Capítulo 10: Colores

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—Espera lo llamo, pero entra, siéntate — Alexa lo invita a la sala y él agradece educadamente.

Estaba en pijama, apenas me había levantado y mi cara debía estar desastrosa. Corrí escaleras arriba y me encerré en el baño para ducharme y cambiarme apresuradamente.

Alexa vino a tocar mi puerta para avisarme que Rafael había llegado y yo ya estaba corriendo por todo mi cuarto con el calzoncillo en la mano buscando piezas de mi uniforme. Porque alguien estuvo muy triste como para ordenar su cuarto. Pero no voy a decir quién soy.

Habré demorado alrededor de diez minutos, donde me bañé, me cambié y me alisté. Bajé con todas mis cosas hechas.

Se suponía que era en la tarde, no a plena mañana.

No encuentro a Rafael en la sala, pero escucho voces en el comedor y voy apresurado rezando porque no esté con mi madre.

Tristemente, es muy tarde.

—Vaya, con que eres el delegado de tu salón. Eso es increíble, Alexa llega a ser la vicepresidenta porque el último año se pone más difícil —escucho a mi madre decir.

—Hola Rafael —lo saludo irrumpiendo su conversación.

Los tres están sentados desayunando mientras conversan de lo que sea que estén conversando.

Rafael nota mi presencia y me pide auxilio con sus ojos, y lo entiendo, cualquiera que converse con mi madre pediría ser rescatado ni bien te pregunta cuales son tus planes a futuro. Es como una entrevista de trabajo en lugar de una charla casual.

—Deberías venir más seguido, por fin Max tiene amigos que son de fiar —dice ella.

Carraspeo para que se transmita mi mensaje de "No ahora, te lo suplico" y que por favor no diga el nombre de Dev, porque el chico sentado que vino de visita a plena mañana es quién se lo come mientras que yo solo hablo con él.

O hablaba.

—Hola Max, te estaba esperando —suelta él. Me analiza con la mirada y nota que hay algo raro en mi cara.

Es de suponer que mis ojos siguen rojos.

—¿Qué te pasó en la cara? —pregunta mamá.

—Jabón —respondo—. ¿Nos vamos? —me dirijo a Rafael.

—¿Esos son tus modales, Max? Espera que termine de comer. Y tú siéntate que no quiero que te desmayes por ahí. —me reprocha ella.

Alexa intenta no sonreír, Rafael baja la cabeza y continúa comiendo.

El día en que mi madre no me ponga en vergüenza frente a alguien me voy a sentir realizado.

Obedezco y escuchamos anécdotas de como Alexa ya era presidenta de los Estados Unidos a los tres años. Okey no, pero es un resumen de toda la conversación que están teniendo.

Cuando por fin terminamos de comer, ella nos deja ir. Con la recomendación de que cuide de Rafael y lo vuelva a traer.

Como si fuera a querer luego de lo que le  voy a decir.

—¿Y bien? —me dice cuando estamos afuera de la casa.

—¿Por qué viniste justo ahora? Se suponía que era en la tarde.

—¿Por qué en la tarde?

—Porque me prepararía mentalmente para todo, aparte que necesito poner atención a mis clases ya que tenemos semana de evaluaciones la siguiente semana. Quería bloquear todos mis problemas hasta que llegara el momento.

No me bloqueesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora