Capítulo 4

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Son las dos de la madrugada, tengo examen por la mañana; sé que Debería descansar y guardar energías para esa masacre, a pesar de que he estudiado lo suficiente como para saber los nombres de los líderes y hechos importantes de la Revolución Francesa. Sin embargo, estoy aquí, hablando con un desconocido acerca de la edición limitada de helados platanito que salió el verano pasado y que no llegué a probar. Él sí pudo.

Chico problema:

No es cuestión de suerte

Max:

Lo dice el que si lo llegó a probar

Chico problema:

No lo busqué

Simplemente un día se me antojó y lo compré

Es ridículo buscar un helado

Max:

No lo entiendes

Era EL helado

Solo sale en verano y son limitados

A veces se demoraba en contestar por largo rato. Era así: me dejaba en visto por unos minutos y luego respondía como si no hubiera pasado nada. No quise preguntar lo que hacía, eran las dos de la mañana así que descansando no estaba. Tal vez parecía que solo me importaba contar mi vida y exponerme a tal manera de contarle sobre mi vergonzosa infancia, pero no era así. Tenía la inseguridad de que si le preguntaba algo directamente me respondería con un «Información personal» o «Te voy a bloquear». Por eso es que aplicaba el método de contarle algo naturalmente, luego preguntarle «¿Y tú?», pero parecía no hacerle efecto.

Esto de ser espía y ser anónimo no se me daba bien.

Mientras esperaba que respondiera mi absurda conversación y debate sobre los helados, me llegó otro mensaje. 

Era de Dev.

Dev:

¿Estás despierto?

WTF

¿Qué haces despierto a estás horas?

Tú que respetas tus preciadas horas de sueño y tu sagrada rutina


Max:

¿Qué haces tú despierto?

No, no me digas

Creo que lo sé

¿Estás en otra fiesta?

¿Otra vez?

¿No lo estabas dejando ya?

Dev:

Es complicado

Luego te explico

Por cierto

¿Ya sabes lo que le pasa a Timy?

«Timy» era el diminutivo para alguien que hacía las tareas, comía verduras, tenía una familia dulce y se sentía satisfecho con su vida. No parecía estar hablando del chico que pasaba sus recesos en la dirección quién sabe por qué.

Aunque, ahora que lo pensaba, no había conseguido nada de información de él. Parecía ser yo el loro cuando se supone que soy el espía. Por estas cosas me moriría de hambre como agente de la FBI.

No me bloqueesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora