Cap 18 • Mensajes no leídos

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Todo iba bien hasta que la cagué.

Han pasado ya varios días y hace poco he ido a una fiesta a celebrar el 31 de diciembre, Bebí hasta no poder, pero no hice nada malo que recuerde, pero el karma llego. Me ha dado fiebre que ya va bajando, ya llegó un dia, casi dos dias malo, pero todavía me siento débil.

Estoy en la cama toda la mañana. Por la tarde despierto con el timbre. Contesta mi mamá y luego oigo sus pasos en el pasillo. cuando mi mamá se asoma en la puerta de mi habitación me dice:

-Es Sadie, "tu amiga", le he dicho que suba.

Me quedo paralizado, mudo, como una estatua. Me siento dividido entre la felicidad que experimento y una sensación bastante parecida a la culpa. Mi mamá va a recibirla. Oigo sus pasos y a continuación unos toques ligeros en la puerta. Apenas lo veo en el umbral, mirándome, comprendo un sinfín de cosas y me doy cuenta de lo estúpido que he sido. Lo recibo con una sonrisa torpe, pero espero que aun así note que me alegro de verla.

-Hola -me saluda un poco cohibida, mirando alrededor.

-Hola -murmuro, tratando de recuperarme de la sorpresa-. Siéntate. -Le señalo la silla del escritorio.

Niega con la cabeza y se queda de pie en el centro de la habitación.

-Me marcho enseguida. Sólo he pasado un momento a saludarte.

-Voy a la cocina, Landon-me dice mi mamá, justo detrás de ella-.Llamame si necesitán algo. -Y nos deja solos.

-Te mandé mensajes -dice yendo al grano-. No me has contestado. - Aunque habla con calma, trasluce cierta irritación.

-No... quiero decir, no los he visto, he estado enfermo un día antes de año nuevo. Hace al menos tres días que no miro el móvil -le explico, confiando en que me crea pero sabiendo que, con toda probabilidad, ésa será la única verdad que podré contarle. Y añado-: Me alegro mucho de verte.

Me mira como tratando de averiguar si soy o no sincero.

-No has vuelto a llamarme -dice hundiendo las manos en los bolsillos de la chaqueta, que aún no se ha quitado y me mira a los ojos.

No pude responderle, me quedé mudo. La habitación se sume en un extraño silencio. Por primera vez y es por mi.

-¿Qué hiciste el 31? -le pregunto rápidamente cambiando de tema.

-La pasé en casa de Johanna, nada del otro mundo. -Se encoge de hombros-. Te mandé un mensaje por si querías venir.

-Me quedé en casa, no fui a ninguna parte.- suelto la mentira rápido -Si hubiera estado bien habría ido, me habría encantado, en serio -le digo para arreglar las cosas.

Sadie desvía la vista y luego vuelve a escrutarme.

-De acuerdo -se limita a decir, y respira hondo.

Me encojo de hombros. Tengo ganas de salir de la cama, de abrazarla y decirle lo estúpido que soy.

-¿Cuánto tiempo debes quedarte en casa?

-Dos o tres días, aún no lo sé, no estoy seguro.

-Bien, nos vemos luego.

-Vale -asiento, y trato de sonreírle, pero las lágrimas se me escapan.

—Tranquilo ya pronto estarás mejor.

Se acerca a la cama y se inclina para besarme. Entonces le rodeo el cuello con los brazos y la atraigo con fuerza hacia mí, hundo la cara en su chaqueta y, justo así, tan cerca, empiezo de nuevo a temblar.

Después de que se va, mamá entra en la habitación y me dice:

—¿Creerás que esta señora es chismosa? Y te diré que si, pero tengo justificación.

—Edcuchaste lo que le dije verdad.

—Si cariño y lo siento pero era necesario, como madre preocupada por su pequeño me entenderías.

—Si, me siento muy mal por mentirle.

—¿Entonces porque le dijiste eso?

—No se, realmente no lo sé.

—Debes hablar con ella, nunca es bueno mantener secretos.

—Como le dirías tú. —le preguntó

—Pues, empezaría con la verdad.

—¡Santos cielos mamá! —río.

—Lo escuchas absurdo pero es bueno empezar por ahi, contarle lo que no le has dicho y después darle las razones por el cual lo hiciste pero sin quitarte la responsabilidad de que le mentiste.

Me quedo pensando lo que me dijo mi mamá.

Todos estos días que estuve recuperándome estuve pensando y pensando en decirle lo que hice en año nuevo, pero casa vez que agarro el celular, no puedo hacerlo.

No soy una persona valiente, no se si lo seré algún día. Pero debo decirle que me fui de fiesta.

El día que vuelvo a clase, de pura ansiedad me falta el aire. Cuando llega Sadie, nos saludamos como corresponde por primera vez desde que compartimos el escritorio. Un bonito hola que todos oyen.

《Creo que tengo un problema con lo que dice la gente de mi, no lo había notado pero ahora lo siento mas》

El resto de las horas transcurren. Sadie dibuja mientras yo me dedico a tomar apuntes, de cuando en cuando observo cómo sujetan el lápiz. Al cabo de un rato me siento tan fascinado que me gustaría abrazarla. Acerca su pierna a la mía, por toda respuesta, deja de dibujar cuando le doy acaricias a su pierna, se ruboriza y olvido todo.

Pasamos las clases así hasta que llego el receso y nos fuimos juntos por primera vez a comprar nuestra refacción.

Quise invitarle un helado pero no sabía que sabor le gustaba así que le pregunté.

—Sadie que saber te gusta?

—Mmm el limón.

Sonrió al recordar que ese es el sabor favorito de mi papá también, así que se lo clmento.

—Oh es enserió? —dice sorprendida— no ha mucha gente le gusta, porque elegir un sabor normal cuando tienes el sabor arcoiris y esas cosas.

Bueno tiene un punto, tantos sabores exóticos hay que ya no le prestan atención a los comunes.

Pasamos todo el receso compartiendo palabras, comida y helados.

Una mañana que no pensé tener, pero Sadie me ha dado muchas cosas que no creí tener después de él y estoy agradecido.

Agradecido de conocerla.


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Mi tonto amigo Landon Morris, esta en su evento canónico.



Mi tonto amigo Landon Morris, esta en su evento canónico

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