Corazón de oro / Marcel Galliard

Capítulo 2

La lluvia caía con fuerza sobre las capas de los reclutas, empapandolos en el procesó, Corrían sin detenerse por un bosque, siendo seguidos por el capitán Magath.

Abby tenía la respiración agitada, la ropa algo embarrada por las múltiples caídas que recibió por sus descuidos.

-¿Qué pasa Wagner?, ¡Si quieres siéntate a descansar y queda de última!-Gritó Magath, Abby le dedicó una mirada algo asustada, se había dirigido hacia ella otra vez.

Traía una mochila en la espalda y un rifle entré sus manos lo cual le complicaba un poco pero no se dejaba retroceder.

-¡¿Quien les dijo que podían caminar?!¡Corran asquerosos cerdos!, ¡Todos quieren ser honorables miembros de Marley, ¿No?!-Volvió a hablar Magath.

Este era el momento de la evaluación física para los futuros guerreros.

Los años de castigos para Abby habían acabado, una vez que le dieran un poder de Titan le cerraría la boca a el instructor y le daría una muy buena patada que jamás olvidaría.

Faltaba poco, ya casi lograba ver el cuartel, si aceleraba el paso llegaría primera.

Era la prueba que valía, debía demostrarles a sus padres que no era inútil conseguir un titan y marchándose a la isla de Paradis para recuperar al titan fundador.

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Sentada junto a su hermano y al resto de los futuros guerreros se encontraba Abby, comía en silencio, no era ahora lo suyo alardear de lo genial que sería cuando obtuviera un titan, primero necesitaba tenerlo, por ahora se lo dejaba a Reiner.

-Cuando tus palabras sean ciertas puedes hablarme-Contesto Porco a Reiner quien lo miro enojado.

-No hablaba contigo-Contestó.

Una nueva pelea se desataria entré ambos chicos, Marcel separaba a Porco de Reiner antes de que lo tumbara de un golpe.

-¿Por qué discuten?, les recuerdo que ningúno de los dos tiene un poder de titan-Les recordó Abby.

-Tiene razón, y aunque los tuvieran discutirian por lo que uno tiene y el otro no-Dijo Pieck ahora.

-De todas formas, se ven patéticos peleando en cada cena-Su cabeza estaba en otro lado, temía regresar a casa sin nada cuando se esforzó tanto por conseguirlo.

Si debía regresar con las manos vacías prefería no hacerlo y evitar tener que admitir que ellos tenían la razón.

Los muchachos que discutían se sentaron en sus lugares lanzandose miradas amenzadoras.

Abby le levantó de su lugar una vez terminó la cena.

-Buenas noches-Dijo a pasos de la mesa.

-Buenas noches-Respondieron en duo Reiner y Porco.

Annie la siguió al igual que Pieck sin dudarlo una vez sus bandejas ya estaban vacías.

Abby caminaba hacia las barracas con cansancio, el día había sido de lo más agotador, su cuerpo le pedía a gritos descansar.

Antes de pasar la puerta, se sentó en el césped el cual estaba aún algo húmedo. Observó el cielo estrellado.

Dentro suyo comenzaba a sentir lastima por las personas de la isla, quizás vivían en paz y no sabían lo que se les venía encima.

Pero como siempre les han dicho, ellos los utilizaron hace años para escapar de la isla, debían odiarlos, los odiaba.

-Oh, Abby, ¿Ves las estrellas?, que bien-Habló Pieck detrás de la chica que solo asintió.

-Deberíamos entrar-Sugirió Annie-Comienza a hacer frío.

-Tienes razón, vamos-Les dedicó una sonrisa.

Sus ojos comenzaban a cerrarse involuntariamente. Comenzó a subir las escaleras para llegar a las barracas, a lo lejos Marcel sin evitarlo dirigió su mirada hacia ella.

-Camina, Marcel, se hara tardé-Advirtió Porco delante de su hermano.

-Estoy caminando-Contestó el castaño.

-Si, como tortuga-Dijo abriendo la puerta de la habitación.

En instantes ya estaban todos los reclutas descansando.

Magath paso por frente a cada Barraca de los reclutas como siempre asegurándose de que ninguno se saliera en una escapada nocturna.

Tras el profundos silencio se retiraron dejándolos descansar.

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¡Hola!

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