Saliendo Con Un Black [Terminada]

Capítulo 6

Mónica y Olivia pasaban por mí a las ocho y debía "arreglarme", pero el sillón y la cobija no me dejarían, es increíblemente caliente y el programa que veía era bueno, hací que tengo tres opciones:

A) Levantarme y arreglarme.
B) Levantarme antes de que lleguen y pasarme el cepillo.
C) Quedarme acostada como morsa y levantarme cuando toquen máximo tres veces el claxon.

Opté por la segunda opción, mi maraña de cabello era tan rebelde que debía peinarlo y mi atuendo... Bueno mí atuendo no estaba tan mal, unos jeans oscuros, tenis negros, un suéter negro que me llegaba bajo el trasero, se me caía un poco del hombro pero no estaba mal. Dieron las siete con cincuenta, me levante, fui al baño, retoque mi maquillaje un poco para no parecer mapache y me hice un chongo alto... Pero tengo el cabello más rebelde y se escapo uno que otro cabello sobre mi cuello; oí el claxon exactamente a las ocho, —"Para lo único que llegan temprano—pensé. Salí de casa, entré al auto de Mónica y Olivia, en cuanto entré se le quedaron viendo a mí ropa.

—Te dijimos algo lindo.

—Esto es lindo.

—Y ya no hay tiempo de cambiarte — repuso Olivia— Tendremos que ir así.

Una sonrisa de triunfo se dibujo en mis labios, se miraron mutuamente un momento en silencio para gritar y arrancar lo mas rápido... Si no moría drogada, borracha y violada, ellas me matarían ahí mismo. En diez minutos estábamos ya en la fiesta, el olor a wisky, cigarro y marihuana inhundaba mi nariz.
Entramos a la casa y el mar de gente apenas y me dejaba pasar.

—¡Estas personas ni siquiera están bailando, se están frotando a si mismas!— le grité a Mónica.

—¡O vamos, se ven muy sensuales!— sonrió picara— ¡Ven busquemos famosos!— dio un pequeño brinco de alegría y empezó a abrirse paso entre las personas.

Hice lo mismo (omitiendo el brinco), empujaba un poco a la gente, cerca de mi había unos chicos besándose, uno sostenía una cerveza y se la quité rápidamente, —Gracias— dije apenas audible, la olí, ¡Dios, olía pipí de gato!, más lejos de la gente bailando habían otros chicos, sobre el refrigerador para ser exactos... El chico sostenía un vaso, le eché un vistaso y le vacíe la cerveza en el vaso, cuando me alejé oí al chico decir —¡Si, el dios de la bebida me ha bendecido—. Reí para mi misma al oír eso.

Había una puerta trasera que te llevaba a un lindo patio, decorado con luces, una piscina grande que era iluminada por las mismas luces, una mesitade metal decorada con flores moradas, haciendo juego con las sillas, unas bancas color blanco adornadas con una serie de luces azúl; lo bueno, había solo tres personas ahí charlando y una fumando, busqué a Mónica y a Olivia con la mirada, las vi hablando con unos chicos, y estaban emocionadas y rojas como tomates, así que supongo que les gustaban o eran famosos. Deslice la puerta corrediza de vidrio y salí, el aire frío y fresco golpeó mi cara, cerré los ojos y aspire profundo, todo iba bien hasta que el humo del cigarro llego a mis pulmones haciéndome toser, el chico de mi lado soltó una risista, —Que vergüenza— estaba roja de la pena.