Especial de navidad, Aegan Cash

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Miraba la nieve caer por la ventana del auto, mientras dibujaba cosas sin sentido sobre el vidrio de la ventana.

Anya: ¿Cuánto falta?. —pregunté girando la cabeza para ver a mí acompañante en el asiento de copiloto

Lucas: Solo unos minutos. —respondió girándose para darme una pequeña sonrisa.

Anya: Esto es tan deprimente, llevar a tu hermana a una gala de navidad para no ir solo. —dije con burla hacia mí mellizo.

Lucas: Te saque de la cueva que llamas habitación, ¿Y así me tratas?, Vaya hermana. —ironizó mientras doblaba hacia la izquierda.

Anya: No te lo he pedido, es más estaba mejor en mí "cueva" junto a mis libros, café caliente y música, que yendo a una gala dónde no conozco a nadie y probablemente sea aburrida, llena de ricachones ambiciosos que solo piensan en su bonito atractivo y millones en su cuenta bancaria. —dije con una mueca.

Lucas: ¿Hablas de papá?, Pero si él no estará. —hablo con diversión mientras paraba el auto.

Anya: Lucas, no me dejes sola, por favor. —casi rogué mientras veía como bajaba del choque.

Se dio la vuelta y me abrió la puerta, miles de luces me cargaron por completo al salir.

Podrían pasar años pero jamás me acostumbraré a esto, lo odio, quería privacidad aunque sea un día y más en navidad, pero eso te toca cuando tu padre es el intendente de la ciudad y sus hijos los herederos de toda su fortuna, y empresas por todo el mundo.

Lucas: Respira hondo y vete bonita, aunque eso no será problema para ti, te pareces a mí. —dijo dándome su brazo para empezar a caminar juntos hacia la entrada del hotel donde sería la gala de navidad.

Anya: Altísimo llévame con Luke. —dije en voz baja mientras empezaba a caminar.

[...]

Tal y como lo predije, todos eran ricachones ambiciosos y cada uno parecía competir por qué tiene más dinero que el otro, algo estúpido, si me preguntan.

Lucas se había ido con una chica hace media hora y aún no volvía, mientras yo estaba en una mesa apartada tomando una copa de champagne, a mí lado izquierdo un chico callado de pelo negro y ojos grises fumando un cigarrillo.

Anya: Maldito sea el momento que acepte venir. —dije levantándome de la silla.

Agarre mí bolso y salí hacia la terraza del hotel, el frío golpeó mí cuerpo haciendo que me estremezca ante él, me abrace a mí misma y camine hacia el borde del lugar, abajo se veían todas las personas pequeñas como hormigas.

Tiré el bolso al suelo y me quité los incómodos tacones que llevaba hace más de tres horas y me estaban matando, por un segundo mí lado suicida salió a la luz y termine del otro lado del barandal, viendo hacia abajo.

¿Qué pasaría si me tiró de aquí?, ¿Moriré en el instante o sobreviviré?, ¿Y si salto?. Las preguntas empezaron a recorrer mí cabeza en una milésima de segundos cuando estaba apunto de darles respuestas a cada una de esas preguntas fui tomada de la cintura y arrastrada hacia atrás.

Mí cuerpo tocó el piso bañado en nieve y un cuerpo estaba sobre el mío.

...: ¿Estás demente?, ¿Qué mierda estabas por hacer?. —preguntó con cierto enojo el chico desconocido, aunque se parecía al chico que fumaba en la mesa junto a mí.

Anya: Quería sentir el espíritu navideño, ¿A ti qué mierda te importa?. —ironice mientras lo quitaba de encima mío y me ponía de pie.

...: Tienes razón, no me importa, pero... —no logró decir nada más, ya que parecía quedarse sin palabras.

Anya: Mira niño rico, no sé quién mierda eres, ni porqué interrumpiste mí intento de suicidio, pero aléjate de mí. —dije agarrando mis tacones y bolso del suelo para salir del lugar.

...: Aegan... Me llamo Aegan Cash. —dijo detrás mío haciendo que pare de caminar

Anya: Como si me importará. —dije para volver adentró.

[...]

Un año después....

Otro año más en navidad, la odio, aunque no tanto, digo hay comida y alcohol, aunque ya no hay regalos, vaya mierda eso de "ser grande".

Lucas: ¡Anya, han llegado por ti!. —escuché el grito de mí hermano desde la planta baja.

Me miré una última vez en el espejo antes de salir de la habitación, camine por el pasillo hasta llegar a las escaleras, baje despacio para no caerme—aunque por mí torpeza me tropecé— haciendo que los dos hombres frente a mí rieran de mí torpeza.

Anya: No se rían, idiotas. —gruñó con molestia caminando hacia ambos chicos quienes intentaban calmar su risa.

Lucas: Es que... tú... —no pudo terminar porque volvió a romper risa.

Anya: ¡Lucas!. —grite con enojó mientras le pegaba en el brazo.

Lucas: ¿Por qué no le pegas a él también?, Se está riendo. —se quejó apuntando al azar.

Anya: Mientras más se ría, menos sexo. —dije haciendo que el pelonegro se ponga serio.

Aegan: No juegues con eso, bonita. —dijo acercándose a mí de forma lenta.

Lucas: ¡No frente a mí!. —grito antes de ir hacia la sala.

Aegan: Te ves... perfecta. —susurro cerca de mí rostro.

Anya: Lo sé, tú te ves perfecto. —susurre sobre sus labios haciendo que se rocen.

Aegan: Lo sé. —dice antes de juntar nuestros labios en un beso fogoso.

Nuestros labios se movían al compás, una guerra entre nuestras lenguas en busca de quién tenía el control, hasta que se lo cedí gustosa, luego nos separamos por la falta de aire, juntando nuestras frentes.

Aegan: Salgamos antes de que no quiera irme para quedarme contigo en tu habitación. —dijo separándose de mí.

Anya: No es mala idea, es más esa me encanta más que ir a esa tonta gala. —dije haciendo una sonrisa tierna para convencerlo.

Aegan: Nosotros nos conocimos en esa gala hace un año. —dijo sonriendo al recordarlo.

Anya: No fue tan lindo, casi muero, es más podría volver a intentarlo y quizás esta vez sí me salga bien. —dije sonriendo con malicia.

Aegan: Ni lo pienses, estarás a mí lado toda la noche. —negó agarrándome del cuello para besarme nuevamente.

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