PESADUMBRE

Cap 21• Adam Granch

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DOS DIAS PARA LA GRADUACIÓN
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Estos dos meses he estado estudiando en las mañanas, en las tarde voy al psicólogo y los sábados con los padres de Thomas.

Mis calificaciones han subido y pude hacer los exámenes de admisión en una universidad, me llego hace poco los resultados y han sido satisfactorios, estoy feliz, me siento mejor.

Aunque los días han sido monótonos he tratado de disfrutarlos al máximo, me metí al consejo de decoración para la graduación y me entretengo un monto pensando que color combina con este otro color, si este adorno va con con el otro, así.

De ves en cuando pienso en Sadie, en los recuerdos lindos y puedo ver desde otra perspectiva que desde el principio cometí errores, y aunque ocurrieron todo eso dejó cosas bonitas, no queda más que aceptar y tratar de cambiar por el bien.

Cuando regreso del instituto encuentro un sobre para mí en casa: un sello Australiano. No me atrevo a abrirlo. Corro a mi habitación, luego me siento en la cama, aún con el chaquetón puesto, y sostengo el sobre en las rodillas como si fuese de cristal. Al final lo abro procurando no romperlo. Dentro hay un dibujo: soy yo, en el árbol que me recuerda a Thom, aparezco de frente mirando a alguien o algo delante de mí. Lo observo y sé qué estoy mirando: te miro a ti. En mis labios aflora una leve sonrisa, varios mechones de pelo están despeinados, y mis ojos traslucen cierta timidez. ¿Te miraba así? Vuelvo la hoja, pero no hay nada escrito, ni siquiera una dirección o un teléfono. Nada. Aunque lo has firmado: has puesto Sad en lugar de Sadie.

Cojo el sobre y lo examino bien, pero, excepto mi dirección, no hay nada más. Aun así me siento feliz, feliz de que, allá donde estés, para hacer este dibujo, al menos has pensado un poco en mí.

¿Sabes que te he extrañado?
En clase ya no hablo con nadie y nuestro escritorio sigue siendo de nuestra exclusiva propiedad, ♡Sadie y Landon♡

Pero ¿con quién estoy hablando? A la vez que te digo todo esto, me doy cuenta de que no me he movido de la cama, que sigo sentado. Miro tu dibujo, cierro los ojos y trato de recordar tu voz, de volver a ver tu cara. ¿Sabes qué es lo que mejor recuerdo de ti? Cuando, todos hablaban de ti y tu no les hacías caso, los ignorabas, solo te enfocabas en hacer tus dibujos, y te agradezco que me hayas hecho este dibujo porque pienso que soy importante para ti de alguna manera.