Dicen que para ser felices debemos ser nuestros propios soles, pero... Para qué ser mi propio sol si ya lo tengo a mi lado.
Es mi primera vez escribiendo así que espero contar con su apoyo.
Puede contener algunos spoilers del manga.
Modificare un po...
La noche no es menos maravillosa que el día, no es menos divina; en la noche las estrellas brillan, y hay revelaciones que el día ignora. (Nikola Berdjaev).
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La imagen de Yamaguchi besando a Osamu rondaba en la mente de aquel rubio dejando que no conciliara el sueño, casi toda la noche se la pasaba preguntándose el por qué Yamaguchi había hecho eso. ¿Acaso ya no lo amaba? ¿Qué había hecho para que Yamaguchi perdiera en interés en él? ¿Qué debía hacer para volver a conseguir el interés en él?
Se hacía todas esas preguntas una y mil veces tratando de encontrar una respuesta, pero fue interrumpido al escuchar como tocaban la puerta de su habitación.
—Adelante. —decía con su voz ronca.
—Kei, te vinieron a visitar unos amigos.
—¿Unos amigos? —se sentaba en la orilla de su cama poniéndose sus lentes.
—Si. —afirmaba antes de salir de su habitación. —los pase a la sala.
—Gracias, en un momento bajo.
¿Quién lo habrá ido a ver? ¿Acaso eran Daichi y Suga quienes lo fueron a ver para que lo regañaran? No, su hermano los conocía y le hubiera dicho que eran ellos, entonces ¿Quiénes eran?
Tsukishima salió de sus pensamientos al escuchar a dos risas escandalosas que conocía perfectamente, salió de su cuarto y bajo hacia la sala donde podía ver una cabellera negra y una albina.
—Kei, cariño. Unos amigos tuyos vinieron a verte, me dijeron que tenían que hablar de algo contigo. —Tsukishima miraba a los "invitados" que tenia en casa.
—Gracias mamá, yo los atenderé.
—Les traeré un poco de té para que platiquen a gusto.
—Muchas gracias, señora Tsukishima. —ambos invitados hacían una reverencia al ver como la mayor se dirigía hacia la cocina.
—¿Se puede saber qué hacen aquí? —preguntaba furiosamente.
—En primera, deberíamos preguntarte a ti por qué sales tan serio en las fotos y también cuando eras niño. —el albino preguntaba mientras señalaba una foto cuando era pequeño.
En la foto se podría apreciar a Tsukishima con un semblante serio mientras que a su lado estaba Yamaguchi son una radiante sonrisa. Es la foto favorita de Tsukishima con el pecoso.
—No debería de tener esa foto, Bokuto-san.
—Lo siento Tsukki, pero tenemos que hablar. —dejaba la foto en la mesa de la noche que se encontraba a un lado del sofá mientras lo miraba seriamente sintiendo un escalofrío recorrer por su columna.
—Perdonen por la interrupción, pero les traje el té para que platiquen a gusto. —ambos capitanes agradecían con una sonrisa.
—¿De qué es lo que van a hablar conmigo? — tomaban asiento en el sofá para estar más cómodos.
