Mamá no me habló la mañana siguiente. Se dirigía a Alexa en cuanto comentaba sus cosas, tampoco quiso verme a la cara. No voy a mentir, me sentí muy mal por eso, pero no quise llorar. Ya no iba a hacerlo, al menos no por ella. Alexa por su parte parecía reacia a mamá, aunque ella le hablaba y trataba con cariño, mi hermana simplemente daba respuestas cortas y evitaba alargar el tema de conversación.El desayuno transcurrió más tranquilo de lo que esperaba. Cómo mamá evitaba hablarme, cosa a la que me había acostumbrado desde mucho antes sinceramente, solo estuvimos en un silencio que personalmente tomé como algo confortable. Para mamá no parecía serlo.
Antes de irme, o mejor dicho, que Alexa también saliera junto conmigo, ella le indicó en voz alta que llegáramos antes de las tres y media. Nos estaría esperando hasta esa hora.
Y yo que planeaba invitar a salir a Tim.
En cuanto a papá, salió temprano y no pude intercambiar palabras directas con él. Pero cuando revisé mi celular tenía mensajes acerca de lo que hablamos la noche anterior.
Papá:
Max, trata de estar más calmado.
Hablé con ella.
Necesita asimilarlo.
Max:
Gracias
Por apoyarme
Papá:
Lamento no estar ahí
Pero prometo compensarlo.
Él no era un hombre cariñoso, y me resultaría extraño si lo fuera de un día para otro. Así que su compensación serían cosas materiales, tampoco exigía algo más. Me había acostumbrado a ello, a él queriéndonos a su manera.
Solo no entendía a mi madre, no del todo. Influenciada por sus hermanas que parecían un comité de la perfección, en lugar de ser ella misma. Y mi abuela siempre acreditaba la culpa del comportamiento de sus hijas al abuelo.
Mamá me tenía preocupado.
Cuando estuvimos caminando en dirección a la escuela, con Alexa, ella dijo:
—Está siendo bastante inmadura como para ignorar a su propio hijo.
—Lo está asimilando, quiero creer.
—Max, eres muy bueno. —Me señaló—. Se está volviendo más pesada conmigo, es como si quisiera que fuera la voz de su conciencia para decirle que está en lo correcto. Agh, odio estar escuchándola quejarse de una y otra cosa.
—¿Y por qué no le dices eso? —pregunté. Me miró un tanto nerviosa, desviando la mirada.
—Es que me da miedo... –Agachó la cabeza y jugueteó con sus dedos.
Reí por la manera en la que lo dijo.
—Pero aquí estoy yo, para escuchar tus quejas y que nada puedo hacer por ellas ya que mamá no quiere ni mirarme.
—Por eso digo que su comportamiento es bastante infantil.
—Habló la voz de la madurez.
—Y... ¿Qué harás? —preguntó con un tono bastante juguetón—. Con el chico.
Mis ánimos cayeron. Los pocos que tenía.
—Nada —respondí resignado—. No tengo tiempo para invitarle algo, tenemos hasta las tres y media para regresar a casa, en ese tiempo no puedo ni invitarle a caminar por ahí. Las semanas anteriores fueron un regalo que ahora estoy pagando, mamá estaba fuera, yo era feliz, y no lo sabía...
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No me bloquees
Teen FictionMax está tratando de sobrellevar su vida cómo un adolescente normal, pero hay muchas cosas que se lo impiden. Su familia La escuela Que es gay y tenga miedo de decírselo a su madre Que está enamorado de su mejor amigo Que su mejor amigo ya tenga nov...