Capítulo 13

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Narrador

Jason pensaba en todo cuanto quería cuando poseía la edad de Isabella. Sonríe al recordar que para esa época amaba a su esposa en silencio. La vida ha sido generosa, le ayudó a llenar los vacíos que le dejó crecer sin una madre y a su padre, la oportunidad de gozar con todos sus nietos

Quería casa llena, muchos hijos, envejecer con la mujer que amaba, nietos y ser feliz. Ciertamente obtener la fortuna del abuelo, nunca estuvo dentro de sus planes y ser señalado por los errores del viejo tampoco. Cada que alguno de sus hijos sufría pensaba que era el karma por ser un Frederick. El miedo que sus hijos sufran por los errores de otros prevalece día a día y se transmite a sus nietas.

Cuando Isabella nació su padre decía le recordaba a su madre. Heredó su misma sonrisa, espíritu libre, inquieta y dotada de una energía que nunca se apagaba.

Conforme pasaron los años y su temperamento empezó a formarse, Matthew Frederick no tuvo dudas. Isabella su nieta, había heredado el comportamiento de su amada esposa. La amó aún más por ello, Isabella era la única mujer de tres sus hermanos varones. Su abuelo odiaba que le reprendiera, sus tíos Alessandro, Pierre, igual.

La ha visto removerse en la cama y quejarse del dolor. Ha contando sus golpes y magulladuras. Pese a que no lo diga sabe que sufre por los dolores de cabeza y golpes.

Emma es la última de sus hijos y siempre ha vívido con la idea que sus hermanos aman más a Isabella, es absurdo. No obstante, no ha habido manera de que lo entienda.

El auto se detiene frente a la estación y aprieta con fuerza las manos que sostienen la puerta del vehículo. Es increíble lo que le han propuesto. Es en todo lo que piensa desde que vio los moretones en sus manos y abdomen.

—Entremos — dice a sus dos hijos y salen del vehículo.

—Emma necesita hablarnos —comenta Jason su hijo viendo el móvil y niega molesto.

—No es el momento de su dosis de atención —explota Gregory y él solo logra asentir. —que llame a Alexis, él tiene siempre tiempo para ella.

—Dile que media hora estamos allá —responde entrando a la oficina en donde les han citado.

Un oficial le ha llamado, el hermano del chico, su tutor desde que sus padres murieron ha pedido hablar con Isabella. En vista que su hija no puede salir del hospital y que no está dispuesto a hacerla revivir ese momento dijo él vendría.

—Busco a la persona a cargo del asalto al apartamento de Isabella Frederick— precisa al detener justo en frente de quien sabe, es el hombre.

—Soy yo —comenta un hombre de unos 40 años, delgado y con un mostacho ridículo incorporándose y mirándolos a todos —nos han comentado que el padre de la chica vendría... solo una persona puede entrar y de preferencia que sea familiar directo.

—Somos sus hermanos y padre—señala Gregory a cada uno —usted decide cual de todos entra —dice sin ocultar la molestia.

—Uno solo —insiste una vez más el oficial y Jason da un paso al frente.

—Regresen al hospital y vean que desea su hermana —les pide y sigue al oficial.

Avanza por un pasillo estrecho siguiendo al hombre de uniforme. Lo primero que ve al entrar es a un hombre mayor de vestimenta oscura y cabello engominado, el otro hombre es más joven. El oficial los presenta como el abogado y el tutor de Benjamín Esteva Abad, el hombre acusado de dañar a su hija.

—Creo que podemos llegar a un acuerdo, debe existir un sitio neutro en el que todos salgamos bien librados. Estamos dispuestos a conciliar...—comenta el abogado ajustándose la corbata, el otro por el contrario sigue sentado con un comportamiento relajado.

Dulce Venganza 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora