Capítulo 22

1.2K 116 6
                                    

Me dijo que me amaba, lo dijo con la voz áspera y baja, apenas audible, inentendible. No podía decir nada, ¿qué decía?, ¿mentía?, quizá y el se burlaba, o me jugaba una cruel broma.

—No me amas— le dije por fin hablando.

—Lo hago.

—No. No lo haces.

—Lex, escuchame.

—Ni siquiera me amo a mi misma. Entonces no podré jamas amarte a ti. No insistas. Porque yo no lo haré.

—Lex, no sabes lo que dices— Me dijo tratando de calmarme.

—¡No!. ¡Basta! ¡Tienes a alguien allá arriba que te "quiere"— dije entre comillas.— No me busques a mi, si ella sigue aquí.

Me levanté de la banqueta tratando de dejar a Andy. Ni siquiera le pedí perdón por haberle gritado.

Me tomó la mano, tratando de hacer que me quedara, pero se la arrebaté.

Me fui.
Lo dejé.
Porque yo no lo amo.
Apenas y le quiero.
No lo conozco tan bien.
Ni siquiera yo sé lo que siento.

Llegué a casa, después de tanto tiempo, volví a la amarillenta y descolorida casa de Los Angeles, me recosté en cama ignorando los gritos de mamá en la cornisa de mi habitación. Mi corazón estaba acelerado. Muerto. Sabía que hice mal, que lo rompí, que lo destroce. Pero al momento sabía que yo, tenía razón, Juliet estaba allí con él, y ella tiene todo lo que al él gusta. Es alta, con clase, un poco mas educada que yo.
No existía una razón para fijarse en mi. Hubiera preferido que él me rompiera a mi que yo a él.

Volví al trabajo ¿A que me quedaba en casa?
Es sábado, tal vez aún conservo mi trabajo en el bar. Podía ir, distraerme y olvidar.

Tomé un taxi. Las ocho en punto, la hora en la que entraba.
Él gorila de la entrada me reconoció y me dejó entrar. Matt estaba allí en la barra apurado sirviendo cerveza y tragos.

—Hola guapo— le dije recordándome en la barra.

—Alex, milagro, creí que habías muerto.— bromeó.

—Que gracioso— sonreí- Oye... Aún yo...

—Si, Alex, si, tú aún conservas tu trabajo, anda ve atrás y ve a cambiarte, para que me ayudes, aquí es una locura.

—Gracias— le di un beso en la mejilla y me dirigí a la parte de atrás.

Fui atrás en donde están los casilleros, un lugar escondido y oscuro del bar, lleno de grafittis, y moho. Me senté en las pequeñas bancas y me puse a pensar.
¿Como estará él ahora?
¿Lo habrá olvidado?
¿Me habrá perdonado?
Porque ni siquiera puedo yo perdonarme a mi misma.
Ni siquiera han pasado 2 horas.
Y ya estoy pensando en que me supere.

Me puse el delantal bajo y salí al bar. Como dijo Matt había una locura.

—¿Por qué hay tanta gente?— dije rápidamente colocándome detrás de la barra y destapando cervezas.

—Vendrán dos bandas al bar y aquí hay demasiado fan sudoroso e impaciente... muevete Alex, a las mesas.

Corrí en dirección a las mesas, pero había olvidado la libreta y los menús,así que corrí de regreso pero me estrellé con alguien derramando su cerveza sobre mi. El chico al que golpeé llevaba una sudadera roja universitaria, por la altura y volumen del cuerpo sabía quién era.

—¡Theo!— dije algo emocionada.

Theo me abrazó levemente.

—Ni siquiera me fuiste a ver al hospital dije decepcionada.

Saliendo Con Un Black [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora