Cierro los ojos mientras los recuerdos felices se pasean por mí mente, era algo que ya venía venir, la ansiedad me hacía ver ese tipo de escenas todo el tiempo, como cuando creas escenarios poco probables en tu mente, pero que sabes que podrían ocurrir en algún punto.
Aegan se había cansado de mí, de mis ataques de inseguridad y la falta de amor propio que me tenía, sabía que cuando llegara algo mejor me dejaría como a todas sus ex's novias.
-Tranquila, no hagas algo que te vayas a arrepentir. -dice Jude del otro lado de la línea telefónica.
-Es... es que yo lo amo. -respondo sollozando.
-Lo sé, no pongo a prueba tu amor por él, estoy en camino, no hagas nada. -advierte antes de colgar el teléfono.
Sigo llorando, soltando todo lo que venía acumulando desde que lo noté cortante conmigo, desde que sus mensajes ya no eran frecuentes, desde que tardaba horas en responder, pero... ¿Quién era yo para reclamar?, Nadie. Es más lo entendía, tenía sus cosas, le daba su espacio.
-No me queda nada. -hablo con mí gato, mientras limpio las lágrimas de mis mejillas.
Qué ciega estaba.
Al cabo de un rato la puerta de mí departamento es abierta por mí mejor amiga Ivy o bueno ahora Jude.
-Leah... -dice al verme, podía sentir su lástima hacia mí, lo veía en sus ojos.
-Ivy. -digo sacando mí labio inferior hacia afuera, mientras mí voz temblaba seguido de sentir mis ojos arder.
-Oh, ven aquí. -habla viniendo hacia mí con los brazos abiertos
Entonces no aguante más y me volví a quebrar en los brazos de mí mejor amiga, lloré, lloré por la ruptura con Aegan, por el vacío en el pecho que sentía, por todo aquello que guardaba desde hacía meses.
"No me voy a cansar de ti, Leah"
Mentiroso, eso era. ¿Lo peor?, Yo lo sabía y aún así caí en sus mentiras, me aguante su humor de mierda y sus episodios de celos, insultándome me parecía tan tierno, ese es el poco respeto que me tengo.
[...]
Fueron días duros, donde pensar en él me dolía, había días donde deseaba con el alma que me enviara un mensaje, nada le costaba haber terminado conmigo de una buena forma, que seamos siendo amigos, que esa amistad que se había formado antes de ser pareja siguiera intacta.
Jude se mudó conmigo, pues tenía miedo que de que hiciera algo en contra de mí propia vida, lo tenía pensado, pero había avanzado demasiado en mí vida para dejar que se derrumbe todo por alguien que no me tuvo paciencia y se fue de mí vida, alguien que no entendía mí forma de amar, alguien que no se merecía mí amor.
-Leah, la cena ya está, deja la computadora de lado por un segundo. -dice Jude lanzándome un repasador de cocina.
-Espera cinco minutos, tengo una idea para una historia y necesito plasmarla antes de que se me vaya. -rio mientras tecleo en la computadora.
-Solo cinco minutos. -advierte antes de salir de mí habitación.
Escribí una idea que se me había cruzado por la mente y me levanté de la silla de mí escritorio con una sonrisa, caminé hasta la cocina y frené en seco al escuchar la voz masculina de Aegan.
-Solo quiero hablar con ella, Jude. -escuche del otro lado de la puerta
Mí corazón latió con fuerza, pero un dolor agudo se instaló en mí pecho, mí cuerpo empezó a temblar y escuchaba la voz de mí mejor amiga reclamándole a mí ex novio por como me dejó y que ahora estaba saliendo adelante, que no podía venir a joderme la vida denuevo.
-Jude tiene razón, no puedes hacerme esto, no puedes venir a mí casa cuando quieres, haciendo como si no me hubieras dejado por mensaje y diciéndome barbaridades de cosas. -digo entrando a la cocina.
Se veía cansado he de admitir que no se veía como el Aegan que conocí, pero no me iba a dejar caer por segunda vez.
-Vete de mí casa. -digo antes de que abra la boca.
-Leah, cariño...
-No... no te atrevas a hacerte la víctima, tú no eres la víctima, yo soy la víctima, víctima de tus mentiras tus engaños de todo. No te atrevas a querer hacerte el sufrido ahora. -interrumpo su hablar, no quería escuchar más mentiras, ya no quería nada de él.
-Aegan, no hay nada para ti aquí, vete. -dice Jude, empujando al pelinegro hacia la puerta.
-Te quiero. -dice insistente.
-Pues ya no es suficiente. -dije yendome hacia mí habitación.
Cierro la puerta detrás de mí y me deslizó hacia abajo rompiéndome una vez más.
