Xlaontlai es una medio mujer lobo que llegará a Seúl, Corea del Sur, para trabajar como profesora de literatura en la Academia YeRan High. Nunca pensó que trabajar y vivir con su tío Frankenstein, el viejo amigo de su madre, la llevaría a vivir aven...
*krrrrr* *chk* HE VUELTO, MUAJAJAJAJA. Espero que todos hayan tenido una buena semana. ¡Aquí les llega su escritora de confianza con un nuevo capítulo de ALS!
☆ ～('▽^人)
═══════════════════. ❀~✿ .═
Los niños ya estaban en casa de Frankenstein cuando Lai volvió a casa esa tarde. Apenas abrió la puerta escuchó su algarabía de risas y gritos. A juzgar por las frentes enrojecidas que logró ver desde la cocina, estaban destrozando a Rai y a los guardias en otro juego de mesa.
–Menos mal traje una bolsa grande– pensó mientras cogía unos platos para servir la comida y llevarla a la mesita de centro para que todos comieran.
–Oh, Bienvenida a casa Lai– la saludó Tao, al mismo tiempo que se frotaba la frente por el papirotazo que le había propinado Shinwoo unos momentos atrás –Oh, ¿esos son snacks?– preguntó, esperanzado.
-Así es– respondió ella con una risilla al ver la ilusión en la cara de todos –Ví un puesto viniendo hacia aquí, así que compré de todo para compartir–. Pronto la mesa estuvo limpia de tablero y fichas y llena de platos con humeantes delicias de comida callejera.
–¡WOW! Profe Lai, usted es la mejor– exclamó Shinwoo, echándose sobre la comida.
–Shí– lo secundó Ikhan con la boca llena de tteokbokki – mushas grashias–.
–Tsk, qué poca clase, hablando con la boca llena– recalcó Regis con una mueca de disgusto.
-Oh, vamos, Regis. No seas aguafiestas- le respondió él -El tteokbokki no es un plato elegante-
-Ashí esh- remarcó Shinwoo tragando su porción. Tenía toda la cara llena de salsa -es comida callejera, no es como que la vayamos a comer con cubiertos-
–Heh, sí es de mala educación hablar con la boca llena chicos– dijo Yuna pasándoles servilletas –vamos, vamos límpiense–
Los dos chicos le obedecieron a regañadientes. Lai veía desenvolverse la escena delante de ella con un interés divertido. Al mismo tiempo, iba metiéndose en la boca trozos de soondae y tteokbokki. La combinación de sabores era el cielo, y en alguna parte de su cabeza podía sentir que Hyba también estaba complacida, se lo indicaba algo como un eco del ronroneo satisfecho de un gato. Aunque en el caso de Hyba probablemente era más por la sangre que contenía el soondae que por los increíbles sabores explotando en su boca.
–¿Hoy no hay ramen?– preguntó de repente Rai. Un silencio estupefacto se instaló en la sala. Todos pararon a medio bocado para mirarlo. Él parecía una escultura de mármol, con esos modales reposados y su estoica dignidad de siempre. Luego empezaron a mirarse entre sí buscando qué hacer.
Shinwoo, una vez más, fue quien rompió el silencio –¡¡¡OHHHHHHHH, RAI, EXCELENTE IDEA!!!– El grito hizo que todos pegaran un respingo. Takeo se ahogó con el pedazo de tteokbokki que estaba masticando y empezó a toser incontrolablemente. M-21 le dio unas palmaditas en la espalda.
–Profe, ayúdame a hervir Ramen, ¡HAREMOS RABOKKI!- Lai alzó una ceja ante el nombre, en su vida había oído hablar de ese plato, ni siquiera durante la investigación que había hecho sobre la cultura coreana antes de viajar. Pero como parecía un escape para el incómodo silencio que se había formado, se incorporó con un encogimiento de hombros y lo acompañó a la cocina. Ikhan los siguió llevando el plato de tteokbokki y soltando por lo bajo una risa cómplice.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
