42.Frey Stein

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Miraba la gente pasar por la ventana felices de la vida, ¿Qué mierda le ven de feliz a esta vida?, Aunque tendrán sus estúpidos motivos y personas que le dan ganas de vivirla y disfrutar la vida.

En mí caso no había razones suficientes para estar feliz o simplemente dejé de buscarlas.

Meredith: Deja de ver al vecino. –. Dijo haciendo que quite mí vista de él pelinegro.

Brigitte: No lo estaba viendo a él. –. Intenté disimular.

Meredith: Claro suelo hacías, te gusta el pequeño Frey Stein. –. Intentó hacerse la amiga joven

Brigitte: Es mayor que yo por unos meses. –. Aclare a la castaña.

Meredith: Bueno tengo que irme,las sobras de ayer están en el horno o tienes dinero en la mesa para pedir algo, no llegaré hasta mañana, tu tío Evan está trabajando y vendrá tarde seguro. –. Decía mí "madre" mientras se miraba en el espejo.

Brigitte: Ajá,¿Crees que estarás presente en mí velorio o también me dejarás sola como hoy en mis cumpleaños?. –. Pregunté viéndola sin emoción.

Meredith: ¿Dijiste algo querida?. –. Preguntó dándose vuelta para verme.

Brigitte: No, ¿Estás escuchando voces?, Debe ser la edad. –. Contesté haciendo que me mirara mal.

Meredith: Tengo 36 años, no soy tan vieja. –. Dijo retocando el maquillaje que tenía.

Brigitte: Claro, ya se te hace tarde para verte con Martín. –. Dije para que se vaya.

Meredith: No saldré con Martín, saldré con John, no duermas tardes, te amo. –. Dijo antes de agarrar su bolso.

No respondí, no me salía decirlo, ni siquiera sabía si podía sentir lo que llamaban "amor" o el simple hecho de "querer", nunca había recibido el cariño de nadie o eso creo, no se distinguirlo de las demás emociones.

Agarre el celular y empecé a ver series en Netflix hasta que me dio hambre y fui a la cocina a prepararme algo, no iba a gastar su miserable dinero o comer algo que hizo ella, ni siquiera sabe cocinar y está todo quemado lo de ayer.

Cuando estaba bajando las escaleras el sonido del timbre retumbó en la casa, ¿Es tan estúpida que se olvidó las llaves de nuevo?, Fui hacia la puerta y me lleve una sorpresa, esa no era Meredith, es la vecina, Mila Stein y dos de sus hijos.

Mila: Hola preciosa, ¿Está tu madre en casa?. –preguntó con su sonrisa de siempre, ¿No se cansa de sonreír?.

Brigitte: Meredith acaba de salir. –respondí en tono frío.

Mila: Oh qué lástima, venimos a la cena que nos dijo ayer. –. Dijo con una mueca.

Brigitte: Típico de Meredith, se compromete a las cosas pero jamás las cumple. –. Dije viendo a la rubia.

Mila: Emmm... ¿Has cenado linda?. –. Pregunto algo incómoda pero sin perder la sonrisa de la cara.

Brigitte: Estaba por cocinar algo. –. Respondí sería.

Kaia: Puedes venir a cenar a casa, podría cocinar algo especial para ti. –. Se metió su hija animada.

Brigitte: Claro, nunca diría no a la comida. –. Contesté con una falsa sonrisa.

En realidad sería una excusa para no cocinar y sería comida gratis, ¿Quién le dice que no a la comida gratis?

Heist detrás de ellas por primera vez estaba callado y serio en su lugar, algo sorprendente siempre decía algún comentario o algo por el estilo.

Los cuatro nos encaminamos hacia la casa vecina donde ellos vivían.
Al entrar a la casa Kaia me agarró del brazo y guió hacia la cocina, la ayudé a cocinar y preparamos pollo al horno con papas, y luego un pequeño postre.

Mila: ¿Cuando cumples cariño?. –. Preguntó mientras la ayudaba a poner la mesa.

Brigitte: 18 de febrero. –. Respondí normal, ella dejó los cubiertos de golpe y me miró.

Mila: Pero eso es hoy. –. Dijo sorprendida.

Brigitte: He si... –. Dije algo dudosa

Mila: Debiste decirnos, pudimos regalarte algo o hacer un pastel. –. Dijo amable.

Brigitte: No celebro mí cumpleaños. –. Dije haciendo una mueca.

Mila: Oh, está bien. –. Comprendió la situación rápidamente.

Terminamos de preparar la mesa y ella se encargó de llamar a todos a la mesa.

Sabía que la señora Stein tenía tres esposos, lo que me parecía genial y lo aceptaba, cada uno hace con su vida lo que desee hacer.

Estábamos en silencio cenando, sentía la mirada de Frey en mí todo el rato y me ponía incómoda que me viera comer.

Mayne: Dinos, Brigitte, ¿Estudias o trabajas?. –. Pregunto rompiendo el silencio el señor Stein

Brigitte: Si, estudio y estoy viendo algún trabajo de verano. –. Respondí tomando un poco de agua.

Valter: ¿Qué estudias?. –. Preguntó con una sonrisa.

Brigitte: Arquitectura. –. Respondí dándole una sonrisa pequeña.

La cena siguió normal, hasta el postre dónde la señora Mila junto a Kaia trajeron el postre con una pequeña vela en ella mientras cantaban el feliz cumpleaños, los presentes se sumaron hasta que llegaron a mí, por primera vez sonreí de manera natural.

Mila: Pide tres deseos, Bri. –. Dijo acariciando mí pelo suavemente.

Cerré los ojos, pensé en mis deseos Y apague la vela, ellos aplaudieron mientras me felicitaban.

Luego quise ayudar a juntar las cosas pero no me lo permitieron en la mesa quedé con Heist quien hablaba con alguien por el celular.

De la nada llegó Frey y me tendió una pequeña cajita, dudosa la agarre haciendo que nuestros dedos se rocen.

Brigitte: No tenías porque. –. Dije con una pequeña sonrisa.

Frey: Te lo iba a dar hoy cuando nos vimos en el supermercado pero no pude, feliz cumpleaños Brigitte. –. Dijo mirando al piso ocultando el rosa de sus mejillas.

Abrí la cajita dónde se encontraba un pequeño collar con un tren chiquito, sonreí porque sabía que los trenes eran sus favoritos.

Brigitte: Me encanta, gracias Frey. –. Dije con una sonrisa para luego besar suavemente su mejilla.

Frey: ¿Te ayudo?. –. Pregunto aclarándose la garganta.

Brigitte: Si, por favor. –. Dije pasándole el collar.

Él corrió mí pelo con su mano y pasó el collar tocando con sus dedos ligeramente mí cuello, la piel se me erizaba ante el contacto frío de su tacto y el collar, cuando lo abrocho me di vuelta quedando a una poca distancia de su cara, ambos nos sonreímos mutuamente.

Sin dudas fue el primer cumpleaños que la pasé bien en mí vida.

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