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Todo a su alrededor era una locura. No había sido buena idea salir de casa después de tener una discusión con su madre.

Llamar a Wooyoung en crisis existenciales significaba que debía de salir de su zona de confort - algo que no amaba -

El aire era fresco, la música estaba a un nivel moderado mientras que la gente bailaba y hablaba entre si. Era como ver a un montón de peces buscando su comida.

- Deberías ir y buscar algo de beber, buscaré algunos amigos que vería aquí. No te pierdas por favor - las manos de Woo se juntaron anhelando que aquella situación vergonzosa de la vez pasada no ocurriera nuevamente. Kang sonrió asintiendo

Miró una vez más a su alrededor buscando la mesa principal en donde debía estar la típica comida y bebidas. Entonces no encontró nada, nada llamativo a su alrededor

Camino por la casa en busca de la cocina hasta que cruzó aquella puerta blanca. Aquel tipo de ambiente no era su fuerte, socializar era lo que menos le encantaba hacer. Tomo una botella de soju que estaba sobre la mesa y un pequeño vasito para poder beber un poco.

Uno

Dos

Tres

En la cuarta ronda sentía como su estómago hacia efecto, al menos después de aquella discusión por pertenecer al coro de su iglesia debía haber ingerido algún alimento para soportar así el alcohol que recibía de forma seca.

Miró por la puerta hasta que su pequeña frente fue golpeada por la misma. Aquella madera vieja se abrió con dos chicas que reían a carcajadas - al parecer por un chisme - su mano visitó su frente por aquel golpe.

- Chicas. No pueden estar acá, si mi mamá se entera que alguien entró a su cocina y tocó algo me mata - el anfitrión de la fiesta entro unos minutos con segundos después que las chicas. Mantuvo la puerta abierta hasta que ambas damas se retiraron de la cocina. - Pequeño, amigo de Wooyoung ¿estás perdido?

- No. Estoy en la cocina, tu cocina

Una risita llena de ternura salió de los labios de Song Mingi quien soltó la puerta para ir y sostener el cuerpo más delgado del chico con mejillas sonrojadas por el alcohol.

- Creo que no estás acostumbrado a beber. Será mejor que vayas al baño y trates de escupir todo lo que te acabas de beber. - su mirada se enfocó en la botella de Soju que estaba un poco menos de la mitad, era de esperarse que pensará que había bebido todo eso.

- El baño

Mingi asintió tomando el cuerpo de Yeosang solo para mantener el equilibrio, las instrucciones eran más claras que todo. El chico tenía un baño particular al que usaban sus padres, así que si aquel chico ebrio se caía o se quedaba dormido en la habitación, nadie lo molestaría.

Camino de forma tranquila, el alcohol se había bajado con su pequeña actuación para escapar de aquel lugar lleno de personas.

Entonces entró en aquel baño, blanco y lleno de brillantes decoraciones. Era más que irrelevante aquel sitio, era mejor que estar en todo aquel ambiente. Tomó asiento en la tapa de la taza hasta que miró una pequeña esponja tirada en la tina del baño, se levantó para colocar aquella esponja en su lugar - en la repisa - su cuerpo se inclinó al frente hasta que la colocó en su lugar.

El sonido de un click hizo que su corazón se detuviera por un segundo. La puerta se abrió dejando ver a un chico con mechones alborotados, alto con mejillas lindas. Lo conocía, sabía quién era él

Jeong Yunho. Uno de los mejores estudiantes de su grado, destacaba por su personalidad tan extrovertida, era un encanto de persona y podía hacer que cualquiera cayera en sus encantos.

Amigo de Song Mingi, no había duda alguna de la razón del porque estuviera ahí, justo en la habitación del chico.

- ¡oh! ¿oh? - su cabeza se inclinó un poco hacia los lados hasta que terminó por sonreír - Por un momento pensé que estabas vomitando en la tina, no lo hagas, la
última persona que lo hizo fue muy exclusiva para burlas.

El chico dejó la puerta mientras que se recargaba en el marco de la entrada.

Kang Yeosang no era un chico que fuera relevante por su personalidad, simplemente era un lindo chico con inteligencia y secretos guardados.

- Tu frente, enserio estás ebrio. Dame un segundo te ayudaré.

Jeong se apresuró a cerrar la puerta del baño y comenzó a buscar entre los cajones algún tipo de vendaje.

- No recordarás nada de hoy, te perderás la mejor anécdota de tu vida, perdón soy Jeong Yunho

Era imposible no ver un ángel en aquel chico lleno de energía, era encantador. Aquel rumor que él había hecho para sí mismo sobre el enamoramiento instantáneo que se provocaba cuando estás a su lado era un pretexto para pasar de alto su atracción hacia él.

- ¿Has olvidado hablar?

Su sonrisa fue lo mejor, era magnífico verlo sonreír. Su cuerpo tembló por unos segundos cuando aquel chico sonriente se acercaba para colocar algún tipo de vendaje en su frente.

- Kang Yeosang -. El murmuro del mencionado hizo que el más alto se detuviera para afirmar que había escuchado. - Jeong Yunho

- No me llames por mi nombre completo, puedes tutearme. Incluso puedes llamarme como gustes - sus manos hicieron el trabajo necesario para que aquel golpe se curará. Una vez había acabado tomó asiento a un lado de él, mirando el mismo punto vacío que Kang - Es un lugar seguro ¿no es así? no te preocupes estaré aquí hasta que estés más sobrio

- Sobrio. Creo que esa palabra no vendría al caso, yo solo... - la calidez que Jeong le dio a Yeosang en el momento que colocó su mano en la espalda baja de Kang para evitar que cayera de espalda hizo que sus palabras se cayaran por si solas. - Gracias

- Te he visto en la escuela, me es imposible olvidar tu rostro. El timbre que tiene tu voz es baja y aguda a la vez.

- Soy amigo de Wooyoung -. Aquella frase había quedado en el aire unos segundos hasta que el mas alto negó sonriendo

- No te conozco por él, te conozco por algunas situaciones que sucedieron en el pasado. Tu ternura es más brillante que tu amistad con ese chico. - Por primera vez había sentido que todo se había desvanecido, sus mejillas estaban más rojizas que al inicio de la conversación, sus manos estaban tranquilas al igual que su cuerpo mientras que un golpe de adrenalina lo tomó por sorpresa. Yunho era tan sincero enfrente de él, era admirable.

Por primera vez había sido reconocido por quién era, no por con quién se juntaba. Su sonrisa apareció en sus labios sin decir ninguna palabra, sentía que estaba en un lugar seguro.

bitter sweet | YUNSANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora