Capítulo 3

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La verdad es que no fue complicado para Kaeya realizar su propia investigación sin que Diluc se enterara. No pasó protegiendo a Mondstadt por cuatro largos años desde las sombras en vano. No, por supuesto que no, él también tenía una red de información ya consolidada, tanto dentro como fuera de la ciudad de la libertad.

Estaba seguro de que Diluc estaba realizando su propia investigación, sin embargo, enfocándose más en buscar culpables más que en su propio bienestar. Y es por eso que Kaeya sería el encargado de aquello.

Rió entre dientes; irónico que fuera él quien se encargara de la protección de alguien tan fuerte como Diluc...

Sin embrago, también tenía otro objetivo... y sería resolver el misterio. Es por ello que necesitaba mantener su ojo sobre su ex hermano jurado.

Entonces, ¿ocuparía a Diluc como carnada? Pues sí que lo haría.

Mataría dos pájaros de un tiro...o varios la verdad; se aseguraría de mantenerlo vigilado y a salvo, mientras desde las sombras descubre al culpable, a la vez que se mantenía lejos de los ojos vigilantes de su ex hermano jurado.

Usó a los acaparadores de tesoros en las afueras de Mondstadt para la primera parte de su plan. Ya le debían un favor o dos, quizás más, ya no recordaba bien, por ello, no se negaron a prestar su amable ayuda ni a preguntar para qué. Es más, hasta se veían asustados de su presencia, lo que le hizo reír por varias horas.

De alguna forma, se había conseguido una copia del resultado del análisis de la droga que intentaron que Diluc bebiera. Está bien, no fue complicado conseguir aquel análisis; Sacarosa era realmente desordenada y despistada con sus cosas, mientras que él fue muy bueno en encontrarlas por "accidente".

Con el informe en mano, perfectamente pudo ir hasta Lisa o Albedo para que rastreara su origen, sería más sencillo. Sin embargo, esto significaría que estaría involucrando a los caballeros en cosas que el pelirrojo tan amablemente le pidió que no lo hiciera...

Y ya estaba arriesgando demasiado involucrándose él mismo.

Por ello no le quedó más que buscar respuestas en el bajo mundo, cosa que hizo pidiendo ayuda a su fiel informante, Vile, que estuvo más que dispuesta a comunicarse con el contacto seguro en Liyue; un farmacéutico confiable que trabajaba en la ciudad de los contratos. Aun así, tendría que ser paciente por la información, pues no tendría respuestas hasta dentro de 15 días, y si es que tenía suerte, por lo que se dedicó a la otra parte del problema; los acosadores.

¿Por qué en plural? Nuevamente culpó a su instinto, el acosador que descubrió muerto en Aguaclara no debió ser el único... estaba seguro de ello.

Diluc tenía más de un acosador peligroso al acecho, y quizás muy peligrosos, si el asesinato de uno de ellos no fuera indicio suficiente.

Si bien Diluc se negaría a que su problema fuera llamado como un caso de acoso, por ser algo poco digno, Kaeya fue más objetivo y así lo llamó... quizás por los años que llevaba como capitán de la caballería.

¿Y cuál era la mejor forma de cazar a un nuevo acosador del que no se sabía nada o siquiera si existía? Acosando.

Y por supuesto, mientras este estuviera hiciera su trabajo, o sea, cuando estuviera espiando a Diluc.

Kaeya se rió, jamás pensó que él mismo se tendría que transformar en un acosador de su propio ex hermano jurado.

Bueno, no es que no lo hubiera espiado antes...

Así que, dejando de lado cualquier otro trabajo (más bien dejándolo a Amber quien se quejó por sólidos 30 minutos antes de aceptar luego de unas simples palabras de ánimo que la convencieron) ocupó las siguientes tardes y noches en seguir a Diluc sin que este lo supiera.

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