CAPÍTULO XV: Casi fin del verano

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Desde el alba hasta cada puesta de sol al caer la tarde, los días transcurrían con una rutina establecida y completa de actividades donde el rey junto al aprendiz príncipe lo acompañaba a distintas partes del pueblo de Menzogna. Por las noches, para las reuniones con demás reyes miembros de la sociedad de monarcas, que en ocasiones eran situadas en el mismo reino o en reinos vecinos, la presencia del príncipe Mick era repetitivamente aclarado por su padre, de extrema obligación, bajo la amenaza de al reusarse de asistir podría privarle de las demás actividades pueblerinas, las cuales si disfrutaba.

A solo dos semanas porque terminara el verano, con el rey de Bugía y Glenda aun en el palacio, Mick sabía que pronto tendrían que irse.

Soportaría unos días más los comentarios del rey en cada desayuno, donde no hacia mas que insinuar su afán por casar a su única hija.

No conoció ni conocerá tipo más odioso, pensaba.

—Creo con sinceridad, mi rey Jagger, que las actividades del príncipe son demasiadas durante el día, tanto que le ha restado tiempo para convivir con mi hija Glenda, quien sobra decir, será su futura esposa.

Mick frunce el ceño e intenta con la mirada buscar apoyo en su madre.

—Me atrevo a decir que Mick, si bien es cierto que lleva una rutina completa, pero es de cierta forma la mejor garantía de que se convertirá en un gran rey que le brindará la estabilidad al reino que ha venido manteniendo con mi esposo. Garantía que abarca también a beneficio de su hija, Glenda. Mick trabaja muy duro para ser un gran rey y no veo el inconveniente en que por ahora no tenga el tiempo para convivir como lo expresa. Ambos están bajo el mismo techo y son buenos amigos, eso me consta. —replica la reina.

—Lo siento, mi reina. Jamás quise devaluar el trabajo del príncipe para con su reino. Es de admirar su iniciativa a tan corta edad. Pero como saben, al termino del verano volveremos a Bugía. Eso sucederá en dos semanas, así que he pensado en que tal vez el príncipe deba acompañarnos.

—¡¿Qué?! —gritó Mick.

—¿Qué? —preguntó Glenda.

—¿Mick ir a Bugía con ustedes? —pregunta la reina.

—Sí, no será por mucho. Supuse que debían saberlo. Mi hija y yo venimos hasta su reino y él va al nuestro. Es lo que se hace. Así lo dictan las normas de un compromiso establecido bajo la protección de la sociedad de monarcas.

¿No se los comunicó mi rey? —se dirige hacia el rey Jagger, quien evita mirar a la reina.

—Sí, Mick irá. —expuso el rey.

—Entonces el rey y yo tenemos una conversación pendiente. —manifestó la reina, con notable enojo.

—Con permiso, me retiro a mi habitación. Gracias. —dice Glenda con pesar, antes de irse. Mick solo la observa.

⁂⁂⁂

—¿Por qué? ¿Por qué haces todo sin consultármelo? Es mi hijo también. ¿Irse? ¿Irse a Bugía? Mick allá, ¿cuándo planeabas contármelo?

—Sabía como te pondrías, exactamente como estás ahora. No le hace bien al bebé. Por favor, cálmate. —dice el rey, tratando de tranquilizar a la reina que caminaba de un lado a otro por el despacho. — grita desde la puerta—¡Felicia! ¡Felicia!

—¡Suficiente! Siempre haces lo mismo, haces de la vida de nuestro hijo lo que te place y luego vienes a mi queriendo que te apoye y siempre termino haciéndolo. Mick no irá a ese reino. Yo sé bien lo que significará que lo haga y no pienso permitirlo, no lo haré.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2022 ⏰

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