquí. Pero volvió a sentir el mismo movimiento de Venom moviéndose por todo su torso, trazando sus brazos con sus tentáculos.
–¿Qué nos hace pensar que no los hacemos bien?
–Yo mismo.
–Las hacemos bien.
–¿Por qué parece que no?
–Nos costará establecernos.
–Me estoy cansando de hacerlo.
–Siempre estuvimos cansados.
Eddie no contestó a lo ultimo. Quería procesar a lo que significa la rara manera de motivación de Venom, alentándolo a seguir adelante pero a la vez diciéndole que esto no hay un arreglo y lo hecho ya está hecho. De algún modo, sin importar lo que hiciera, no estaba sintiendo que las cosas mejoraban y solo se envenena de palabras bonitas e inútiles para llenar ese vacío de preocupación y despreocupación a la vez. Podían pasar meses, las cosas seguían siendo las mismas, sin ningún avance y sabía que solo podría salir adelante con ayuda. Ya se había ayudado tanto a sí mismo que se había rendido.
–Sigue siendo lo mismo, seguimos estando mal.
–Sabemos que esto acabará.
–Me cuesta mejorarme.
–Todo estará bien para nosotros, amor.
ESTÁS LEYENDO
My Dear Symbiote
Fanfiction'Mi dulce simbionte. Mi único amor'. Eddie cae en el agujero de la miserabilidad, reprocha sus sentimientos y su corazón se come vivo a sí mismo. Su amado, su único gemelo, sufre toda consecuencia de sus acciones.