CAPÍTULO 1

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Steve Grant se levanto de la cama y comenzó su rutina diaria, hizo 80 flexiones y 80 sentadillas en menos de 20 minutos, realizo una serie de abdominales hasta llegar a las 500 y se hidrato al poco tiempo, luego de su rutina diaria de ejercicio, decidió hacerse algo de desayunar, un platillo ligero para tener un día lleno de energía. 

—Señor Grant, los inversionistas lo esperan para la reunión de este día.

—Entendido Emily, estaré allí en menos de 10 minutos.

Steve se preparo, se perfumo y asistió a la reunión, estando allí, escucho las propuestas que mas lo convencieron y rechazo las propuestas mas absurdas que muchos de sus inversionistas intentaban llevar a cabo, proyectos que no tenían pies ni cabeza y por ende, representaban un muy posible fracaso para la compañía.

—Señor Grant, siempre es un placer hacer negocios con usted— le alabo el señor Jonathan Spike, uno de los hombres más odiosos con los que el ha tenido la desdicha de hacer negocios.

—Señor Spike, creó que la señorita Ross quiere hablar con usted ¿Por qué no mejor va a hablar con ella?

Grant se dio la vuelta mientras el señor Spike se dirigía a charlar con aquella inversionista, Steve no estaba seguro si dejar que Moon Knight o Mr Night tomarán el control aquella noche, ya que aquella noche quería dormir sin ningún hueso o musculo adolorido. Esto de ser el vigilante nocturno le pasaría factura tarde o temprano, pero la voluntad del Dios Kunshu debía cumplirse.

Simplemente dejó que su vida como civil pasará normal, sin levantar sospechas de ningún curioso en aquella reunión, debía mantener el perfil extremadamente bajo, tal vez por eso acostumbraba a meterse en polémicas cuando era Steve Grant por las noches y no Moon Knight, porque Steve Grant adoraba acostarse con las esposas de algunos poderosos magnates o mafiosos, así era como sacaba valiosa información para las redadas de Mr Night o Moon Knight.

Todo esto, esta doble vida...todo por aquella excursión a Egipto hace muchos años atrás. Egipto le cambio la vida, de hecho, lo regreso de la muerte, pero con un deber que cumplir.

Ese deber estaba proximo a cumplirse mientras el sol lentamente se escondía lentamente, dejando que la oscuridad de la noche y el  brillo de la Luna, tal vez esta noche sería una creciente cóncava o un cuarto creciente, cualquiera de las dos fases, le daría el poder necesario para detener a 300 hombres en una noche. La pregunta era ¿Sería Moon Knight o Mr Night quien se encargaría de esa labor?. Solo la Luna decidiría.

La Luna.

La Luna.

La Luna le susurraba en la noche, le susurraba cosas, pensamientos vengativos y de justicia, la Luna era quien presenciaba los horrores que solo ocurren durante la noche. Aquella sería una noche lluviosa, no importaba. La lluvia lo ayudaba a meditar, a tranquilizarse y a reflexionar sobre sus pensamientos mientras rompía varios huesos y cráneos en el proceso. Todo estaba bajo control, el podía lidiar con la situación.

El tenía el control, todo estaba bajo su control.

La verdad era que muchos criminales morirían esa noche, como lo venían haciendo desde hace ya 2 meses desde que Moon Knight y Mr Knight hicieron su presencia en las calles nocturnas de Newport City.

Así era como debía ser desde el principio.

                                                                                      (...)

La noche cayo y con ello la ciudad cobro vida, las luces Neón de la ciudad así lo anunciaban, era la hora de trabajar de miles de malvivientes, depravados, asesinos y estafadores. Y la Luna era quien lo guiaría hacia su próximo destino.

MOON KNIGHT: CRÓNICAS LUNARESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora