El Amor no hace daño, no engaña, no miente, no hiere... Los que dañan son las personas que no saben amar.
Algunos han tenido ese alguien que a pesar de que les causa daño, no dicen nada... Porque cuesta mucho decirlo, cuesta mucho dejarlos ir.
Y eso...
En la casa Noppakao todo era un desastre, Max ya había llegado y aún no tenían noticia sobre el paradero de de Fluke, habían salido a buscarlo en los lugares que creyeron convenientes, pero igual no habían logrado encontrar una pista, Ohm estaba desesperado lamentándose no haber ido con él al baño, hasta los Fuhrer estaban allí preocupados por lo que había hecho su hijo.
-¡Ya se!, ¡Ya se donde están!- exclamó la señora Fuhrer levantándose de su asiento -Mis padres tenían una cabaña cerca de la entrada al bosque, tenemos tiempo que no vamos allí pero es el único lugar que se me ocurre en el que pudieran estar.
-¡Deme la dirección!- pidió rápidamente Ohm.
-Yo... Yo te llevo...Iré con ustedes - hablo ahora el señor Fuhrer queriendo estar involucrado en la búsqueda para tratar de ayudar a su hijo, sabía que si dejaba todo en manos de la policía y de los Noppakao este iba a terminar detrás de las rejas.
No les quedaba más remedio que seguir al hombre, así que rápidamente Kao y Ohm se subieron al auto de este, Nadech y Yoon se subieron a su propio auto, terminando la comitiva Max en la patrulla de policías con algunos agentes que había podido reunir, querían llegar y hacer todo lo posible para liberarlo de las manos de Steven.
Los minutos que duró el viaje fueron una tortura para Ohm, necesitaba regresar con su chico, tenerlo en sus brazos y decirle que todo iba a estar bien, que no había nada que temer, sentía que había roto su promesa de protegerlo, de que no le pasara nada en esa ciudad.
Mientras ellos se apersonaban, en la cabaña todo estaba medio tranquilo, Steven estaba en la sala del lugar caminando de un lado a otro mientras se pasaba las manos por el cabello, no sabía que hacer, odiaba que Fluke siguiera negándose a estar con él, así que envalentonado se volvió a ir a la habitación.
-¿Que quieres ahora Steven?- pregunto el castaño con los ojos hinchados de tanto llorar -¿Me vas a dejar ir?
-¡Nunca!- se acercó a la cama -Entiendolo de una vez tu eres mío y te vas a quedar conmigo para siempre- se subió a horcadas sobre el doncel.
Inmovilizó la cabeza de Fluke contra la almohada y bajo su cara listo para besarlo a la fuerza mordiendo sus labios , sacándole un poco de sangre en el proceso, estaba furioso quería desquitar todo lo que había sentido todo ese tiempo lejos de él, bajo sus besos por el cuello dejando moretones en su blanco cuello.
Sin embargo, el doncel no se lo estaba dejando fácil se retorcía debajo de él tratando de liberarse, cosa que hacia que Steven se enfureciera cada vez mas, no podía soportar que el chico se estuviera negando a estar con él, estaba tratando de quitarle la camisa cuando escucho el sonido de varios autos rodando por la entrada de la cabaña.
No debería ir nadie a esa lugar en esos momentos, la única opción que le quedaba era que lo habían encontrado, los únicos que sabían de esa ubicación eran su padres y estaba seguro de que habían sido ellos.
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