Luego que en la clínica nos dijeron no era nada de cuidado regresamos a casa. Hallándonos con los preparativos de la fiesta de cumpleaños. Y allí empezó el verdadero caos, Isabella insistió en un payaso y piñata, los niños tienden a aburrirse una fiesta sin esas dos cosas no era fiesta.
Encontrar uno a esa hora fue difícil, seguían teniendo el problema del tiempo. Sábado en la tarde y en ningún lugar reconocido había alguien disponible. Gael y Louise no querían contratan a alguien privado por temor. Con la piñata fue un poco más fácil.
Ella, Louise y los padres de ésta fueron los encargados de buscar, decorarla y llenarla la famosa piñata. Evento que fue visto con jubilo con todos los mini Doyle que revoloteaban a su alrededor.
Ante la ausencia de un payaso y el posible aburrimiento de los chicos, decidió tomar medidas en el asunto. Ella se encargaría de animar a los chicos, asegurando que tenia experiencia por sus sobrinas y los hijos de algunos amigos y ninguno le creyó.
Yo sí. Isabella había demostrado ser capaz de cualquier cosa, contaba con la tenacidad de lograrlo. Allí estaba, en jean, camiseta y tenis era la encargada de escoger quien rompería la piñata.
Pero, estaba haciendo trampa.
La gran mayoría de adultos sonríen o hace porras a sus hijos por los reclamos del mal comportamiento de la juez. Todos se están divirtiendo ante la situación. Me satisface ver como tiene el control de la situación, todos están a la expectativa que hará.
Hasta yo, es de esas mujeres que no te cansas de ver. Mis primos aseguraron que existían ese tipo de mujeres ocasionando en mí escepticismo y risas. Hoy día viéndola reír me acordaba de todas esas veces que lo hice, mientras la veo se comporta como si nada hubiera pasado.
En mi interior crece el temor. No me gustó su desmayo, aunque todo parecía ser solo producto de excederse en ejercicios sin probar bocado en casi 24 horas y su energía lo confirme.
Estuve muy distraído con mi familia que me olvidé de ella. ¿Cómo no me di cuenta que no probó bocado? ¿Qué clase de persona soy? Que le diría a su padre si algo sale mal.
—¿Qué te preocupa? —me pregunta Thomas sacándome de mi letargo —Los registros médicos están normales. En Londres y América le hicieron seguimiento ¿Mintió en eso?
—No. —confieso viéndola jugar con el grupo de niños que se niegan a darle el bate para romper la piñata. —tiró de sus cabellos y la golpeó con la pared —le empiezo a describir sin dejar de verla sonreír y Thomas sigue mi mirada.
Mis primos y hermanos dejan de hablar empezando a escuchar lo que sucedió ese día. Describí lo que el registro de cámaras mostró, a una chica bastante vulnerable que no tenía idea como defenderse. Alzaba los brazos a manera de protección, le dio punta pies en el suelo. Mi piel se eriza solo de recordar lo que su hermano Gregory me mostró en la isla y me regresa a la promesa que le hice.
—Tiene problemas con el exceso de ruidos...
—¿El agresor? —pregunta Thomas intrigado y asiento, lo que lo confunde aún más
—¿Todo por un gato callejero? —la pregunta de Gino es de sorpresa.
Todos se instalan a mi alrededor muy pendientes a una historia que me he negado a contar. Sin otro motivo más que no dar a conocer la realidad de nuestra relación. Es difícil saber si es por temor a ser reprendido, las burlas o que todos sepan Isabella esta libre. He visto como los rostros de todos la ven con admiración y en algunos brillan al verla reír o moverse.
—Asperger —respondo simplemente.
—Por eso no demandó —explica Guido con quien para mí infortunio se lleva bien.
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Dulce Venganza 7
RomanceUn paseo por la campiña inglesa se convierte en toda una aventura para Gadien Doyle. Las mujeres con la que ha compartido cama, han llegado a su vida de una manera un tanto extraña, ninguna de ellas ha caído en paracaídas del cielo como Isabella Fr...