Comerte Entera | Keisuke Baji.

Extra 2

Este capítulo da finalización a la obra y será un poco más corto que los demás.

Boda

[Narrador]

Un día ajetreado y para nada como iba planeado transcurría desde la madrugada hasta que ya era la hora de la boda. Estaban terminando de poner el maquillaje en T/n y acomodando su cabello hasta la perfección.

Las damas de honor tenían un vestido color hueso con el cabello recogido, el único caballero de honor tenía un traje del mismo color y se encargaba de que el vestido tuviera una excelente presentación.

—Gracias, Mitsu —repetía T/n mientras la ayudaban a pararse frente al espejo.

Los presentes se llenaron de lagrimas, y la novia intentaba no llorar para no arruinar su maquillaje comenzó a ventilar sus ojos una y otra vez.

—No imagino a nadie más usar este vestido —respondía Mitsuya viéndola en el espejo—. Baji es un bastardo con suerte.

Las lágrimas se hicieron más presentes y su corazón acelerado hacia que sus manos temblaran.

—Alguien dígame algo gracioso por favor —pedía T/n suspirando.

Mitsuya, Emma y Hina se miraban tratando de decir algo gracioso pero nada se les vino a la mente.

—¿En serio un vestido rojo? —una voz en la entrada se acercaba— ¿Intentas invocar al diablo, pecadora?

Draken reía ligeramente acercándose a la chica y ella río, pero al verlo sonreír sinceramente de nuevo se llenaron de lágrimas sus ojos que no pudo detener.

—Lárgate, Kenchin, arruinarás mi maquillaje —decía ella limpiándose de inmediato.

—¿Dónde está la novia? —una segunda voz detrás de Draken se escuchó acercándose— ¿Escapó? Uff, que bueno.

Mikey hizo reír a todos y la novia le aventó el pedazo de papel con el que limpió sus lágrimas sin dejar de reír.

—Vete, Mikey —decía ella riendo.

—¿Hay reunión? —una tercera voz revela a Chifuyu entrando emocionado junto con Kazutora que dieron el gusto bueno al vestido.

—Todos largo de aquí —regañaba Mitsuya cruzándose de brazos.

Mikey y Chifuyu se van, las damas y el caballero de honor se adelantan hacia el altar dejando a T/n con Draken. Este último la ayuda a acomodar su velo junto con su cabello.

—¿Está mal tener dudas sobre esto, Kenchin? —pregunta ella nerviosa.

Él ríe abrazando sus hombros con firmeza.

—Creo que estaría mal si no las tuvieras, T/n —ríe—. Pero si quieres huir, yo mismo te llevo lejos de aquí, y si decides definitivamente casarte con él, yo te llevaré hasta el altar. Sea lo que sea que decidas, yo estaré aquí para ti, querida.

Ella acaricia sus mejillas llenándose de nuevo de lágrimas y sonriendo, él toma de su mano con delicadeza, notando que también está por llorar.

—Gracias por estar para mí en el pasado, presente y futuro, no sé ni cómo puedo compensártelo —decía ella sorbiendo su nariz un poco y con la voz quebrada.

—Con que seas feliz, es más que suficiente para mí. Siempre vas a ser mi mejor amiga y siempre te amaré como tal.

Ambos se observan con cariño en sus ojos, comparten un abrazo cálido unos momentos escuchando la orquestra afuera anunciando que ya empezarían a caminar hacia el altar.