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Su sonrisa era una gran delatadora de su felicidad, era imposible no sentir la adrenalina del momento y del sentimiento en el que estaba viviendo.

Trato de caminar lo más rápido posible a la casa del chico alto, moría por verlo, tocarlo, incluso de sentir su calidez.

Llamo a la puerta varias veces esperando que alguien saliera lo más pronto. Sus piernas temblaron por unos segundos al tratar de controlar su movimiento anterior, entonces la dulce y delicada imagen de la madre de Jeong salió a la luz.

    — Yeosangie —. La mujer sonrió dejando pasar al chico sin siquiera conocer la razón del porque había ido a su casa — ¿Buscabas a Yunho?

    — Si, pero no — su cabeza se movió hacia ambos lados, la mujer era preciosa y le transmitía una vibra demasiado tranquila, podía sentirse libre en aquel ambiente. La mujer vestía una camisa holgada, un pans gris, de igual forma "holgada", la camiseta blanca tenía ligeras manchas de tinta negra. — Lo que quiero decir que mi madre me ha mandado para dejarle estás invitaciones terminadas, me dijo que vendría por la tarde con la señora Yuri y con su hija

    — Yunho no está cielo, pero si quieres esperarlo conmigo hasta que tú madre venga — la mujer dejó su peso en un lado mientras miraba y se acercaba para tomar el papel.

    — ¿A dónde fue?  — por un segundo se había sentido molesto, aquel grandulón no le había mencionado sobre una salida aquella tarde. Soltó un suspiro tratando de disimular sus emociones

    — Es el cumpleaños de su mejor amigo, Mingi. Dijo que vendría tarde, pensé que irías, mejor dicho, él pensó que irías, estuvo hablando sobre aquello toda la tarde hasta que se fue creo que se preocupa mucho por ti pequeño — su sonrisa apareció tomando las cartas. La caligrafía antigua que había hecho la señora Lee (madre de Yeosang) era perfecta, magnífica y limpia.

    — ¿Sabe dónde vive ese chico? Hace tiempo que no he ido a su casa, es borroso para mí

    — Yunho tiene anotado las direcciones en su agenda que está en su escritorio, puedes ir y buscar. Estoy ocupada como te has dado cuenta y podré manchar sus cosas — su cabeza negó varias veces, sonrió una vez más antes de indicarle en donde estaba la habitación del chico y volver a su lugar de trabajo.

Trato de caminar lo más tranquilo pero su corazón se aceleró al sentir el agradable aroma de Jeong por toda la casa. Miró la habitación nuevamente, tan limpia y organizada, comenzó a buscar por los cajones aquella agenda hasta que encontró las direcciones. Sus pies estuvieron a punto de salir por completo de la habitación hasta que se detuvo de golpe, necesitaba a Yunho más de lo que pensaba, no era su culpa buscarlo día y noche anhelando su cariño.

Miró su clóset y se acercó tomando una polera que había dejado días anteriores, el único problema era que tenía el aroma de Jeong al estar rodeado por su ropa y su ambiente.

Entonces salió de la casa después de despedirse de la mujer y camino a la gran fiesta del cumpleañero.

No estaría dispuesto a ir con aquella chica de la parada de autobús, no la conocía y el conocer sus poemas era un mito más.

Llamo a la puerta varias veces hasta que salió aquel chico alto, con buena forma corporal. Song Mingi

    — Amigo de Wooyoung ¿cierto? — sus cejas se lograron levantar un poco hasta que el menor asintió de forma más tranquila. Su cuerpo se hizo a un lado dejándolo pasar. — ¿Wooyoung ya venido a la fiesta?

    — En realidad estoy buscando a otra persona, no tengo idea si Wooyoung ha venido — sus hombros se encogieron mientras miraba las  personas que había en el departamento

    — Pequeño debo dejarte — su atención fue llamada nuevamente por la puerta. El menor asintió dando marcha a su búsqueda, su sangre corría de forma rápida, el aroma de Jeong no era suficiente para no enojarse con él.

Trato de averiguar hasta que se dio por vencido. Miró a su alrededor una vez más hasta que soltó un suspiro pesado, sus mejillas se encontraban calientes —ahora odiaba estar en un lugar lleno de personas—. Su cuerpo débil fue sostenido por un par de manos delgadas, muy ajenas a las que tocaban su cuerpo.

    — Chico ¿estás ebrio? — conocía esa voz. Aquella vez San había cruzado su camino con la pareja y Kang no tenía idea sobre sus sospechas. — ¿Te sientes bien?

    — Gracias, estoy bien — su cabeza de movió de arriba hacia abajo varias veces y de alejo del chico.

    — ¡oh! te conozco, eres aquel amigo de Yunho, los vi el otro día a los dos juntos ¿recuerdas? — su sonrisa era más que sincera, aquello hizo que los nervios del chico se relajaran aún más. — Perdón tal vez me conozcas pero quiero presentarme formalmente, soy Choi San mejor amigo de yuyu

Yeosang hizo una ligera inclinación por los nervios que lo mataban, se estaba acercando aún más a la vida personal de Jeong y le preocupaba.

    — Kang Yeosang.

    — Eres Yeosang — su cabeza asintió de forma lenta, una cámara lenta entonces fue la mejor comparación — Sabes, un día Jeong durmió durante toda una clase y el descanso, dijo que no había dormido bien la noche anterior, algo sobre una boda de la amiga de su madre

Los ojos brillantes de Kang trataron de comprender lo que el chico decía, pero la forma en como movía su rostro era más que magnífico, era atractivo —para nada su tipo— y admiraba el como hablaba del alto.

    — Estuvo balbuceando algunas cosas, siempre lo hace cada que duerme después de pasar malas noches. Aunque entre esos susurros estaba tu nombre — su cuerpo se tensó al escuchar aquello, ahora podía estar más que nervioso, un amigo de Jeong sospechaba de él y de su tipo de cercanía que tenían. — Me pareció extraño al principio, trate de formar el rompecabezas que Jeong dejaba al aire y que nadie notaba, hasta que lo descubrí.

La risa tierna y nerviosa del menor apareció haciendo que el chico diera una pausa larga y lo mirará con atención. Yeosang había tratado de relajar el ambiente entre ambos, pero había sido lo contrario.

    — Están saliendo

Entonces Kang comenzó a toser cuando no logro pasar de forma adecuada su propia saliva, su cara había cambiado de color a un rojo más intenso, la vergüenza de ser descubierto lo comía con lentitud. Sintió un par de palmadas en la espalda por parte del tal "San" hasta que su garganta mejoro y dejará de toser.

    — Ven conmigo, enserio debemos aclarar las cosas. No es por mi, es por ustedes — San sonrió antes de dar marcha a su caminata. Kang siguió los pasos del chico, sentía como la vibración de la música y del celular que estaba en su pantalón lo comían y mataban su sentido auditivo.

Sacó aquel celular para ver de quién se trataba; su amado cachorro había llamado más de cinco veces de forma repetitiva, la puerta de una habitación se abrió haciendo que Kang levantará su mirada encontrándose con la encantadora presencia de Yunho. Su mano sostenía el celular que estaba pegado en su oreja, alejo aquel objeto y miró a los dos chicos que habían llegado de la nada.

    — Yuyu he traído a tu pequeño Yeosangie

bitter sweet | YUNSANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora