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La suavidad de sus labios, eran la mejor metáfora, la analogía que podría darle sentido a toda textura agradable. El aroma penetrante de su piel envolvía cada una de sus partículas, era como poder sentir el refrescante aire en primavera. 

Su cuerpo sintió un ligero espasmo cuando ambos cambiaron de posición, la mirada tierna y nublada de Yeosang era la mejor vista que podía recibir, sus labios se detuvieron al igual que sus cálidas manos; las cuales habían dejado el pequeño y claro cuerpo de Kang. No había un sabor, una emoción, un recuerdo al que se compará con aquel momento lleno de lujuria y deseo. 

Lo había tenido todo, su cuerpo transpirado se volvió a inclinar cuando el mas pequeño se levantó de la cama y atrajo a Yunho del cuello para poder besar aquellos rojos y húmedos labios, el sabor de lo inexplicable. Sus bocas se encontraron por un par de minutos más, cuando las pequeñas manos de Yeosang comenzaron a explorar el cuerpo del mas robusto, comenzó el mejor juego de rompecabezas. Solo que en esta ocasión todo estaba bajo control, cada pieza donde debía y ellos como querían estar, fuera de ataduras, ninguna objeción por parte de Kang o alguna persona terciaria. 

Su boca volvió a recuperar el aliento perdido cuando los labios de Kang bajaron por su cuello en un lento camino de pequeños besos, su piel era la suavidad del amor. Tan fragante y tan agradable a la vez, un misterio sin resolver. En que momento había caído en aquel encanto, aquel hechizo. 

La encantadora sonrisa de Yunho se formo cuando comenzó a escuchar sonidos ajenos a los suyos; pertenecientes del más bajo, un termómetro seria capaz de medir la temperatura de su cuerpo, porque había comenzado a delirar con el mas joven.

Yeosang volvió a la boca de Jeong en un beso más necesitado que el anterior. Un malestar también llamó su atención, sentía como el dolor se hacia mas fuerte en cada momento que podía sentir a Kang más cerca, debía parar. 

Sus ojos se abrieron al sentir como su garganta se había resecado, una sensación que no había experimentado en toda su vida. Tomó una posición de reposo cuando se sentó y sus pies tocaron el suelo. Su cabeza dolía con cierta moderación, al igual que su cuerpo, no había estado en otra posición que no fuera la que había tomado cuando durmió.

La puerta de la habitación se abrió de golpe cuando su madre entro a esta con una bandeja de comida — ¡oh! Perdón el golpe cariño, pero vengo tarde con el desayuno. Saldré esta tarde ¿te parece? — Su tierna madre se acercó a él, una vez había dejado la bandeja en su escritorio. — ¡Yunho! Estás sonrojado ¿será que te has enfermado?

La delicada mano de su madre estuvo a punto de tocar su frente, pero sin más que pensar la detuvo. No tenía un buen aspecto después de haber tenido una fantasía intangible con el más joven.

Estoy bien, puedes ir con quién sea.

No te preocupes, será una vieja amiga. Viajo de Busan a Seúl por la boda de su hija ¿puedes creer eso? Así que me ha invitado al bufet para la boda — las celebraciones de aquel tipo, hacían que la señora cayera encantada con un plan a futuro. — Volveré con ella, así que busca algo de comida

Tras dejar un poco de dinero y un beso en la nuca de su hijo, dio marcha a aquella cita con su vieja amiga, dejando solo a Jeong.

Camino de forma despreocupada por los pasillos, no tenía nada mejor que aparentar. Un chico que se quedaba al final de clases para ir a cazar al chico de sus sueños.

Tras recorrer casi toda la escuela, se dirigió a aquel cuarto viejo de música. La cual solamente habían ocupado como bodega para los instrumentos. La puerta se abrió dejando ver el detallado cuerpo de Kang Yeosang. Aquel uniforme quedaba muy bien con su delicada silueta, tan hermosa como la luz de la luna, como los rayos del sol. Un aroma agradable y amargo a la vez.

Joven, sabe que no puede estar aquí después de clases. — hablo Jeong mientras cerraba la puerta con pasador  y llamando la atención del más joven, quién se giró de forma inmediata. Sus pequeños pies se pusieron en marcha hasta poder correr hacia él. Ansiaba poder tocarlo desde aquel sueño que había tenido, estaba mal, pero era algo que no podía impedir.

Sus brazos se envolvieron alrededor de la cintura del más bajo, quien corrió hacia él para después envolver sus piernas en su torso.

Un lindo y pequeño oso — una risita tonta salió de los labios de ambos chicos, sus miradas no tardaron en cruzarse al igual que la necesidad de sentir los labios ajenos — ¿Te gustaría venir a mi casa está tarde?

¿Esta tarde? ¿Por qué? — habló Kang mientras que repartía pequeños besos en el rostro del más alto. — ¿Tu mamá estará?

Por eso mismo, no quiero estar solo y tú eres mi mejor medicina para la soledad. Una vitamina esencial en mi

Eres tonto. Lo sabes, ¿será que quieres mi compañía o quieres que cocine por ti?

Los labios de Jeong fueron robados por unos minutos cuando sus labios de encontraron nuevamente. — ¿Debería aprovecharme de la ocasión? Si tú lo deseas, lo haré

Yunho tomo de las caderas a Kang haciendo que su cuerpo se despegará y terminarán en su posición. La espalda de Kang visito un vez más la fría pared, aunque esta vez estaba en el aire.

¿Quieres arroz? Puedo cocinar un postre. Dice mamá que adora mis postres italianos — su melodiosa risa era más que encantadora. Al igual que sus ojos tiernos, no podía perdonarse el imaginar a Yeosang en otro modo, era un completo pecado.

Quiero besarte. — una vez más se escuchó la risa de Yeosang se escuchó, tomo al mayor de su rostro y unió ambas bocas, era la combinación de lo frío y el calor, la pared hacia un contraste en el ambiente caluroso que se estaba formando. Ninguno podía negarse sentirse completamente pedido en el espacio con su amante, su único lugar seguro al que desean visitar una, y otra y otra y otra vez.

Vayamos a tu casa, prepararé algo para ti y para tu mamá. Hará que me quiera como su segundo hijo.

Yo quiero un segundo hijo, deseo un Yeosang en mis brazos. Así que vayamos a comprar los ingredientes, está tarde no podrás escapar con facilidad de mis encantos, ¿escuchaste?. Te besaré en cada momento que tenga oportunidad, no podrás...

Su boca se quedó sin aliento cuando termino por lanzarse a los labios del más bajo, su espalda se despegó poco a poco, la pared fue sustituida por las estrechas manos del mayor, las cuales cubrían a la perfección su diminuto cuerpo.



bitter sweet | YUNSANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora