47.2 Ares Hidalgo

4.3K 343 11
                                    

Ares estacionó el auto lo más cerca posible del lago, mientras que Lourdes bajó y fue hacia el muelle para verificar si habían botes.

Lourdes: Tenemos suerte, dejaron los botes sin seguro en el lago. —dijo la chica al lado de Ares.

Ares: Ahora solo tenemos que sacarla sin que se despierte. —dijo él, mientras veía de reojo a la chica.

Lourdes: Quise hacer esto desde que lo vi en juego de gemelas. —dijo emocionada.

Ares: Me di cuenta. —rio el chico por el entusiasmo de la rubia— Ahora agarra a la señorita zanahoria de las piernas y yo de los brazos.

Ordenó sonriendo hacia la rubia quien acató la orden sin rechistar con cierta emoción por lo que estaban por hacer.

Con cuidado llevaron a la chica hacia el muelle y la pusieron en el bote, ambos aplicaron un poco de fuerza haciendo que el bote frote lejos del muelle a la deriva.

Ambos rieron por la maldad cometida, sin decir una palabra se acostaron en el muelle con sus pies descalzos tocando el frío del lago, sus manos entrelazadas y la vista en el cielo de la noche.

Lourdes: ¿Crees en el karma?. —preguntó la rubia mientras veía el cielo.

Ares: ¿Por qué preguntas?. —cuestiono mientras giraba su cabeza para verla.

Lourdes: Acabamos de hacer algo que se considera malo, creo que si el karma existe podría afectarnos. —contestó la chica girando su cabeza para verlo.

Sus ojos conectaron, los azules de él contra los verdes de ella, ambos con un brillo en ellos, ambos no se daban cuenta de ese detalle.

Ares: No lo creo, aunque quien sabe quizás tú eras el karma de ella. —dijo encogiéndose de hombros.

Lourdes: Pero tú no y aún así me ayudaste. —inquirio mordiéndose el labio de nerviosismo.

Ares: No me preocupa el karma si es por ayudarte. —confesó corriendo la mirada hacia el cielo que empezaba a aclararse.

Lourdes: Ares... —lo llamó en voz baja, viendo el perfil del chico.

Ares: ¿Si?. —pregunto mirándola de reojo.

Lourdes: Creo que deberíamos irnos,ya está amaneciendo. —dijo soltando la mano del chico, mientras se levantaba.

No espero respuesta y se fue hacia el auto, sentía que casi arruina todo, casi se lo dice y eso no podía pasar.

Él tiene novia, él tiene novia, él tiene novia.

Se repetía una y otra vez aunque no sabía que hace unas horas Raquel había terminado con él chico.

Ares se subió al auto y en silencio empezó a manejar hacia la casa de la rubia, ninguno decía una palabra, el chico se sentía confundido por la actitud de la chica, mientras que la chica se sentía mal por los pensamientos que tenía hacia su mejor amigo.

Al llegar ambos bajaron para adentrarse a la casa, una risa salió de los labios d la chica al ver la escena frente a ella, Apolo dormía abrazado a Gregory mientras ambos tenían botellas alrededor, Samy estaba durmiendo en un sofá sola y Marco estaba durmiendo sobre la mesa.

Lourdes: Ares, quiero hacer una maldad más. —se giró hacia el azabache con una sonrisa.

Ares: ¿Cuál?. —preguntó con una sonrisa.

Lourdes: Tiene que ver con el maquillaje. —contestó con maldad.

El chico sonrió al entender a lo que se refería la rubia y asintió con la cabeza mientras tiraba de la mano de la chica hacia la habitación de la chica.

Al llegar agarraron el maquillaje de la chica y volvieron a bajar, mientras intentaban no hacer ruido se encargaban de pintar las caras de los chicos.

Ares: ¿Pintamos a Samy? —cuestionó con curiosidad viendo a la chica durmiendo tranquilamente.

Lourdes: No, aún no quiero morir. —respondió susurrando para no despertar a los chicos.

Al terminar con la maldad subieron a la habitación de la chica para encerrarse y rompieron a carcajadas.

Ares: Vamos a dormir antes que salga tu maldad a la luz nuevamente. —calmó su risa mientras la agarraba de la cintura para acostarla al lado suyo en la cama.

Lourdes: Fue una buena noche. —dijo acostándose sobre el pecho del pelinegro.

Ares: Si lo fue. —susurro abrazando a la chica, para poder dormir.

[...]

Los meses pasaron rápidamente para todos, la noticia de que Ares había terminado con Raquel se corrió rápidamente por todos lados, volviendo a ser el soltero más codiciado nuevamente.

Aunque el chico solo tenía ojos para una única mujer y estaba dispuesto a todo por ella.

Ahora ambos jóvenes se encontraban viendo una película en la habitación del chico, aunque Lourdes era la única que estaba viendo la película, ya que el chico no podía apartar su vista de la rubia.

Claudia: Señorita Lourdes, ya han llegado por usted. —dijo la pelirroja entrando a la habitación.

Lourdes: Oh, gracias por avisar, Claudia. —sonrió con amabilidad hacia la chica.

Claudia correspondió a su sonrisa y salió dejando a ambos jóvenes solos nuevamente, cuando la chica quiso levantarse de la cama fue atrapada por los brazos del joven.

Ares: No te vayas. —dijo sobre el cuello de la chica mientras la apretaba contra él.

Lourdes: Ares, mis padres me esperan bajo. —rio un poco el comportamiento del chico.

Ares: Quédate a dormir conmigo. —dijo separándose un poco de ella.

Lourdes: Me he quedado anoche. —sonrió tocando el pelo del chico.

Ares: Quédate hoy también, por favor. —hizo un puchero con el labio mientras veía insistente a la chica.

Lourdes: No lo sé, Ares... —dijo la chica algo nerviosa al darse cuenta de la cercanía entre ambos.

Ares: ¿Qué puedo hacer para convencerte?. —sonrió al darse cuenta de los nervios de la chica.

Lourdes: Seduceme y lo pienso. —bromeó la chica.

Ares: Lo que quieras. —dijo con una sonrisa acercando su cara hacia el cuello de la chica para besarlo.

Lourdes: ¿Qué ha... ¡Ares!. —dio un leve grito al sentir los dientes del chico morder su cuello suavemente.

Él siguió haciéndolo mientras besaba, mordía y succionaba la piel sensible de la chica nublando su juicio, llevó las manos hacia la cabeza del chico tirando de su cabello.

Él sonrió antes eso y se separó de su cuello, antes de que ella pudiera reaccionar unió sus labios con los de ella como tanto lo deseaba hace mucho.

Un beso que transmitía todo el deseo que sentía hacia ella, todo el amor que le tenía y todo lo que se había guardado por años.

El ambiente iba subiendo de temperatura cada minuto un poco más, se separaron por un segundo para poder recuperar la respiración, antes de poder volver a probar sus labios la puerta fue abierta por Scarlett, la hermana mayor de la rubia.

Scarlett: Esté... creo que les diré que te quedas a dormir. —dijo saliendo rápidamente de la habitación.

Ambos se miraron para reírse por la cara de la hermana de la rubia.

Lourdes: Supongo que me quedo. —dijo la chica con una sonrisa.

Ares: Supongo que si. —sonrió por lo que acababa de pasar.

Sus miradas se conectaron, para volver a unir sus labios en otro beso, la noche pasó entre besos y ciertos toques por parte de ambos.

Así comenzó todo para ellos, una nueva etapa en sus vidas que duraría por muchos años más.

➡️ O N E S H O T S ⬅️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora