Dificultades

525 55 16
                                        

Meta Knight intentaba ser cauteloso, pasar desapercibido. Sin embargo, siendo el caballero más reconocido en su tropa y en la guardia real de Dremland, esta tarea era bastante complicada por donde se viese. Jóvenes y adultos lo admiraban cuan celebridad, provocando en el joven de añiles cabellos una extraña sensación de superioridad y egocentrismo.

Aunque claro, por el bien de su reputación y salud mental, evitaba que esas ideas tan banales se le subieran a la cabeza.

Muy dentro suyo, imploraba que Kirby no hiciera algún ruido durante su caminata hasta el castillo. Debía planificar todo lo que haría de ahora en adelante tal cual lo hacía con sus estrategias bélicas. Cuidaría cada acción y paso por más mínimo que este fuese, le pagaría a alguna enfermera o cocinera para que cuidase de Kirby cuando él y sus compañeros no estuvieran.

Sin duda, aquel caballero de férrea armadura se estaba tomando muy en serio su labor como padre soltero.

Cuando llegó al castillo en donde residía, se dirigió al comedor cuan inocuo fantasma con el único afán evitar ser visto y llamar la atención por el bultito que cargaba entre sus brazos. "Tengo que encontrar a Blade y a Sword" Pensó para sí mismo. Eran más o menos las 7 de la mañana, así que tanto los enfermeros como los caballeros deberían estar tomando su desayuno para comenzar con su típica rutina diaria.

Buscó a sus exalumnos con la mirada, observando detenidamente cada silla ocupada en el comedor. Fue ahí, que sus aperlados ojos encontraron al par de jóvenes amantes que tanto necesitaba en ese preciso momento.

—¿Tú crees que nuestro señor quiera tener hijos algún día? —Preguntó la muchacha de ígnea cabellera.

A decir verdad, no creo. Meta Knight se tentó muy poco el corazón con ese bebé... ¡Y además, el mismo nos dijo que no cree en el amor! Luego de que le dejó de gustar ya sabes quién, no creo que tan siquiera piense en casarse... Aunque sería muy divertido verlo como padre ¿Eh? —Explicó Sword, soltando una pequeña risilla ante sus propias palabras.

¡MUCHACHOS! —Exclamó con euforia el mayor del equipo, mirando a sus compañeros con emoción y cansancio por partes iguales.

Blade y Sword jadearon asombrados, percatándose del bultito que su antiguo maestro protegía con sus brazos. El bebé seguía ahí, pero ¿Por qué? ¿Acaso se había arrepentido de su decisión y optó por elegir lo que dictaba su corazón?

¡META KNIGHT! —Exclamaron de vuelta, acercándose a él para asegurarse que el bebé realmente estuviese envuelto entre las cobijas que lo escondían cuan bandido en las calles nocturnas.

Yo... Bueno, creo que al final tomaré su oferta. Kirby no quería estar en ese lugar, y yo tampoco quiero que él se quede ahí. —Sus labios se movieron hacia arriba, dibujando una sonrisa al ver el rostro infantil de su hijo, lleno de ternura e inocencia, acompañado de pequeños brillos que iluminaban sus ojos cuan estrellas y rasgos finos como los pétalos de una flor primaveral.

¡Señor Meta Knight! ¡Qué bueno que tomó esa decisión! —Blade fue incapaz de contener toda la alegría que ahora viajaba por su cuerpo, así que eligió canalizarla abrazando a su amigo y alguna vez maestro. —¡Le juro que nosotros haremos un buen trabajo! ¡No diremos nada de nada!

Así que esta bonita burbujita se llama Kirby... ¡El nombre que escogió le queda muy bien! Sin duda es una ternurita, ¿Verdad qué sí, chiquito? —Murmuró mientras jugaba con el bebé, haciendo un pequeño puchero y cambiando el tono de su voz para hacerla sonar un poco más burlesca. Acarició suavemente su mejilla izquierda, provocándole cosquillas.

Un padre solteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora