Un padre soltero

Tiempo

Un joven planeta errante recorría a gran velocidad los senderos de su galaxia. Su nombre era Meta Knight, y buscaba con gran esmero personas aptas para la preparación del festival de invierno. El tiempo estaba pisándole los talones, a tal punto que incluso aquel valiente caballero tenía el mal presentimiento de que ese año tendrían que cancelar el festival.

La mayoría de la gente estaba emocionada por ese evento, pues los mercaderes y artesanos podían aprovechar la oportunidad de vender productos para obtener ganancias, las parejas podían disfrutar de una velada espectacular, repleta de alegre música, comida de aroma hogareño y decoraciones luminosas que entretenían hasta al niño más hiperactivo.

Sin duda, lo último que deseaba era que una turba de gente invadiese el castillo con quejas y alaridos, provocando disturbios alrededor de éste a modo de protesta. Dedede no estaba como para negociar con el pueblo por algo tan banal como lo era un festival de invierno, así que lo más recomendable era comenzar a contratar el mayor personal posible.

El caballero de ojos aperlados fue de puerta en puerta preguntando por músicos, cocineros, electricistas... de todo un poco. En un principio, pensó que sería buena idea acudir con el chef Kawasaki para arreglar el tema de la comida. Sin embargo, recordó que varios de sus compañeros le temían (de forma no irónica) a la comida de Kawasaki, descartando por completo ese plan.

A decir verdad, nunca entendió el por qué ese temor tan inmenso a lo que Kawasaki cocinaba. Su comida no podía ser tan mala ¿O sí?

Dejando la comida de lado, Meta Knight contactó lo más rápido posible al ensamble de músicos que desde siempre se habían presentado en los festivales que el rey Dedede "organizaba".

"Organizar... claro" Pensó con cierta molestia. Por mucho que amara a su monarca, debía admitir que él no hacía nada en cuanto a la organización se tratase. Lo único que hacía era financiar los festivales. Él era quien le daba un monto específico a Meta Knight para que éste lo administrase en todo lo que fuera necesario.

Ese tipo de eventos eran demasiado costosos, pero al menos hacía que el pueblo saliera un poco de la cotidianidad a la que tanto están acostumbrados. Incluso el rey Dedede, que sólo se limita a dejar de vez en cuando del castillo para dar informes estadísticos sobre la situación socioeconómica del reino, necesitaba algo que le ayudase a despejar su mente.

El muchacho de hebras color noche soltó un suspiro de alivio cuando terminó de negociar con el ensamble. Generalmente, el repertorio musical rondaba entre las 50 y 80 piezas, pues la música debía abarcar una gran parte del festival, después de todo era ambientación auditiva.

Sin embargo, este año no sería así. Apenas y alcanzarían a preparar un repertorio de 30 piezas por el poco tiempo del que disponían. Dos semanas eran más que insuficientes para un ensamble de 15 personas.

Meta Knight repudiaba su existencia en ese preciso momento. "¿Por qué no recordé antes ese maldito festival?" Sentía la peligrosa necesidad de llorar gracias a la frustración que le invadía, no obstante, como caballero tenía prohibido manifestar sus sentimientos de cualquier manera, aún si esto le afectaba a la larga de manera psicológica o emocional.

Creía que si el festival terminaba con un trágico desenlace sería su culpa. Aunque esto no era del todo cierto, al fin y al cabo Dedede o alguno de sus compañeros pudo habérselo recordado, tomando en cuenta lo ocupado que siempre está. Meta Knight no era una biblioteca andante, era un ser humano y como tal podía cometer errores, tanto inocuos como garrafales.

Los colores pastel del ocaso anunciaban la llegada del atardecer. Algunos puestos comenzaban a cerrar, las madres recogían a sus niños de la escuela y él... Él sólo se limitaba a observar desde lejos las vidas que sus ajenos llevaban , envidiándoles por muchos aspectos. Es irónico pensar que el caballero más envidiado de su tropa también envidiaba a otros.