Doce

2.1K 192 83
                                    

Refuerzos

[T/n]

Ponerme de pie me estaba doliendo, la patada de Izana me puso demasiado débil de mis costillas, lo más probable es que tenga algunas rotas.

He estado despierta por al menos una hora y mi vista sigue siendo borrosa, Izana ha indicado que necesito estar consciente otro rato así que Haruchiyo solo me ha dado algo más ligero que me hace sentir débil pero despierta.

Escuchar la voz de Baji me tranquilizó, aunque mi corazón duele por lo de Emma no quiero que Izana vea que estoy mal.

Ahora Mucho está frente a mí mientras los demás observan, todos a mi al rededor como si fuera una pelea común de gallos.

Mi boca continúa sangrando y la limpio cada que puedo, aún porto el uniforme pero apesta mi camisa por el sudor que desprendo desde anoche.

Me quito mi camisa quedando solo con mi playera sencilla de tirantes, enrollando la sobrante en mis caderas.

Trato de mantenerme estable unos momentos, tan solo para poder golpear a Mucho.

Está vez ya ni siquiera puedo unos segundos más, siendo mi cuerpo tambalearse cada vez que siento que ya estoy lista.

Los demás empiezan a reírse sin cesar de mí, las risas aumentan cuando caigo por completo a suelo. Ya no puedo, mi cuerpo me pide a gritos que pare.

Mi boca saliva más pesado que antes y siento arcadas fuertes venir de mi garganta. El único que no ríe es Haruchiyo quien se acerca rápidamente con un bote a mi lado y después se va.

Comienzo a vomitar y el esfuerzo por sacar los pocos residuos de comida que aún tengo en mí me duele más en el abdomen.

Sangre continúa saliendo de mí y no sé si pueda mantenerme despierta por mi cuenta, creo que ni siquiera será necesario que me duerman de nuevo.

El agonizante dolor me lastima hasta las puntas de los pies, se que no forcé mi cuerpo, solo han sido los golpes que recibí de imprevisto.

Comienzan a hablar pero solo escucho murmullos, mi cabeza punza de nuevo como si me estuvieran insertando clavos en cada parte de mí.

Mi cuerpo cae al suelo sin que pueda evitarlo, no puedo hablar, solo caigo por completo, ya no puedo mover mis extremidades con fuerza.

Los hermanos Haitani se agachan junto a mí amarrando mis pies y manos de nuevo, me miran con pena y después Rindou me toma entre brazos cargándome fuera de ahí, su mano izquierda está debajo de mi nuca y la derecha debajo de mis piernas.

No sé si están hablando o solo ya no puedo escuchar bien, todos salen juntos y se suben a las motocicletas con tranquilidad.

Rindou no me suelta y solo se sube detrás de Ran conmigo en brazos, susurro pidiendo ayuda y él simplemente niega.

Pasan solo un par de minutos cuando llegamos al muelle más grande de la ciudad, hay contenedores en todos lados.

Comienzo a ya no sentir el dolor de mí cuerpo, pero mis ojos se cierran por completo, solo escucho pisadas sobre metal.

Despierto tiempo después, estoy arriba de un contenedor, en uno arriba de mí está Kisaki sentado al igual que Hanma, trato de hablar pero mi boca ha sido sellada de nuevo por una cinta fuerte.

Volteo a mirar hacia abajo, hay unos 10 hombres con musculatura fuerte completamente derrotados, están hincados frente Izana quien solo tiene una mano ensangrentada.

Dice algo que no alcanzo a escuchar, apenas puedo recuperar el oído.

Los Haitani están cerca de mí pero no me voltean a ver, quiero moverme pero es imposible.

Comerte Entera | Keisuke Baji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora