Capítulo 1: Llegando a Seúl

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Las calles de Seúl se veían animadas a esa hora de la mañana. Los estudiantes caminaban hacia sus escuelas a paso apresurado, ya que las clases estaban a punto de empezar y la gente se apuraba para llegar a sus trabajos a tiempo. Xlaontlai caminaba a un paso más relajado. Arrastraba su maleta tras de sí, mientras disfrutaba con calma de las novedades que le ofrecía la vida matutina de la gran ciudad. Los enormes edificios que obstruían la luz del sol, el constante rumor de los autos que pasaban a toda velocidad por la calle, el melódico sonido del idioma en las bocas de los transeúntes y los exóticos olores de los puestos de comida callejera; todo era nuevo y la asombraba profundamente, pues nada se parecía a lo que había dejado atrás en su país natal.

De repente, un joven de brillante cabello rojo con una bandita en la nariz pasó por su lado como una exhalación y tropezó con su maleta. –Ey chico ¿Estás bien?– preguntó ella, preocupada, cuando vio que el muchacho casi se va de bruces contra el suelo. El muchacho se enderezó de inmediato para hacerle una reverencia torpe –¡Sí!, disculpe, iba corriendo y no la vi–. 

–¡Oh!, está bien, lo importante es que no te hayas lastimado–  dijo ella con una sonrisa.

–Jeje, gracias, disculpe de nuevo, debo apresurarme– le respondió el chico reanudando su loca carrera. Xlaontlai alcanzó a oírle maldecir y mascullar que su profesor lo iba a castigar si llegaba tarde de nuevo. Mientras lo seguía con la mirada soltó una risilla y sacó del bolsillo de su chaqueta un papel con indicaciones –Estos jóvenes de hoy en día, yo también debería darme prisa si no quiero molestarlo– dijo para sí misma mientras seguía con el dedo las direcciones que su madre le había apuntado. Reanudó la marcha, repitiendo para sí el itinerario.

–Muy bien, así que un giro más a la derecha...luego sigo derecho yyy...debe ser aquí– dijo para sí al llegar frente a una puerta con verja metálica; al lado, una placa indicaba que el lugar se llamaba "YeRan High". 

–!Por fin!, pensé que nunca iba a llegar– dijo, soltando un suspiro de alivio y cruzando la verja en dirección al edificio principal

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–!Por fin!, pensé que nunca iba a llegar– dijo, soltando un suspiro de alivio y cruzando la verja en dirección al edificio principal. –¡SHINWOO HAN!– el grito la hizo pegar un brinco del susto –¡¿Por qué siempre llegas tarde cuando yo estoy de guardia ¿AH?, acaso la puntualidad es un chiste para ti?!– le gritaba un hombre alto y excesivamente musculoso. 

–Jeje, lo lamento– le respondía el chico pelirrojo de antes, rascándose la parte trasera de la cabeza.

–¿Lo lamentas? No puedo dejar que mis estudiantes rompan las reglas así de fácil– le replicó,  golpeándolo en la cabeza con un palo de madera –¡Auch!– exclamó el chico. Ella se estremeció, el aura de esa persona era intimidante –Como castigo ¡7 vueltas trotando!–. 

–¿Eh? Pero profe... ¿Huh? ¿Señorita?–  preguntó él,  dándose cuenta de la presencia de Xlaontlai,  quien seguía parada cerca de la puerta y llevaba un buen par de minutos cambiando de pie su peso sin saber muy bien qué hacer.  Ante la pregunta, saludó con la mano con una sonrisa incómoda –¿Huh?– dijo el profesor, acercándosele y provocando que se estremeciera. Sí que tenía una presencia intimidante para ser solo un humano –¿Tú estudias aquí? Sí que tienes nervio para llegar tarde y sin uniforme...Pero estoy seguro de que no te había visto antes–. Shinwu también se le acercó.

Aullando a la Luna de Sangre (Noblesse Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora