MENZOGNA

CAPÍTULO X: Apenas el comienzo

Dedicado a dtbowie

Dejaba incontables besos sobre su torso desnudo acostado en el ya conocido pastizal. El príncipe realmente estaba disfrutando cada instante a su lado, no podía terminar de creerlo. Era feliz, era más feliz que nunca.

Su sesión de besos a plena luz de día parecía inacabar, aún cuando sólo conversaban ninguno podía evitar besar de forma inesperada al otro.

Brindándole suaves caricias, Mick le agradecía el estar ahí con él.-Eres el mejor regalo de cumpleaños. -toma su mano y la besa repentinamente.

-¿Quieres ir a otro lugar? -le pregunta con una sonrisa de lado.

-¿En qué piensas? -Mick levanta ligeramente la cabeza y lo observa. Sonríe en cuánto entiende la intención sutil de su amado.

Con el arbusto a sus alrededores y las ramas del inmenso árbol donde se dejaban amar, frente al manglar dulce y la estrella diurna iluminando cada espacio. Los amantes vivían su amor a la luz del verano, el cual estaba por acabar sin parecerlo.

Había pasado un mes y las noches de luna aún era testigos de su amor, pero en el cumpleaños de Mick pensaron en que debía ser diferente. Demasiado riesgo, pero, ni todos los miedos impedirían que David hiciera de ese día, el mejor día de la vida de su príncipe.

Tomados de la mano, caminaban adentrándose en el bosque que quedaba no muy lejos de la cascada.

Sábana de lino sobre el pasto, una canasta de mimbre y unos pasteles recién hechos puestos en loza.

Mick observaba maravillado, con ojos cristalizados, todo lo que David había preparado para él. Para ellos.

-Esto e-es increíble, mi amor. -dijo, con las manos puestas sobre el rostro de su amado.

-¿Te gusta?

-Me encanta. -toma sus manos y los coloca en su cintura, mientras bordea sus brazos alrededor del cuello de su amado. Mick se acerca a David y lo que inició como un beso suave de agradecimiento iba envolviéndose en la más ardiente vehemencia.

-M-Mick, espera-dice entre jadeos, aun con los labios unidos a los del príncipe. Siente las manos calientes por debajo de su camisa subiendo entre caricias. Trata de apartarlas, sin separar sus labios de los de Mick. -Mick-suena levemente desafiante.

Se aparta y quita sus manos del torso del joven Bowie, quien frunciendo el ceño se veía molesto.-¿Qué sucede contigo, David? ¿No quieres estar conmigo? Entonces, ¿por qué me trajiste aquí?-realza su tono también enfurecido.

-Si quiero estar contigo, pero no es el momento.

-¿Por qué? ¿Por qué no lo es?-tiene la mirada fija y afilada puesta en David, mientras apretaba sus labios.

-No puede ser que estemos peleando por esto.

-Tú dime, David, ¿por qué crees que esto esté pasando? Las noches de este último mes, todas esas noches, no quisiste estar conmigo ni una sola vez.

-Estuve contigo.

-Sabes bien a qué me refiero. -señala en desafio con su índice.

Mick podía llegar a ser muy irritable, la peor característica que empezaba a conocer David. Odiaba eso, pensaba en que era parte de su naturaleza por ser un príncipe al que suelen cumplir los caprichos. David lo pensaba, pero jamás se atrevió a decirlo por las consecuencias que tendría. Hasta ahora

-No se te puede cumplir todo, príncipe. No todo es sobre ti. -se atrevió y, en cuanto terminó de decirlo, abrió aun más sus párpados sorprendido, viendo hacia un lado, arrepentido.