Takemicchi; Capítulo 6.

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Conocer a la Tokyo manji no fue como Takemichi lo hubiese  imaginado. Draken lo había llamado justo cuando estaba con Hinata de camino a casa, por lo que apenado tuvo que dejarla.

Y como solían pasar poco tiempo juntos por la escuela y las clases privadas de Hina, no faltaron las disculpas.

Hinata solía ser muy paciente y comprensiva con él, y ese día no fue la excepción. Lo dejó ir sin rechistar con sus nuevos amigos, haciéndole prometer que luego le compraría helado.

Estuvo de acuerdo tras la despedida, corriendo hacía el santuario donde se encontrarían con Mikey y Draken, qué querrían a esa hora era todo un misterio.

Aunque rápidamente lo descubrió. En el lugar no solamente estaban sus amigos, si no una multitud de miembros de la Toman, todos intimidantes y fuertes. Saludó con un ligero levantamiento de manos, tratando de no temblar como chihuahua.

Se quedó a un lado cuando todos se pusieron en formación, fue una sorpresa descubrir que fue a causa de Mikey.

El niño infantil y berrinchudo había desaparecido para darle lugar al verdadero líder que era. Su porte altivo y demandante era superior a cualquiera que haya visto.

Y a Takemichi le gustó y asustó de igual manera esa faceta. 

Por alguna razón, Takemichi se sentía fascinado por ese Manjiro Sano.

La reunión acabó después de unos cuantos gritos y órdenes. Takemichi supo entonces de un problema relacionado con Pah chin y al parecer muy graves, porque la Tokyo manji iba a pelear.

— Oi, Takemicchi, ¿Qué interrumpí cuándo te llamé? — Le preguntó Draken, poniendo una de sus manos sobre su hombro de forma amistosa.

— Estaba con Hina-chan.— Respondió sonrojado, rascándose una mejilla.

— Oh, entonces era una cita, ¿No es así? — Le preguntó el alto, mirándolo con seriedad.

— No, no, solo la acompañaba a casa.— Se apresuró a responder, sonriendo nervioso.

— Tranquilo, solo te molesto,  vamos, Mikey nos espera.

Sin perder el tiempo, se adelantó hacía Mikey.

Tanto Draken como Mikey lo acompañaron a casa. El viaje fue tranquilo y se enteró de algunas cosas sobre la reunión con más detalle y sobre la dispuesta con Moebius. Las cosas no pintaban bien para la Toman si seguían atacando a las personas cercanas a los miembros.

— Ustedes deberían tener cuidado, esas personas parecen muy peligrosas.— Dijo Takemichi, meditando sobre el tema. Le preocupaba que a Mikey le ocurriera algo por un descuido.

— Estaremos bien, en todo caso somos invencibles juntos, ¿No es cierto, Mikey? — El mencionado asintió y miró a Takemichi, sus ojos reflejaban algo que no pudo descifrar, probablemente preocupación.

—  Tú también debes cuidarte, Takemicchi, ahora somos amigos.

— No pasa nada, trataré de no meterme en problemas.— dijo seguro, señalando una casa más adelante.— Aquí vivo, gracias por acompañarme.

El grupo se detuvo y Takemichi se adelantó a la puerta. Era tarde ya y las luces de casa ya estaban apagadas.

— Descansen, los veo mañana.

— Cuídate.— Antes de cerrar la puerta, miró a Mikey y le sonrió, quería decirle algo más, lo que fuese, pero la cobardia se lo impidió y solo terminó cerrando la puerta de golpe.

Corrió a su habitación y se lanzó a la cama sin siquiera quitarse el uniforme, un sentimiento extraño flotaba en su estómago, haciéndole sentir cosquillas.

Abrazó a la almohada y cerró sus ojos, tratando de no pensar en la forma en la que Mikey le hablaba a otros, tan fuerte y decidido. Se estaba volviendo loco.

Almas gemelas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora