EMPEZANDO DE NUEVO

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Kyungsoo se hizo bolita entre el agua que envolvía su cuerpo desnudo. La señora Kim había dejado la tina casi caliente pero ahora era bastante fría, perdido entre sus pensamientos, también había perdido la noción del tiempo. 

Jugueteaba con el agua que tomaba con sus manos y resbalaba entre sus dedos.

¿Cuándo volvería a ver a su familia? ¿Cuándo volvería a casa?

Adoraba este lugar, a Jongin y a sus padres que eran tan amables con él, pero en el fondo, muy en el fondo sentía que esto no era propio, no era su hogar de verdad.

¿Podría volver a tener una vida normal después de que todo esto pasara?

¿Qué pasaría con los Kim cuando recobrara la memoria? ¿Lo extrañarían? ¿Él los echaría de menos?

Entre un huracán de pensamientos que pasaban por su cabeza, leves golpecitos resonaron en el silencio del baño.

—Kyung soy yo, Jongin —dijo del otro lado de la puerta, se oía preocupado—, ya ha pasado un largo rato desde que estás ahí dentro, ¿está todo bien?

—Sí —contestó mientras se mojaba la cara para limpiar las lágrimas que habían caído sin que lo notara.

—¿Ya saldrás?

—Sí Jongin.

—Bueno voy a esperarte aquí —murmuró.

Kyungsoo se apresuró en lavar su cuerpo, pasó el jabón por su toda su piel que ahora olía a coco, pero al no poder reconocer el aroma, se conformó con pensar que simplemente olía muy bien. Se lavó el cabello hasta deshacerse de toda la espuma, se enjuagó por última vez con la manguerita chorreante, tal y como le había indicado la mamá del policía, tomó un par de toallas a la carrera y aun estando húmedo, se colocó el pijama para dormir.

Al salir se chocó con un Jongin que esperaba sentado en la puerta.

—Kyungsoo —susurró antes de pararse—. Me asustaste, te tardaste demasiado, creí que...—se detuvo sacudiendo la cabeza, como si quisiera sacar un mal pensamiento de ella—. Déjalo así ¿Qué tal estuvo el baño?

—Bien, gracias.

Los ojos de Jongin se posaron en él a la vez que colocaba su mano en el pómulo del mayor.

—Kyung estás demasiado frio —agregó antes de tomarlo de la mano y llevarlo hasta la habitación en la que usualmente dormía el más bajo.

Destapó las camas y lo arropó como a un niño pequeño.

—Quédate aquí iré por algo caliente.

En lo que el moreno volvía, Kyungsoo empezó a fijarse más en los detalles de la habitación, la cama se hallaba ubicada en medio de la habitación, a la izquierda tenía un closet de madera y un poco más allá una ventana que daba a la calle, frente a la cama había una cómoda y junto a ella una ventana más, pero a diferencia de la otra, ésta tenía vista hacia el jardín y la casa de al lado que también tenía una ventana con una cortina que impedía la vista al interior, por un momento se preguntó, ¿quién viviría ahí? Para terminar su recorrido visual, a la derecha no había más que un pequeño tocador; fue entonces cuando vio su imagen, como si fuese la primera vez, ver su rostro le causó cierta confusión, su cabello permanecía húmedo, era negro y tan largo que casi le tapaba las cejas, tocó su nariz y sus labios, sus pies sintieron la cálida sensación del piso alfombrado. Ahora se sentía un poco más consciente de todo en su alrededor, de su cuerpo y su existencia, sintió como si hubiese despertado de un sueño.

Cuando estuvo a punto de levantarse la sudadera para observar más a detalle su figura, escuchó los pasos de Jongin subiendo por las escaleras, así que corrió hasta la cama y se acomodó nuevamente.

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