Capítulo 4: Cerberus.

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Anuncios parroquiales: ejem, ejem ¿está encendido? oh, okay. Es Sara al habla jeje, lamento mucho el retraso en este nuevo capítulo, estas semanas fueron una locura en tanto estaba en plena época de finales en la universidad y mis profesores no tienen piedad de nadie jaja..ja ;-;. Siiiin embargo, ya que salí a vacaciones, espero poder continuar con unas actualizaciones más regulares. Sin más, les presento el nuevo capítulo y ¡espero que lo disfruten un montón!. *Sara out*

Después de todo el revuelo y de no haber podido recuperar su teléfono de todas maneras, Lai intentó marcharse discretamente a su habitación para cambiarse la ropa destrozada, pero ni siquiera pudo levantarse del sofá cuando su tío, virtualmente, la amenazó con que si movía su trasero antes de que pudiera revisar su herida, él mismo le terminaría de abrir la cabeza.

 Suspiró ante el recuerdo, mirando a su alrededor desde la dura y fría camilla metálica donde estaba sentada en el laboratorio subterráneo de Frankenstein. Nunca se habría imaginado que debajo de una casa tan normal podía haber un espacio así de enorme, con tantos equipos médicos y de investigación científica. Es decir, su tío era el genio más grande que había conocido la humanidad (según él mismo, al menos) pero ver toda la parafernalia de enormes tubos de ensayo, herramientas quirúrgicas y  computadores gigantes en los que probablemente reposaban unos cuantos miles de años de datos sobre como mejorar el cuerpo humano y obtener poder...El lugar podría tener en la entrada un letrero de neón gigante que dijera "científico loco" y no le extrañaría. 

A pesar del trato de cooperación mutua con la KSA, aún tenía una desagradable sensación de preocupación. Un presentimiento de fatalidad la envolvía como una especie de niebla pesada y asfixiante y no la abandonaba la idea de que una terrible amenaza les iba a saltar encima, de la nada, si se descuidaban apenas un segundo.  Su tío, que estaba en pleno modo sobre protector, tampoco ayudaba. Llevaba varios minutos revisándole la herida de la frente, consultando notas y yendo de un lado para otro del laboratorio como un remolino de bata blanca y pelo rubio. 

–Aún no puedo creer que te hayas parado debajo de una pared mientras se derrumbaba ¿en qué estabas pensando?– le dijo Frankenstein, por milésima vez. Revisaba unas notas que había tomado mientras le revisaba la herida de la frente con el ceño fruncido en gesto de concentración. Lai se estaba empezando a cansar, se sentía como si tuviera cuatro años y la estuviera regañando por probar sus garras en el colchón de la cama, o romper el techo por patear con demasiada fuerza una canica y no le agradaba sentirse reprendida cuando en lo único que se había equivocado era tratar de ayudar –¡Estás exagerando demasiado!– exclamó, exasperada. Se sentía mareada gracias al ir y venir frenético del hombre –Sabes que esto no es nada para mi factor de curación y además ayudé a que no perdieras personal en la escuela– le replicó ella –ya basta de tratarme como una niñita– resopló, volteando la cara hacia otro lado con brusquedad. 

Frankenstein le echó una mirada de sorpresa por encima de las gafas. Ligeramente avergonzado, se apartó con un suspiro –Um, lo lamento, Lai– se disculpó –es solo que me pareció una cantidad de sangre extraña, así que pensé que algo malo te había pasado– agregó él, señalando su frente. Ella abrió desmedidamente los ojos y se tocó la herida con cautela. Ya pronto sería solo una pequeña cicatriz, pero aún así su tío ya debía haberse dado cuenta –...¿a qué te refieres?– tanteó, con cautela. Con el ceño fruncido, él le mostró los datos que consultaba en la tabla, dando un golpecito con el dedo sobre el resultado de "factor de curación" –a pesar de ser mitad mujer lobo, para tu edad debería ser mucho más alto–. Ella tragó pesado, los ojos azules de su tío parecían dos esquirlas de hielo, buscando adentrarse hasta las profundidades de su cerebro por respuestas –...Bueno...usé mucho poder últimamente, en ese incidente de la montaña, con la Unión– dijo ella, pensativa –puede ser eso–.

Aullando a la Luna de Sangre (Noblesse Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora