Dieciocho

1.5K 114 72
                                    

Solo tú

[T/n]

Después de una ardua plática con los miembros de Tokyo Revengers, Draken es nombrado por todos el vicepresidente de la pandilla y decidimos no ocupar divisiones porque de todas maneras no somos muchos.

Todos se van de la casa y me quedo a solas con Baji, él guarda silencio y sube a la habitación.

—¡¿Esto va ser así siempre, Baji?! —grito por las escaleras.

—¡Subí a cambiarme, no exageres!

Inmediatamente baja mientras se coloca la playera de color blanco dejándome ver su abdomen marcado unos segundos.

Desde que Takemichi regresó no habíamos tenido intimidad, debido a lo que dijo y lo que yo le compartí de mi secuestro, el como los Haitani no me hicieron nada y Haruchiyo estuvo ayudándome con mis síntomas.

Le puso celoso todo aquello aunque ya le repetí que ni siquiera me interesa ninguno de los tres.

—A ver, dime qué quieres que haga, yo no controlo sus sentimientos, solo los míos.

—¡Pero mira como te pones, t/n! —pausa para empezar a hacer su voz más aguda— Creo que sí los conociéramos nos podríamos llevar bien, es que ellos me ayudaron y blah, blah, blah.

—¡Yo no hablo así!

Doy la vuelta dirigiéndome al pequeño comedor recogiendo los platos y cubiertos de los invitados, haciendo a un lado al felino que se atraviesa sobre la mesa, de color blanco con franjas en sus patas de color gris. 

—¡No te desquites con nieve! —grita Baji detrás de mí mientras carga al animal.

—¡No le hice nada, no me acuses de que maltrato a mi hijo!

Él sonríe un momento haciendo que yo haga lo mismo, para inmediatamente irse indignado cargando al gato en sus manos.

—Baji, sabes que solo tengo ojos para ti, ¿Qué es lo que te molesta de que me hayan tratado de ayudar mientras tú no estabas? —pregunto con tranquilidad.

—Exactamente eso, t/n —murmura colocándose detrás de mí rodeando mi cintura con sus manos—. Que yo no estaba para ti.

—Bueno, eso no es para que te enojes conmigo, cielo —reprocho tomando de sus manos.

—Pero son atractivos —susurra—, los tres.

—Por favor, Baji. Ahora me haces pensar que a ti te gustan.

Ríe ligeramente apretando más su cuerpo al mío, besa con delicadeza mi cuello haciendo que mi cuerpo se encienda con rapidez.

—Lamentablemente solo tú te la vives en mi mente, corazón —susurra contra mi piel subiendo sus manos a mis pechos con lentitud.

Suelto quejidos mientras él sigue besando mi cuello y tocando mi cuerpo con sus enormes manos, siento que su erección roza conmigo haciendo casi imposible que pueda resistirme a lo que él quiera hacerme.

Sube sus labios a mi oído lamiendo el lóbulo para darle una ligera mordida.

—Arrodíllate —susurra con la voz ronca.

Mi corazón palpita tan rápido por lo que me acaba de pedir pero mi cuerpo obedece, giro para poder besarlo con fiereza, él agarra de mi cabello jalándolo con fuerza para separarme de él mientras me observa con lujuria.

Me hinco frente al hombre que tengo, a mi hombre.

Alzo levemente su playera dejando besos en su abdomen bajo, él aún no suelta de mi cabello y lo sostiene con más fuerza mirándome desde arriba con superioridad.

Comerte Entera | Keisuke Baji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora