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Esto nunca fue una historia de amor

Hay una gran diferencia de un amor sano y de un amor violento. La dependencia emocional es una forma de ejercer violencia psicológica, dejar de valerse por sí mismo y no lograr una meta por su propia cuenta sin miedo. Nunca hubo un principio feliz donde el amor se ejercía con tanta fluidez y cariño, tampoco habrá un final donde se haya arreglado todo lo que hizo. Ni siquiera tenía claro que exactamente pasaba con sus sentimientos, no sabía cómo descifrar y detectar lo que siente por el simbionte. No sabía si lo amaba por la manera que lo cuidaba, por la atención que le daba, por la idealización que le dio durante meses, por el hecho de querer ser como él; fuerte tanto como físicamente y mentalmente. De verdad creía que era mentalmente estable, nunca lo había visto tan derrumbado por alguien que no vale la pena, por un infeliz.

Venom era el estándar que se había creado con el tiempo; cuando le preguntaban como quería que fuera su pareja, describía exactamente como es Venom. La idealización que se había metido en la cabeza era demasiado grande, tanto que quiere ser él y estar con él. Se preguntaba, ¿lo amaba por cómo es físicamente o por cómo le brinda la atención? Le parecía aterrador su físico, pero de una manera extraña y que le parecía alarmante, Venom para él es un ser atractivo; puede jurar que es el tono de la voz, el amor y atención, o simplemente porque tienen un vínculo de amor y por eso se mantienen mucho tiempo unidos aunque ambos estén cansados de los ataques mentales del otro.

Eddie creía que no era lo suficiente para Venom, nunca le había entregado lo suficiente y no había mucho que ofrecer; no podía pagar ni la mitad de cosas que ha hecho Venom por él, solo podía abstenerse a un simple agradecimiento. Le costaba meterse la idea de que Venom alguna vez fue feliz con él; es que, ¿eso era posible? ¿vivir todo el tiempo con alguien que no hace ni el mínimo esfuerzo para dar un paso adelante? Era una mentira, creía que era una mentira, las palabras dulces y hermosas de Venom eran mentira, su romance era mentira. Realmente no creía que era verdad, ¿quién lo querría? Nunca será lo suficiente por más que lo intente.

Perdió la cabeza, los pensamientos intrusivos llegaban y llegaban. No había alguna forma de deshacerse de ellos; el futuro lo temía y lo mantenía inquieto. Estaba totalmente desesperado por una respuesta, por un respiro y un alivio profundo, pagaría para dejar de tener tantos problemas si fuera tan fácil, si lo tuviera. Había algo que lo abstenía a pedir ayuda, para arreglarse a sí mismo y era el valor, le faltaba valor por medio de cuestionarse a como es y rendirse en el procedimiento. Pensaba que hasta un profesional no lo ayudaría, fue muy lejos a donde ha llegado.

Su cordura cayó, nunca hubo un Eddie feliz, solo uno que pretendía serlo. Hubo un Venom feliz, por un largo tiempo, pero ahora solo fingía serlo. Los problemas ya no sólo eran el no hablarse como antes, los alimentos y pequeñas discusiones por ellos; ahora había algo que perdía su conexión, como si estuvieran desconectados y ya no sentían un nosotros. Dos en uno solo que sentían estar en dos. Dos seres pensando en el amor y enfrentándose a lo que es la realidad, a una cruel y terrible historia de desamor e ilusiones. El problema era que se intentaban integrar en la sociedad y en la conexión de ambos que lo único que lograron fue aislarse. Los dos seres intentaron arreglar los problemas, pero lo único que consiguieron fue perder la cabeza y las ideas de su futuro; los dos seres que eran un nosotros lo perdieron todo.

–Venom...cariño. De verdad lo siento, lo lamento por todo, tu futuro, mi egoísmo, el dejar que mis emociones te hagan daño. No puedo hacer nada, sé que no podré lograrlo; sé que te mereces alguien mejor que yo...Yo, solo soy un adolescente, ¿por qué me escogiste? Nunca seré tu otra alma gemela como me lo decías. Nunca seré tan fuerte como tú, cariño...

Sentado en la orilla de una laguna del parque, el día no eran de los mejores pero tampoco podía ser uno diferente. Estaba completamente nublado y había probabilidades de que llueva; a Eddie le pareció un buen momento para dar un adiós, sin embargo tenía miedo de las palabras que podrían salir. Las lágrimas querían salir de sus ojos, las retenía con fuerza y melancolía. Podía sonar dramático, pero esas disculpas se las merecía en totalidad, Venom los retuvo y los sostuvo emocionalmente. Ya no quería hacer acciones físicas, solo quería darle una buena despedida a su querido simbionte.

–Sea lo que sea que estes pensando, sabes que no te permitiremos que lo hagas–sentenció, se escuchaba más serio de lo que podía ser, como si hubiera una mezcla de emociones en su voz. Una voz rota.

–No es eso, pero, ¿no crees que es momento de que busques a alguien más que no te exponga a un daño emocional?

–Te escogimos a ti, eres solo tú, Eddie.

–Venom, por favor. Es hora de que haya alguien más en tu vida...Puedo amarte, pero es suficiente.

–¿Suficiente de que?

–De que dejes de sufrir por mi culpa–cayeron las primeras lágrimas que retenía con una ligera fuerza. Tenía tanto miedo de dejarlo ir, a un amor que lo llenó y entregó todo su cariño para su bien; lo amaba tanto, pero sabía que esto no funcionaría para más.

–Esto también es una necesidad biológica.

–Sé que habrá alguien mejor, hasta biológicamente.

El lugar se inundó de silencio, uno tan incomodo y eterno por más segundos que pasen. Ahora era un chico que está arriesgando todo lo que le hace feliz, apagando su luz y la única esperanza que le queda en la vida. Está arriesgando su única oportunidad para ser amado y dar amor, está dando un adiós profundo a lo que creía que iba a ser algo eterno, hasta los últimos días de su vida. Se veía como un hipócrita, le había prometido que estaría a su lado siempre, sin embargo, lo amará para siempre.

Solo prométenos que vas a estar bien... Siempre te amaremos, Eddie.

–Voy a estar bien sabiendo que estarás bien.

–Te amamos, siempre recuerda eso.

–Yo...yo también te amo, recuerda eso.

Venom empezó a salirse lentamente del cuerpo de Eddie, sosteniendo su mano con un pequeño hilo negro, atándolo a su meñique haciendo referencia de esa historia: por más lejos que estén, siempre estarán destinados a amarse. Se fue arrastrando por el pasto, Eddie viendo como su felicidad se iba para que tuviera un futuro mejor; las lágrimas se detuvieron pero ese sentimiento de una gran soledad se estaba asomando. Venom entró en el cuerpo de un cachorro que iba caminando, para camuflarse de una sociedad tan mala, tan repugnante. Y después de un sufrimiento que se camuflaba de amor, Eddie sintió un alivio, pero no estaba para nada feliz.

Pensó, "esto jamás fue una historia de amor... fue dolor".

My Dear SymbioteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora