Capítulo XI: Un aliado

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Dedicado a @nattes_28

Observó irse a quien parecía ser un doctor, pensaba en la posibilidad de que el príncipe esté herido, enfermo o...
Deseaba ya no seguir torturándose.

El palacio aún estaba rodeado de guardias y seguramente los reyes estaban en la habitación de Mick. No era el momento, lo sabía.

David decidió volver a su casa y esperar a que sea el momento de poder regresar. Necesitaba verlo y de ninguna manera permitiría que el día especial de su príncipe termine así.

⁂⁂⁂

-Felicia, reúne a mi escolta. Diles que vengan a mi despacho.

-¿Saldrá del palacio, majestad?

-No, es sobre Mick. No le creo a ese doctor y el supuesto desmayo de mi hijo. Él se alimenta bien, ¿Cómo podría pasarle algo así?

-Tal vez pudo ser algo más.

-Eso voy a averiguar.

La ama de llaves salió del despacho con preocupación notable en su rostro. Mientras tanto, el rey esperaba caminando de esquina a esquina intranquilo.

En una mano tenía el cristal con güisqui -regalo del rey de escocia- que apenas sirvió. El rey no solía beber, a excepción de las fiestas y cuando algo le preocupaba lo suficiente. Y mientras el suave sabor avainillado y almendrado se diluía al gusto del rey Jagger, a los pocos minutos después los guardias esperaban al otro lado de la puerta del despacho.

-Pueden entrar. -contestó el rey luego de escuchar el primer toque en su puerta.

-Majestad. -dicen los guardias, mientras ingresan al despacho a la par que agachan sus cabezas en reverencia.

-Mi hijo -se detiene para tragar saliva y continuar. -El heredero a mi trono, mi hijo Mick. Él fue encontrado a mitad del bosque. Ahora, les preguntaré caballeros, ¿Creen que yo, el rey de Menzogna, me quedaré con la simple idea de que mi hijo sufrió un desmayo?

-No, majestad. -contestan.

-Por supuesto que no. ¿Encontraron a Ramón?

-Aún no, mi rey. Creemos que salió del pueblo. -dice uno de los guardias.

-Sí, ya hemos buscado por todos lados. Incluso en el bosque, no está. -menciona otro guardia, mientras el rey solo escucha y ve a los demás asentir.

Se niega a creer en tal cobardía. -Lleven a los perros si es necesario, pero encuéntrenlo. Debe responder por lo que le pasó a Mick. -les dijo, mas no era esa la verdadera razón.

El rey creía que solo Ramón sabría lo que le sucedió a Mick. No estaba tan alejado de la verdad, pero el tiempo del fiel guardia, minuto a minuto en esa cabaña, se estaba agotando.

⁂⁂⁂

Mick yacía en su cama, con el cuerpo adolorido y cansado. A los pocos minutos que había despertado, expresó notables quejidos que hicieron que el doctor lo examinara. Este descubrió las heridas en la espalda del príncipe, las cuales parecían ser rasguños y raspaduras.

Estaba la reina a un costado de su cama. Se veía preocupada y cansada.

Las cortinas estaban cerradas, apenas alumbraba un candeladro pequeño puesto en su mesa.

Le preocupaba el tiempo, la hora. ¿Ya era de noche?, pensaba. Necesitaba saber de David, temía que a él también le haya pasado algo malo.

-M-madre-balbucea con voz adormilada. -¿Qué hora es?

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