—¡Señor Meta Knight!
—¿Eso no es un...?
—¿Un bebé? Sí, en efecto. Lo encontré abandonado en uno de los callejones cuando venía de regreso al castillo. —Contestó de manera apacible y cálida, como si su temperamento rudo y voraz hubiese sido adiestrado por aquel niño que cargaba en brazos.
—¡Pero Señor! —Exclamó Sword, uno de sus compañeros de tropa, curioso por obtener una respuesta válida. —Usted nos ha dicho que no le gustan los niños ¡Y...Y además! El Rey Dedede no tiene permitido...
—La entrada de bebés y niños. Sí, jovencito, eso ya lo sé. —Volvió a interrumpirlo, arrullando al pequeño como si en realidad fuera su padre biológico. — Aun así, él es una excepción. Puede que no me guste cuidar de niños; sin embargo, no podía simplemente dejarlo en el callejón y pasar de largo. Algo muy malo pudo haberle pasado si caía en las manos equivocadas. —Suspiró, percatándose de que el bebé se encontraba en un sueño profundo.— Además, no es como si fuera a quedármelo. Mañana mismo lo llevaré al centro de adopción.
Blade y Sword miraron consternados a su maestro y líder, sabiendo a la perfección el proceso legal tan largo que debían pasar los niños en los centros de adopción. Si Meta Knight cumplía su palabra, entonces el bebé tendría muy pocas probabilidades de pertenecer a una nueva familia.
Aunque lo más probable es que el caballero de armadura férrea no se tentara el corazón. O al menos no lo suficiente como para hacerse cargo de un niño que ni siquiera era suyo...
O eso era lo que ellos creían.
—¿Qué? ¿Por qué me miran así? Sé lo difícil que es en la actualidad lograr que un niño tenga una buena familia. ¡Pero yo no puedo darle la vida que se merece! No sé cuánto tiempo estuvo bajo ese clima tan hórrido, y sinceramente no quiero que vuelva a pasar por algo similar. Él requiere una familia amorosa que esté al tanto de todas sus necesidades... Y yo por mi trabajo no puedo permitirme si quiera pensar en conformar una familia. —Ambos exalumnos fueron testigos de la mirada entristecida que se reflejó en los ojos de su jefe. ¿Por qué? Se cuestionaron ¿Por qué parecía afligido con la sola idea de no poder hacerse cargo de ese niño?
—Señor Meta Knight... Si usted tuviese la oportunidad de cuidarlo por cuenta propia ¿Haría tan siquiera el intento? ¡Digo! Sabe a la perfección que nosotros le ayudaremos en todo lo que necesite. Después de todo somos sus compañeros y también sus amigos. —Enunció Blade, colocando una de sus manos sobre el hombro contrario en un gesto de empatía.
Meta Knight soltó un segundo suspiro ante esa verdad que seguía pareciéndole una quimera juvenil.
—Concuerdo con Blade, mi Señor. Podemos ayudarle a encubrir su secreto si usted así lo desea. Al igual que hemos guardado otro tipo de secr...—El caballero de armadura aguamarina se retorció del dolor al recibir un fuerte golpe de su pareja sobre la zona abdominal.
—¡C...Como iba diciendo! No es necesario que deje al bebé en un centro de adopción ¡Incluso nosotros podemos cuidarlo cuando usted no tenga tiempo! Además, también nos serviría a nosotros para ver si realmente queremos un bebé en algún momento dado.
Meta Knight sopesó cada una de las frases que conformaban la pieza de oratoria declamada por sus compañeros. Así pues, luego de un breve instante, retomó la plática. — No, no quiero meterlos en algo que en primer lugar fue mi culpa y por lo tanto es mi responsabilidad. Agradezco su oferta, pero en serio, me siento incapaz de darle una vida digna a este niño, y para serles franco, no quiero dañarlo de forma irreversible. Él, como todo niño merece una infancia feliz. Así que no intenten oponerse, eviten hacerme esto más complicado de lo que ya es. Mañana mismo iré a dejarlo y todo este problema habrá acabado, así que, por favor retírense de mi pieza, hasta mañana muchachos.
La pareja de caballeros se miró entre sí, acatando las indicaciones de su maestro casi al instante. —Buenas noches, Señor Meta Knight. —Murmuró la joven pelirroja, saliendo del cuarto en compañía de su amante.
Cuando Meta Knight escuchó la puerta cerrarse, dejó al pequeño descansar sobre su cama, sentándose a su lado mientras comenzaba a deshacerse de su armadura. Una vez su cuerpo sintió la ligereza del pijama azul que ahora vestía, de sus ojos empezaron a brotar lágrimas saladas que parecían de cristal. A pesar de su profesión, Meta Knight seguía siendo alguien sensible y empático. Ver a ese pobre niño llorar desconsoladamente y al mismo tiempo siendo ignorado por los transeúntes del lugar, le había roto el corazón en mil pedazos.
Los ojos del bebé habían despertado en él un sentimiento de melancolía, trayendo consigo recuerdos que ni siquiera sabía que existían. Con el tiempo, aprendió a encerrar sus sentimientos en una caja fuerte, sin embargo, como todo en esta vida, de vez en cuando lograban desbordarse.
—Perdóname, mi niño. —Le habló con aquel nombre de cariño que le había otorgado.— Por más que quiera encargarme de ti, no puedo. Quiero que estés bien, y yo no puedo darte nada de lo que realmente mereces. Tengo mucho trabajo y no podría darte una buena atención... Lo siento mucho, espero que puedas encontrar una familia que te cuide y ame. —Murmuró entre sollozos, secándose las lágrimas con sus manos desnudas.
¿Qué será de ti? Se preguntó.
El caballero de cabellos azul noche se dirigió hacia el centro de adopción en cuanto los rayos del sol tocaron su rostro con sutileza. Había dormido en el suelo la noche anterior para que el bebé pudiese descansar cómodamente. Su espalda dolía y su cuello apenas y le permitía moverse. Pero en fin, al menos no volvería a repetirse.
Cargó al niño como pudo, soportando el dolor en su espalda. Ni siquiera se detuvo a desayunar antes de irse, necesitaba dejar al niño para abandonar la estúpida idea de convertirse en su padre.
Así pues, llegó al centro de adopción más cercano al castillo. Apenas entró, se convirtió en el espectador de una pieza artística del arte moderno. Personas firmando papeles y rellenando formularios, mientras algunos otros trabajadores llevaban a los candidatos a ver a los niños, como si fuesen mascotas o algo parecido.
Meta Knight miró a su niño, el cual había despertado hace apenas unos minutos. Sus ojos de tonalidad añil se iluminaron otra vez, haciendo que el apuesto caballero quedara hipnotizado.
El bebé observó con detenimiento el lugar en donde se encontraban, viendo a las personas que entraban y salían.
De pronto, como si el niño conociese a la perfección las intenciones de su "padre", comenzó a llorar como todo bebé de su edad lo hacía. Meta Knight siendo todavía un novato en esta labor, entró en pánico. Un pánico que ni siquiera el más poderoso de sus enemigos había logrado provocarle.
Las miradas curiosas tanto de los trabajadores como de los clientes se dirigieron hacia él. Meta Knight se limitó a murmurarle en repetidas ocasiones Shh, pero al ver que no funcionaba, utilizó su capa de teletransportación para escapar de aquel vergonzoso escenario.
—¡O...Oye! ¿Qué te sucede? —El bebé dejó de llorar como por arte de magia, regalándole una risilla inocente al darse cuenta de que ya no estaban en el centro de adopción. El caballero de férrea armadura comprendió que su niño no deseaba estar ahí...
Y a decir verdad él tampoco quería estar ahí.
Suspiró por una última vez, tomando una firme decisión. —Está bien, yo me haré cargo de ti. No sé cómo lo haré, pero juro que te daré la mejor infancia que un niño pueda tener. —El bebé, que muy probablemente entendía lo que Meta Knight estaba diciéndole, alzó sus brazos con felicidad, soltando una risa de genuina gratitud. — ¡Por cierto! No te he puesto un nombre ¿Verdad? ¡No pues! A penas es el primer día y ya empezamos mal. —Plantó un pequeño beso en la frente de su hijo. — Mmm... déjame pensar en un nombre bonito para ti. —Observó con mayor detenimiento al niño y fue ahí donde entendió el por qué ese sentimiento tan extraño había florecido en su pecho.
Comprendió que la vida estaba dispuesta a darle una segunda oportunidad.
Una oportunidad para hacer las cosas bien.
—Kirby... ¡S...Sí! ¡Tu nombre de ahora en adelante será Kirby!
Kirby... Gracias por regresar a mis brazos.

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Un padre soltero
RomanceDisclaimer: Todos los personajes utilizados en esta historia están humanizados. Meta Knight siempre fue descrito como un caballero de personalidad fría e insensible. Sin embargo, ni siquiera él entendía por qué. Nunca sintió que algo le hiciese falt...